Informe a la Nación: Rendición de cuentas o “mareo” político

0
134
Presidente Laurentino Cortizo en la Asamblea Nacional.

Por Antonio Saldaña
Abogado y analista político

El primer domingo del nuevo año (2 de enero de 2022) se inicia la segunda legislatura del tercer período de sesiones ordinarias del pleno de la Asamblea Nacional de Panamá, ocasión en la que tanto el presidente de la República, como el jefe del Primer Órgano del Estado envían sendos mensajes al país.

Como en el pasado, las expectativas son diversas, tanto como sectores constituyen el tejido social nacional. Sin embargo, en mi opinión, dos factores debieran caracterizar ambos mensajes a la nación: El primero y el más relevante, es la situación económica, su necesaria reactivación y creación de cientos de miles nuevos “empleos decentes”. Y, el segundo elemento fáctico, es la encrucijada periódica del gobierno, esto es, la actual gestión pública se encuentra en “su ombligo”, a “mitad de camino”; en consecuencias, es la hora política de “corregir rumbos” o continuar por el mismo derrotero en el que no se avizora tenga un final feliz.

En mi opinión, el punto de partida  −ausencia de un Plan Económico de Desarrollo− de los epígonos de Omar, debe ser los dos instrumentos pertinentes y antecedentes de la gestión pública de los líderes de ambos Órganos del Estado, es decir, la “Visión 20-50 del PRD” y el “Plan Estratégico de Gobierno”.

El primero, es un documento publicado en el año 2018 y, el segundo, el “Plan Estratégico de Gobierno para los próximos cinco años de gestión» de la administración de Laurentino Cortizo Cohen, fue aprobado mediante Resolución número 149, del 30 de diciembre de 2019, y publicado al día siguiente en Gaceta Oficial.

Dice el otrora partido de Omar Torrijos, en su espectro de largo plazo que, “el 10% más rico de Panamá, gana 45 veces más que el 10% más pobre. Que el 45% de los adolescentes no terminan la educación media. Que el 45% de los trabajadores son informales”. El 80% de las inversiones están localizadas en el área metropolitana y “sólo el 39% de la población tiene acceso a las nuevas tecnologías”.

Agrega la estantigua de la entelequia política oficialista, que el país requiere transformaciones económicas, sociales, territoriales, del sistema político, de justicia y tecnológicas. Manifiesta el documento de marras que “los nuevos motores del crecimiento económico son: el sector marítimo, las actividades minera, forestal y el [recurso estratégico] agua”.

Por su lado juntos, cúpula del PRD y del ‘buen gobierno, pero no revueltos el rimbombante “Plan Estratégico de Gobierno” inicia paradójicamentecon la siguiente introducción: “Rescatar el país con un gobierno al lado. El país donde la corrupción no tiene cabida. El país con justicia y sin impunidad” (Plan de Acción Uniendo Fuerzas).

Del “asalto” de la cúpula del PRD por fuerzas ideológicamente neoliberales, políticamente clientelares y pro oligarcas, no me voy a referir en esta ocasión. Sólo pregunto al grupo dirigente del partido (CEN del PRD): ¿en qué medida, cómo y cuándo han exigido a los altos miembros del gobierno ajustar su gestión a la “Visión 20-50”?

Respecto al proyecto del presidente de la República, no puedo comentar la nueva nomenclatura sociológica ¿novedosa?de los “cinco Panamá”. Sólo diré que el programa gubernamental está concebido en cinco pilares, a saber: primer pilar, el “buen gobierno”; segundo Pilar, Estado de Derecho, de “Ley y Orden”; tercer pilar, economía competitiva que genere empleo; cuarto pilar, combate a la pobreza y la desigualdad; quinto pilar, educación, ciencia y tecnología.

Considero, pues, que ambas alocuciones (la del presidente de la República y del presidente de la Asamblea Nacional) deben responder a los ítem antes mencionados y decirnos a todos los panameños, con cifras irrefutables desde luego, con las limitaciones originadas por la pandemia en qué medida se han entrelazado dialécticamente ambos proyectos y cuál es el índice de cumplimiento y qué podemos esperar los nacidos y los que están por nacer en nuestro Estado-Nación, para los próximos dos años y medio de gestión pública.

Éste, y no otro “cuento”, “mareo” o chorro de baba política, es el que espera la ciudadanía el domingo 2 de enero de 2022 de los capitanes de los dos barcos mas importantes de la Nación.

¡Así de sencilla es la cosa!

Dejar una respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí