Panamá busca antídoto polivalente contra picadura de escorpiones
Por David Carrasco
Panamá dio un salto científico significativo en la articulación de la colaboración internacional en la búsqueda de antídotos polivalentes contra la picadura de escorpiones, pero ese esfuerzo científico y de Salud se debilita y desvanece, ante la escasez de fondos y recursos para el desarrollo de nuevas investigaciones.
Así lo confirmó a Bayano digital Hildaura Acosta, directora del Centro de Investigación e Información de Medicamentos y Tóxicos de la Universidad de Panamá (CIIMET), y la persona responsable del estudio sobre escorpiones. La iniciativa funciona sobre la base de la autogestión y el soporte de la casa de estudios superiores.
Acosta resaltó que los escorpiones o alacranes son de” alta peligrosidad” para los niños y los adultos mayores, más vulnerables al veneno inoculado a través del aguijón del arácnido. Por ello, Panamá y Venezuela iniciaron conjuntamente una colaboración científica, que concluyó tras haber generado resultados concretos.
El proyecto contó inicialmente con apoyo de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt), el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud, el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat), el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y la Universidad de Panamá, luego de que autoridades médicas emitieron una alerta por la muerte de unos niños por picaduras de alacranes.
Acosta reseñó que “a partir de allí, empezamos a buscar escorpiones, trabajar con ellos, mantenerlos en cautiverio, obtener el veneno y hacer los estudios necesarios”. Adujo que “hoy por hoy, después toda una serie de trabajos muy complejos, de alto riesgo y de gran dedicación, tenemos ya estructurado un concepto que permitiría que con los escorpiones de nuestro país se pueda diseñar un estudio específico para ser utilizado en Panamá”.
Tras un potente antiveneno de uso múltiple
La directora del CIIMET dijo que la idea central del proyecto es obtener una mezcla de venenos para crear un eficaz antídoto contra la picadura que cualquier alacrán en Panamá, el país en Mesoamérica con más casos clínicos, después de México, de personas que enfrentaron accidentes con escorpiones.
En 2007, hubo en Panamá 694 casos registrados de picaduras de escorpión. En 2009, alcanzaron 2.731 casos, lo que revela un aumento significativo vinculado a la presión humana sobre el ecosistema y el cambio climático. En la actualidad, México tiene una incidencia de 250.000 casos al año de picaduras de esos animales, mientras que Panamá registra casi 4.000 casos anuales.
Los investigadores han descrito en el mundo más de 1.740 especies de escorpiones, agrupadas en 14 familias, de las cuales tres se hallan en territorio panameño, y pertenecen a seis géneros y 13 especies, lo que incentiva el uso de la biotecnología y criterios taxonómicos. Las más tóxicas son del género Tityus, de las cuales fjeron identificadas cuatro especies de importancia médica, entre ellas el Tityus cerroazul, que posee un severo veneno neurotóxico.
Venezuela confirma avances en Panamá
En 2011, el jefe del Laboratorio de Biología Molecular de Toxinas y Receptores del Instituto de Medicina Experimental de la Universidad Central de Venezuela, Adolfo Borges, indicó que se han realizado grandes avances en esas investigaciones, con la participación de investigadores panameños y venezolanos.
Borges sostuvo que los experimentos de Biología Molecular permitieron a los científicos aislar y caracterizar el ADN que codifica para las principales toxinas producidas por las especies locales del género Tityus. Esa etapa es fundamental para trabajar en la elaboración de sueros sintéticos con un enfoque biotecnológico.
Sin embargo, Acosta comentó que el proyecto continúa con exiguos recursos, como una respuesta solidaria a un problema de Salud Humana. “No tenemos los fondos de sostenibilidad y necesitamos una urgente inyección económica, para no perder los avances alcanzados”, y provocar con ello la toma de decisiones, acotó.
El proceso de investigación reforzó los lazos de cooperación entre el Ministerio de Salud, la Caja de Seguros Social (CSS) y patronatos de hospitales, para mejorar la administración de medicamentos y antídotos. Esa colaboración institucional produjo una guía aprobada de manejo integral del envenenamiento por escorpiones.
Además, ha sido confeccionado un mapa de riesgo de país, por casos detectados con alta presencia de la fauna ponzoñosa, para que la población esté debidamente informada y preparada.
Acosta indicó que si alguien captura vivo un alacrán, debe manipularlo con pinzas e introducir vivo al arácnido en un frasco sellado, y llevarlo al CIIMET para el estudio respectivo. Añadió que con el apoyo hemisférico, Panamá podría convertirse en un centro de producción de antivenenos en países de la zona ecuatorial.