La basura, el agua, la luz y la Jornada

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Basura en las calles de la ciudad de Panamá. (Foto: Panamá América).

La basura, el agua, la luz y la Jornada

Por Alberto Velásquez Morales
Periodista

La dirigencia de la Iglesia católica panameña se ha comprometido en realizar el próximo año una Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), para la cual se viene organizando desde hace varios meses con especial entusiasmo.

El hecho tiene repercusiones internacionales de gran magnitud, porque incluye la visita del papa Francisco y la concurrencia de cientos de miles de personas a nuestro país.

El Gobierno Nacional, impulsado por la inclinación católica desde sus encumbrados personajes, ha aceptado el reto de apoyar el evento con recursos económicos, logísticos, de seguridad y de diversos órdenes.

No obstante, para los efectos de realizar semejante actividad, especialmente en la ciudad de Panamá, no escapa a la ciudadanía en general el temor de que este no logre la lucidez esperada en atención a la notable incapacidad demostrada por muchos funcionarios públicos en el manejo de sus responsabilidades.

Una empresa como la anunciada necesita fundamentalmente presentarse aseada a los miles de visitantes. Necesita que el servicio de recolección de la basura se realice impecablemente. La basura, que durante años no se ha logrado recoger mediante un programa efectivo, pudiera ser un elemento perturbador durante la Jornada.

Al problema de la basura añadimos el pésimo servicio de producción y distribución del agua, no solo en la ciudad capital, sino también en numerosos puntos del país. Los dos directores del IDAAN han dado muestras fehacientes de ineptitud. Y sobre todo el último, que está sentado en su puesto esperando

que unos asesores extranjeros le enseñen a cobrar y reparar daños, utilizando los componentes de un préstamo millonario. No queremos imaginarnos la falta de agua en los momentos de la Jornada, sobre todo porque habrá gran demanda de este líquido por la presencia de los miles de visitantes.

A los temas de basura y falta de agua le sumamos el de la energía eléctrica. Todo hemos experimentado las deficiencias de este importante servicio, que tanto le ha costado al bolsillo del panameño, debido a la ineficiencia de sus administradores. La demanda de este servicio y los otros aumentará notablemente tanto en la ciudad como en el interior, en donde también se alojarán miles de jóvenes que vendrán del exterior.

El manejo del tránsito y otros servicios públicos sabemos de antemano que será pésimo. Al igual que muchos candidatos que pretenden aumentar su grado de influencia, si no pueden administrar lo que tienen, cómo será cuando se atiborren nuestras calles con tantos carros y mucha gente.

Frente a todo lo que hemos señalado, como un llamado de atención, no sólo es suficiente el entusiasmo por el acontecimiento, es necesario enseriar, poner todo el empeño y utilizar toda la inteligencia posible para que el compromiso con la Jornada no nos descalifique aún más frente a la comunidad internacional.

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