Por Alberto Velásquez
Periodista y relacionista público
Hubo una vez, una ministra de Educación, quien, contrario a la naturaleza de su investidura oficial, prácticamente prohibió la circulación de un libro escrito por una destacada profesional panameña, referente al más importante colegio de Panamá: el Instituto Nacional.
Esa ministra, sin experiencia en Educación y menos en Administración Pública para dirigir un ministerio, también criticó que se leyera, en los colegios de Panamá una serie de libros de autores panameños, como Gamboa Road Gang, de Joaquín Beleño, y Desertores, de Ramón H. Jurado, entre otros, porque los consideraba muy viejos y desfasados.
Esa misma ministra fue involucrada en un negocio de mochilas escolares, lo que nunca se esclareció totalmente y dejó muchas dudas.
Hoy esa persona es nuevamente ministra de Educación, y durante sus primeros meses de gestión está demostrando la posibilidad de provocar un nuevo escándalo con la compra de laptops para los estudiantes, por la astronómica suma de 241,7 millones de balboas.
Esa ministra, fue una destacada periodista en sus primeros tiempos, pero pretende comprar 654.000 computadoras sin la autorización correspondiente del Consejo de Gabinete, tal como lo exige la Ley de Contrataciones Públicas de 2006, para compras que excedan los tres millones de balboas.
La adquisición de esas computadoras es parte de un convenio con una organización estadounidense de origen desconocido, One Laptop Per Child (OLPC), que hasta el momento no ofrece transparencia, porque se trataría de una compra directa sin el aval del Gabinete ni de la Contraloría General.
Pero, mientras la ministra dedica tiempo y esfuerzo por la aprobación de ese millonario entuerto, no se sabe qué está haciendo para solucionar el problema de las llamadas ”escuelas ranchos” en áreas empobrecidas, el deterioro de numerosos colegios en centros urbanos y el nombramiento de profesores que hacen falta a lo largo de todo el país, entre muchos otros problemas que demandan soluciones.
Ha dedicado tiempo para rondar la Asamblea Nacional, así como también lo hace Rutilio, buscando partidas millonarias para pagar el servicio de camiones cisternas, mientras el suministro de agua potable es un desastre. ¿Qué buscan esos funcionarios con esas acciones comprometedoras y cuestionadas por su falta de claridad? Con las computadoras, al igual que con las mochilas, hay muchos millones que son una tentación para que nuevamente la ministra vuelva a visitar los despachos de algunos juzgados ya conocidos.
Cómo es posible que nombren nuevamente a esa persona que no tiene ninguna capacidad para administrar la educación en nuestro país
Estas dirigencias son un impedimento al desarrollo de algo primordial como es la EDUCACIÓN.