Por Rafael García Denvers
Coordinador de Vanguardia Torrijista (VT)
El año fenece. Debiéramos despedirlo con fiestas, ilusiones y expectativas de tiempos mejores, no con incertidumbre y aires de muerte.
La lucha en los tiempos navideños y de inicio de año no son extrañas para los panameños. Por ello, posiblemente, sean tan significativas y simbólicas en el renacer del espíritu combativo del pueblo. En ese sentido, hay que recordar la gesta patriótica de enero de 1964, en defensa de la soberanía nacional.
Ya en 1947 hubo que impedir la venta de la patria. En 1989, Panamá soportó una invasión imperial casi en víspera de la Noche Buena. Nos levantamos ante la adversidad y continuamos combatiendo las metas neocoloniales. El pueblo panameño derrotó a la transnacional minera que se apoyaba en la traición a la patria y ha librado muchos otros combates en defensa del futuro digno que la patria merece.
En los inicios, en los dolores de parto y estructuración de un modelo mundial multipolar, es fundamental tener y ejercer la autodeterminación, la soberanía y el criterio de defensa colectiva para no caer en el rango de oportunistas individuales a costa de los compañeros de camino y su destino.
Por su valor estratégico como ruta de transito y el actual desempeño en la logística mundial, Panamá es participe directa del nacimiento de este nuevo mundo multipolar y punto de defensa o agresión, particularmente, de la lucha de nuestra América.
Cuando el poder económico se toma en términos absoluto el poder político y desde su marco referencial de intereses busca la solución de los problemas sociales, estamos ante una realidad de carácter eminentemente deformada. Si bien es cierto que el dinero tiene que salir de algún lado para atender los graves problemas nacionales, la solución al tema de los fondos para el programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja de Seguro Social (CSS) no puede salir del trabajador. En ningún caso, es correcto, justo ni honesto que se exprima al que menos tiene. Menos aún, cuando se busca favorecer al capital imperial, como se prevé en el anteproyecto No. 163, promovido por el gobierno.
No es lo mismo extraer una libra de una tonelada o de un quintal, que sacar la misma cantidad de una bolsa de 2,2 kilogramos. Posiblemente, en el quintal no se note y en la tonelada ni siquiera sea perceptible, pero en la bolsa de 5 representa el 20%.
Luego de la invasión imperial, de 1989, los capitales locales crecieron. La apropiación de bienes, los recursos y beneficios en pro de los grandes capitales, tanto para el mercado interno como internacional, han estado garantizadas a costa de las condiciones de vida de la población en general y muy particularmente en detrimento del hombre de a pie. Y parece que ahora, con los vientos de tormentas a nivel global, los gobernantes tienen mucha prisa por no dejar nada que pueda tener valor comercial.
El mecanismo para lograrlo no ha variado mucho. La intimidación, el chantaje, la desinformación, la descalificación, la división y la compra de serviles entre otros métodos han sido enfrentados con la denuncia, el llamado al diálogo, la protesta y la lucha en las calles; hoy ya hemos superado básicamente todas las formas, y no serán las fiestas navideñas y de fin de año las que eviten la toma de las calles, única alternativa viable para hacer entender a este gobierno, caracterizado por su compromiso con la empresa privada, las transnacionales, el imperio norteamericano y su idolatría al dinero.
El escenario que se pinta es oscuro, traicionero e infame para el pueblo. La tónica parece estar centrada en entretener, chantajear, buscar el momento del descuido y con base a la fuerza imponer, incluso por la vía de la represión, forzar las reformas a la ley de la CSS, sustentar a la mina como “balsa” de salvación económica, y sacrificar las reservas hídricas para alimentar los grandes poderes financieros y sumergir a la Educación en el reloj regresivo y hacer de las inversiones sociales un amplio formato de mercantilización. Comprar Salud y años de vida es un buen negocio que está al alcance de pocos.
No pretendo presentar un escenario apocalíptico en estos tiempos, pero sí evitar que nos lleven de tema en tema, como si fuesen realidades distintas y no simples episodios de una misma novela. IVM, Mina, Río Indio, Salud, Educación, Seguridad, Canasta Básica, Transporte y Basura están dentro de un esquema de expoliación y explotación necesarios para el enriquecimiento de los administradores del Estado, en este caso el poder económico y político regente, afincado bajo el paraguas del capital internacional y la policía de cumplimiento (el aún imperio norteamericano).
Para no dejar a la libre interpretación detalles de importancia básica, hay que cuestionar algunos hechos. ¿Quién garantiza el millonario aporte del Gobierno? Los aportes definidos por la ley del 2005 no se dieron y son parte del hueco financiero. ¿Quién garantiza la eficiencia de los cobros y la recuperación de fondos adeudados a la CSS?, Durante décadas, la evasión patronal ha sido una regla por todos conocida. Además, son los representantes de esa empresa privada los que hoy dirigen el Gobierno. ¿Nos están pidiendo un salto de fe?
Hemos sustentado y seguiremos sustentando que existen alternativas reales a los planes y proyectos del Modelo Neoliberal post invasión causante del escenario actual, pero llamamos a no descuidar el retorno a la alternativa de lucha del 2022 y el 2023, que parecen ser la ruta buscada por el presidente de la República y sus asesores, como forma de desgaste y justificar la represión, con el objetivo de completar el paquete de robo del patrimonio y los recursos nacionales.
¡Feliz, Combativo y Unitario cierre de año 2024, con un 2025 de Paz, Equidad, y Realizaciones!