Un imparcial repaso de la historia, permite encontrar similitudes y diferencias entre la gesta patriótica de 1947, que rechazó el Convenio de Bases Filós-Hines, y las movilizaciones en 2023, para repudiar el contrato-ley 406, que entrega la soberanía de Panamá a un rico consorcio minero.
La juventud panameña retomó las mejores tradiciones de luchas para enfrentar en las calles a poderes económicos antinacionales y la codicia multinacional que incita al expolio en vez del desarrollo humano.
Hay evidentes señales de agotamiento de un modelo que ha derivado en el alzamiento popular. La juventud valerosa recuperó la memoria colectiva y salió a las calles para protestar y enarbolar el emblema tricolor, y desechar la sumisión propuesta por sectores coludidos con el capital financiero.
Al igual que en 1947, los diputados enfrentaron la presión del pueblo enardecido, que se opone al leonino contrato minero vigente. La actual coyuntura política es útil para reivindicar el ejemplo digno de los mártires de la causa soberana y apuntar a la ineludible refundación del Estado nacional.
