Por Virgilio Cerrud A.
Sociólogo, docente universitario
El polémico proyecto del presupuesto general del Estado, presentado por el Órgano Ejecutivo a través del flamante ministro de Economía y Finanzas, para su respectiva aprobación en la Asamblea Nacional de Diputados, demuestra lo que señalé previamente: el gobierno “con pasos firmes” está huérfano de un proyecto de desarrollo nacional.
Desde su primera presentación oficial, ese proyecto de presupuesto fue devuelto, no sólo una, sino dos veces al proponente.
Antes de seguir en el tema presupuestario, refresquemos la memoria y reflexionemos en torno a la llegada al Palacio de las Garzas del actual inquilino. Lo que realmente está detrás del inquilino presidencial proempresarial, es la “AGENDA” (políticas que debe desarrollar y que responde al poder hegemónico).
En primer lugar, el papel del traidor Luis Almagro, de la OEA. Luego, la metiche embajadora gringa y el Comando Sur (Mulino debe correr). Sigue la “brillante” Corte Suprema de Justicia de Panamá y el no menos “importante” Tribunal Electoral. Estos dos últimos violentaron las normas constitucionales y electorales, y garantizaron al poder hegemónico norteamericano que el actual presidente alcanzase en su momento el solio presidencial.
Ahora, se puede entender qué AGENDA está realmente gobernando en Panamá. Es importante recordar que desde la invasión estadounidense, en diciembre de 1989, le imponen a Panamá una caricatura de “democracia”.
El Órgano Ejecutivo, improvisa, intimida, judicializa y amenaza solapadamente al movimiento social, sindical y ambiental. Ante ese panorama, han surgido las anti-medidas privatizadoras de la Caja de Seguro Social (CSS), la anti-reapertura de la mina de cobre y los anti-embalses de río Indio.
Todo ello, responde al desastre institucional y estructural que durante 35 años post-invasión viven los panameños. Esa situación conflictiva y hostil podría empujar al gobierno a la aplicación de la política de SHOCK, que el presidente Javier Milei impuso en Argentina.
Conviene regresar al examen del presupuesto. Algunas interrogantes surgen de la presentación presupuestaria del ministro de Economía y Finanzas (MEF), Felipe Chapman:
1. El presupuesto nacional debe ser el hilo conductor del desarrollo de las políticas públicas a favor de los menos favorecidos.
2. Es una herramienta de la planificación del desarrollo del Estado, hecho para resolver los problemas nacionales, regionales y locales.
3. El presupuesto debe ser divulgado ampliamente, para que sea del conocimiento de toda la población en el ámbito nacional.
4. Este presupuesto está diseñado para satisfacer los apetitos voraces de las calificadoras de riesgo.
5. ¿A qué se debe la no sustentación del presupuesto por más del 90% de las instituciones públicas?
6. El recorte de más de 200 millones de dólares a la Caja de Seguro Social abre el camino para su privatización.
7. ¿Por qué no hay un plan de desarrollo del Gobierno “con pasos firmes” para conocer cómo se invertirá el presupuesto nacional?
8. ¿Es cierto que el sector educativo no necesita el 7% del PIB para el desarrollo de la educación nacional?
9. ¿Por qué ese presupuesto no prevé fortalecer a la Dirección General de Ingresos (DGI) para perseguir a los sectores empresariales evasores del pago de impuestos?
10. ¿Por qué se pide eliminar los subsidios a los sectores sociales y no a los grandes empresarios que no sólo evaden los impuestos y las cuotas del Seguro Social, sino que son premiados con subsidios? ¡Cínicos!
11. ¿Por qué no se recorta el pago de servicios e intereses de la impagable deuda externa?
Ese presupuesto encierra algo que huele mal. La población se enterará más adelante, cuando sea declarada la contención del gasto público.
Es necesario organizarse de manera unitaria para enfrentar a los políticos neoliberales, entreguistas, vendepatria, corruptos, clientelistas y arribistas. Con la UNIDAD y una democracia participativa, será posible consolidar el Estado Nacional, la soberanía y la autodeterminación, para garantizar que la juventud, las mujeres, los adultos mayores, los profesionales, los trabajadores, los originarios, los campesinos y los niños tengan un país con equidad, en el que puedan disfrutar los recursos sin el peligro de saqueos.
¡Así de sencilla es la cosa!
