Por Alberto Velásquez
Periodista y relacionista público
Jorge Ledezma Bradley, institutor por excelencia, le ha imprimido un brillo especial a la Orquesta Sinfónica Nacional. La dirección de sus conciertos ha sido espléndida, aplaudida y, además, muy concurrida, pero la logística de su montaje, a cargo de alguna autoridad oficial, fue deficiente y hasta peligrosa desde la óptica de los espectadores.
La última función de la Sinfónica Nacional, bajo la dirección de Ledezma, se realizó en el Teatro Balboa. El repertorio estaba dirigido a interpretar la música que adorna las películas más famosas y que gran parte del público panameño conoce.
El fondo musical de Misión Imposible, la Guerra de las Galaxias, los piratas del Caribe, y otras más, gran cantidad de jóvenes y adultos reunidos en el Teatro Balboa lo disfrutaron a plenitud, especialmente por el alto grado de profesionalismo de los integrantes de nuestra Orquesta Sinfónica Nacional.
El concierto era gratuito. El Teatro Balboa se llenó a plenitud y muchos concurrentes quedaron afuera, esperando alguna oportunidad para ingresar a la sala. Era tal la cantidad de público presente, que hubo filas enormes para entrar. De hecho, el propio director, Jorge Ledezma, en su saludo al auditorio, expresó la necesidad de repetir el concierto.
Lo peligroso del evento fue que no hubo ningún policía ni bombero para atender semejante cantidad de público, que dentro del teatro se sentaba hasta en las escalinatas, provocando una masa de gente acumulada sin ningún orden establecido.
Lo hermoso del espectáculo musical reñía con la apretada situación de un público sujeto a un caos, en caso de que, por ejemplo, se produjera un corte de luz u otro suceso de difícil manejo.
Algunas personas decidieron evitar cualquier situación peligrosa. Por tal motivo, salieron del Teatro Balboa antes de finalizar el concierto. Para hacerlo, buscaron al encargado de seguridad, quien era el único en posesión de las llaves para abrir las puertas. El mencionado personaje tuvo que arrodillarse, ya que, increiblemente las cerraduras están a nivel del suelo.
Los conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional son muy bien acogidos, pero la llamada de atención a la seguridad de su montaje es importante. Espero que esté señalamiento crítico no sea en vano.
Me encanto el concierto de la Orquesta Sinfónica me sentí como si estuviera en las películas mismas y lo disfrute, por el tema del peligro nunca se sintió o por lo menos no fue mi percepción lleno si estaba. Ojalá se repita