¿”Quo vadis” humanidad

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Por Anayansi Turner
Abogada y catedrática universitaria

Por un lado, el asesinato a quemarropa de dos panameños que defendían los intereses patrios en contra del oprobioso contrato minero. Por otro lado, el genocidio que perpetra el ejército israelí sobre Gaza.

A pesar del reconocimiento internacional de los derechos humanos y considerarse que los ‘actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad’ ya habían sido superados, nos toca presenciar últimamente dos hechos que revelan el desprecio por la vida basado en creencias de superioridad racial.

Por un lado, el asesinato a quemarropa de 2 panameños que defendían los intereses patrios en contra del oprobioso contrato minero, en Chame, Abdiel Díaz e Iván Mendoza, por parte del panameño-estadounidense Kenneth Darlington.

Gracias a la investigación de Gloria Young (post @GloriaYoung1, en X, 8/11/23) se devela públicamente que Darlington formó parte de esa generación de jóvenes zonians de la escuela secundaria de Balboa que ultrajó y repudió nuestra enseña patria en enero de 1964. Y pese a la abolición de la neocolonia en 1999 y la profesión de abogado que ejercía el victimario, su mentalidad de supremacismo racial -no superada- mezclada con aporofobia, más su afición a las armas de fuego, se expresaron en esos hechos de sangre.

Por otro lado, el genocidio que perpetra el ejército israelí sobre Gaza, «la cárcel al aire libre más grande del mundo» (Ilán Pappé), es un aldabonazo a la solidaridad y organismos internacionales. Desde el 7 de octubre ha dejado caer, 32,000 toneladas de explosivos y 13,000 bombas sobre la Franja, causando más de 11.000 víctimas fatales, de las cuales el 75% son niños, mujeres y ancianos. 50% de las casas han sido borradas del mapa, lo mismo que iglesias, universidades, escuelas, hospitales. Israel ha bloqueado el ingreso de ayuda humanitaria (alimentos, agua, combustible, electricidad, medicinas).

Más de la mitad de la población ha sido desplazada de sus hogares, todo esto en violación del derecho internacional humanitario. Sin embargo, este exterminio sin asco, más allá de los combatientes de Hamás, se explica en esa mentalidad de supremacismo colonial donde los palestinos son simples «animales humanos», tal como dijo el ministro de Defensa de Israel; o donde se justifica el uso de la bomba nuclear sobre Gaza o dar muerte a quien enarbole bandera palestina, en palabras del ministro de Patrimonio de ese país.

Se cosifica o estigmatiza a la persona para justificar su exterminio y lavar las conciencias, tal como hicieron los romanos antiguos con los esclavos o los mercaderes esclavistas de la Colonia o los supremacistas blancos del Ku Klux Klan o los nazi-fascistas. ¿Quo Vadis, Humanidad?

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