To be or not to be, that is the question

Por Ing. Carlos Lorenzo

Luego del tratado del Wisconsin, impuesto por Estados Unidos, que puso término a la Guerra de los Mil Días en el Istmo, a favor del gobierno conservador que aquí había sido derrotado militar, política y socialmente, la oligarquía nativa subsidiaria de la burguesía internacional desató una conjura para entregar al naciente imperialismo norteamericano el control soberano sobre el territorio para construir el canal interoceánico.

Para concretar el mencionado objetivo, crearon un Estado mediatizado (auténtico protectorado) y aprobaron el Tratado Hay-Bunau Varilla, concerniente al canal interoceánico, conocido como el Tratado ”Panamá cede”.

En el intento de afianzar sus propósitos y garantizar los intereses mercuriales, primero fusilaron al general Victoriano Lorenzo, mi antepasado, y luego introdujeron en la Constitución Política el ignominioso Artículo 136, que facultaba a Estados Unidos para intervenir en el Istmo so pretexto de asegurar la paz y el orden ante eventuales conflictos internos. Frente a aquella grave amenaza para los intereses genuinamente nacionales, el general Buenaventura Correoso, el más destacado dirigente del liberalismo popular en la segunda mitad del siglo XIX, distribuyó una proclama, apelando a la conciencia del pueblo:

”Alerta Pueblo:”

”Se atenta contra tu soberanía, contra tu libertad y tu existencia política. ¿Lo consentirás? El pueblo que quiere ser esclavo dobla la cerviz y se somete a toda imposición ¿aceptáis estas coyundas? Aún es tiempo de reflexión, del juicio y de la energía republicana. El nuevo artículo introducido ayer al proyecto de Constitución, es el poste donde quedarán atados todos nuestros derechos políticos. No habrá camino para el levantamiento de la voluntad popular […]”.

”Esta innovación constituirá, además, un horrible y sempiterno baldón allí grabado en nuestra primera Carta Constitucional, que pesará más a todas nuestras generaciones […]”.

”To be or not to be”

El anciano general Correoso cerró su convocatoria al pueblo panameño con la célebre disyuntiva existencial que se planteó el príncipe Hamlet en una de las más extraordinarias obras del gran escritor inglés William Shakespeare, ser o no ser, ese ese es el asunto.

Es la misma disyuntiva ante la que el hombre, las organizaciones e incluso la sociedad como un todo, llegados al límite tienen que decidir. El general Omar Torrijos afirmó:

”Tenemos que defendernos porque el que se dedica a redimir injusticias sociales tiene que pensarlo muy bien. Tiene que convencerse que no va a morir de viejo en una cama. El general Torrijos sabe que va a morir violentamente, porque violenta es su vida, señores; yo sé y eso está previsto, y eso no me preocupa. Lo que me interesa es que el día que eso pase recojan la bandera, le den un beso y sigan adelante”.

Desde el golpe de Estado del 20 de diciembre de 1989, cuando Estados Unidos restauró en el poder a la oligarquía hasta hoy, al Partido Revolucionario Democrático (PRD), en particular a los torrijistas, no se les había presentado una circunstancia como la que tendrá lugar el domingo 11 de junio, para elegir al candidato a la Presidencia de la República. Será una decisión histórica estratégica que impactará al partido y a toda la sociedad panameña. Se trata de decidir entre el continuismo, la corrupción, el clientelismo y la incapacidad para gobernar, que han llevado a la mayor pobreza e inequidad a las grandes masas populares; o elegir a un genuino torrijista con la voluntad y la capacidad para rescatar al partido de Omar, cambiar el rumbo y, participativamente, avanzar hacia una sociedad más justa y de bienestar para todos.

¡Ser o no ser, ese es el asunto!