A 122 años del injusto fusilamiento del general Victoriano Lorenzo

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El general indígena Victoriano Lorenzo.

Por. Jaime Flores Cedeño
Prof. De Filosofía e Historia, abogado. y especialista en derecho laboral.

1. Nacimiento y vida de juventud:

Su legado ha sido escrito por distintos autores nacionales: Humberto Ricord, Jorge Conte Porras, Diógenes de la Rosa, Celestino Andrés Araúz y Ricaurte Soler. En el género de novela, Ramón H. Jurado, editó su clásica obra “Desertores” y Carlos Francisco Changmarín “El Guerrillero Transparente”, por citar algunos autores cuyos estudios estuvieron al servicio del fortalecimiento de la nacionalidad panameña.

Nació en 1867, en la provincia de Coclé, en el caserío de El Cacao. Era hijo de Rosa Lorenzo y María Pascuala Troya. A una temprana edad lo internaron en una escuela de jesuitas, donde aprendió a leer y escribir, bajo la dirección del sacerdote Antonio Jiménez. Se ha narrado que cuando Jiménez viajaba al exterior, Victoriano, se trasladaba a la ciudad, allí conocería a algunos maestros que lo guiaron en los oficios de sastre, barbero y zapatero. En su juventud, ocupó algunas posiciones públicas en la provincia de Coclé, la primera de gobernador en la región norte, reemplazando a su padre fallecido, poco después, por su evidente aceptación ante los indígenas, fue nombrado regidor del Cacao, su lugar de nacimiento.

Victoriano estuvo encarcelado en Las Bóvedas, a raíz de una disputa con un terrateniente de nombre Pedro de Hoyos, quien resultó muerto y que no aceptaba la jurisdicción de Victoriano. El encierro le sirvió para afinar sus conocimientos y destrezas que le serían útiles en la guerra de los Mil Días. Su secretario, Juan José Quirós Mendoza, testimonió al respecto: “En la cárcel Victoriano leyó temas de guerra, armas y libros sobre derechos ciudadanos. En el reclusorio aprendió también a manejar armas de fuego y se relacionó con las milicias”.

Durante su juventud vivió el federalismo (al momento de nacer ese sistema liberal tenía 12 años de vigencia) proyecto político instaurado en el Istmo desde 1855, promovido por el doctor Justo Arosemena “Padre de la Nacionalidad panameña”. Presenció la etapa centralista que se inauguró en 1886, con la derogación de la Constitución de Ríonegro, de 1863. El centralismo del presidente Rafael Núñez, impuso medidas coercitivas al Istmo por su rebeldía histórica, constituyendo una de las más recientes la liderada por Pedro Prestán, (1885) en Colón, sofocada con la intervención armada de Estados Unidos

Un hecho notable consistió en la incorporación del artículo 201 a la Constitución Política colombiana, se disponía que: “El Departamento de Panamá estaba sometido a la autoridad directa del gobierno y sería administrado con arreglo a leyes especiales”.

Aunado a las condiciones de represión que se padecía en el Istmo, la situación social, especialmente, de los pobres que habitaban en el arrabal era precaria y no presentó mayores cambios desde la Independencia de Panamá de España en 1821, donde las élites criollas coloniales y luego independentista, continuaron gobernando. Esa situación se mantuvo inalterada luego de la independencia de 1903, hecho que provocó levantamientos populares en el siglo XX, en los que la gente clamaba por igualdad y mejores condiciones de vida.

2. La Guerra de los Mil Días:

Inició en 1899 en Colombia y finalizó con los Tratados de Neerlandia (24 de octubre de 1902) y el Tratado de Wisconsin (21 de noviembre de 1902) suscrito en el Istmo en un vapor estadounidense. Ese conflicto fue uno de los más cruentos de la Nación colombiana de la cual formábamos parte.

Hay que recordar que Estados Unidos buscaba la pacificación del Istmo, con el fin de materializar su propósito geoestratégico de construir un Canal a través de la franja angosta de Panamá. Ese interés había adquirido fortalezas en el siglo XIX con la proclamación de la Doctrina Monroe, de 1823, opuesta por el llamado que hizo el Libertador Simón Bolívar al Congreso Anfictiónico en 1826, en el Istmo de Panamá. Con la Guerra Hispanoamericana, disputada con España, Estados Unidos potenció la relevancia de ser ellos quienes construyeran el Canal, dado que muchas de sus naves tenían que dar la vuelta por el Estrecho de Magallanes.

Victoriano entró a la Guerra en 1900, a solicitud del doctor Belisario Porras quien había sido amigo de su padre. Su motivación consistió en luchar a favor de los indígenas y campesinos, que sufrían humillaciones y maltratos del gobierno conservador, aparte de los injustificados diezmos que debían pagar. El Partido Liberal representaba determinados principios progresistas de libertad extendidos en Colombia que se oponían al conservadurismo.

La Guerra en el Istmo presentó dos etapas:

1. Antes de la Batalla del Puente de Calidonia (del 21 al 26 de julio de 1900), donde las tropas liberales sufrieron la derrota. Este revés fue un duro golpe para el liberalismo, Belisario Porras, narró en sus memorias los cientos de jóvenes muertos en el combate. Ante tal escenario, Victoriano decidió recoger gran parte de las armas de los liberales caídos, que servirían después para la segunda etapa del conflicto, y

2. En 1901, cuando se produjo un reagrupamiento de las tropas liberales hasta la firma del Tratado de Wisconsin el 21 de noviembre de 1902. En ambos momentos, Victoriano Lorenzo, desempeñó un papel de primer orden, primero como capitán y después en calidad de general de la Séptima División.

Con el “Cholo Guerrillero” y el resto de los combatientes, se puso en práctica el anhelo de libertad de los istmeños, que tiene sus orígenes desde la época colonial, cuando llegaron las embarcaciones españolas a Tierra Firme, con el propósito de expoliar las riquezas naturales y minerales.

Durante ese período histórico, caciques como: Quibián, Urracá, París y Cémaco, hicieron frente a los conquistadores, quienes no venían en plan de paz, sino, de guerra, a llevarse el oro y la plata, sin importar las vidas sacrificadas. A la rebelión indígena, se sumó el levantamiento de los cimarrones, traídos desde África, para convertirlos en esclavos. La historia resalta el heroísmo de Bayano, Felipillo, Antón Mandinga y Luis de Mozambique, sus destrezas y combatividad, causaron la ira de los conquistadores. En ese contexto, el general Victoriano Lorenzo se convirtió en un legítimo heredero de la lucha anticolonial que le antecedió.

Los liberales habían tenido una historia anticolonial que apuntaba a la obtención de libertades en el Istmo y Latinoamérica, guiados por el ejemplo de la Revolución francesa de 1789 y los enciclopedistas europeos. Al tomar parte del poder político luego de la Independencia de Panamá de España de 1821, buen número de sus adeptos fueron absorbidos por el burocratismo colonial y se forjaron como una élite política y económica en los intramuros de la urbe que chocaba con la precaria realidad del arrabal. Ello se mantuvo por décadas en el decimonono y adquirió grados de crisis sostenida con la implementación del centralismo de Núñez y los que le sucedieron, donde la poca inversión desde Bogotá hacia el Istmo, conllevó una crisis social reflejada en la carencia de escuelas, carreteras y hospitales.

Un aspecto que debe ser destacado, es que en el transcurso de la guerra, Victoriano tenía su cuartel en ”La Negrita”, en Penonomé, donde organizó su contingente integrado por 14 frentes guerrilleros que controlaban una larga extensión en Coclé y áreas circundantes. Aquellos que mantuvieron una cercanía con el general Victoriano Lorenzo lo describían como un hombre valiente y estratega militar. Por esas cualidades, su pueblo en Asamblea Popular, lo distinguió con el grado de general, ratificado por la Dirección del Ejército Liberal.

3. Arresto y ejecución:

Poco más de un mes de haberse firmado la Paz de Wisconsin, el 25 de diciembre, Victoriano fue arrestado y el 15 de mayo de 1903, lo envían ante un pelotón de fusilamiento bajo cargos que no fueron comprobados. Los siete testigos de la parte acusadora no lo señalaron directamente de haber cometido crimen alguno.

Las cláusulas del Tratado fueron transgredidas en su perjuicio, dado que el texto preveía la amnistía para los participantes de la Guerra y en caso de delitos comunes la jurisdicción competente sería la civil, tal como se señaló en las cláusulas 4 y 5, que indicaban:

Artículo 4°. Amplia amnistía y completas garantías para las personas y los bienes de los comprometidos en la actual revolución. Cancelación o anulación inmediata de todos los juicios por responsabilidades políticas, con la misma excepción de personas establecidas anteriormente.

Artículo 5°. Exclusiva competencia del poder judicial para remover y hacer efectivas responsabilidades por delitos comunes.
Posterior a su fusilamiento, se quiso justificar el mismo retrotrayendo el Decreto 212 del 18 de febrero de 1901, que instauraba los Consejos de Guerra verbales para determinados delitos y se aplicaba la pena de muerte, pero como bien anotó en su momento el jurista Humberto Ricord: “Esas leyes excepcionales solo rigen durante el estado de sitio, o durante el estado de guerra y cesan automáticamente cuando adviene la paz”, que había llegado con el Tratado de Wisconsin.

Dos días antes del fusilamiento del general Victoriano Lorenzo, el 13 de mayo, llegó al Istmo procedente de Bogotá el general, Pedro Sicard Briceño, comandante militar de Panamá y Bolívar, quien llamó a un Consejo de Guerra verbal.

En medios escritos de la época se reveló que: “era más de la una de la tarde cuando se fijaron los carteles en que se dio la noticia al público. A las dos de la tarde estaba constituido el Consejo, a las 8: 00 a.m. del día 15 se había dictado sentencia de muerte y a las 5:00 p.m. Lorenzo era cadáver, destrozado por los treinta y seis balazos, que le dispararon con doce rifles a diez pasos de distancia”. Aceptó la muerte con hidalguía y en ningún momento se arrepintió de algo que no cometió.

Su cadáver no tuvo un ataúd. Fue transportado en carreta por la ciudad hasta el cementerio bajo la mirada de miles de panameños, especialmente, gente humilde, con el objetivo de que ese acto sirviera de escarnio a los que siguieran su ejemplo. El cuerpo inerte fue arrojado en una fosa común. Los panameños estaban de luto por la muerte de su líder,. Moría de esa forma el primer guerrillero del siglo XX de Panamá y Latinoamérica. Perecía el hombre que defendió con valentía y dignidad a su pueblo; el hombre que creyó en un ideal y quien en todo momento demostró lealtad hacia sus compañeros de lucha.

4. Su ejemplo de Dignidad y Patriotismo sigue vigente:

Algunos autores expresaron sus pensamientos sobre el actuar valiente y patriótico del general Victoriano Lorenzo, que debe ser un ejemplo de lucha y dignidad para las presentes y futuras generaciones.

Diógenes de la Rosa, reflexionó en su momento que: “Lo que preocupaba seriamente a los sectores más oscuros y oscurantistas del conservatismo era el significado subversivo, la lección social que expresaba para las masas más deprimidas del Istmo la actuación de Victoriano Lorenzo. En él trataron de ajusticiar, no tanto la perecedera figura carnal, como el simbolismo, el mito explosivo, con que aparecía en la imaginación popular, pero fracasaron. El sentido y el signo de Victoriano Lorenzo, siguen alentando en el espíritu del arrabal que hasta hace poco encendían velas sobre su tumba”.
Humberto Ricord, manifestó: “Por ello, aún en nuestra época quedan muchas lagunas, muchos vacíos, para el conocimiento histórico integral de Victoriano y de su artero asesinato, que él mismo, con su gran valentía, convirtió en estoica muerte. Pero lo esencia no ha podido ser ni destruido, ni ocultado, ni difamado.

Lorenzo es hoy, sin discusión de ninguna clase, uno de los héroes o mártires del pueblo panameño, al lado de Urracá, Felipillo, Tomás Herrera, Santiago de la Guardia, Justo Arosemena, León A. Soto o Ascanio Arosemena.

Pequeños grupos citadinos en las primeras décadas del siglo XX trataron de estigmatizarlo y lo calificaron como bandido. Famosa fue la discusión pública en los años treinta que apareció en medios impresos locales entre, Ernesto Castillero Reyes y Diógenes de la Rosa, este último defensor de Victoriano.

Con el paso de las décadas su imagen se engrandecía y era visto como un héroe popular que representaba las penurias y la valentía del pueblo. La Asamblea Nacional aprobó en distintas épocas leyes que destacaban su figura ejemplar y bajo el mandato del General Omar Torrijos Herrera se continuó en esta dirección. Las leyes, Resoluciones y Decretos, en su orden fueron:

• Ley No. 67 de 31 de octubre de 1955 “Sobre honores al general Victoriano Lorenzo”.

• Resolución de la Asamblea Nacional, 30 de enero de 1966, que declara injusto el fusilamiento de Victoriano Lorenzo y es considerado un Héroe Popular.

• Decreto de Gabinete No. 130 de 13 de mayo de 1971 “Por el cual se declara a Victoriano Lorenzo, Mártir de la causa emancipadora del pueblo panameño”

• Decreto de Gabinete No. 200 de 18 de mayo de 1971 “Por el cual se rinde honores a la memoria del General Victoriano Lorenzo”.

• Ley No, 57 de 21 de diciembre de 2007 “Por la cual se declara al General Victoriano Lorenzo Héroe y Mártir de la nacionalidad panameña y el 15 de mayo día de reflexión”.

Ley No. 67 de 31 de octubre de 1955 “Sobre honores al General Victoriano Lorenzo”

Artículo 1. Ordénase la colocación de un busto fundido en bronce, en honor del General Victoriano Lorenzo, preclaro hijo de la provincia de Coclé, prominente patriota y esforzado luchador por la libertad y reivindicación del credo liberal. El busto será colocado en el lugar donde este aguerrido militar fue fusilado y exhibirá en su pedestal una placa que contenga la siguiente leyenda: “Aquí fue fusilado este gran forjador y defensor de la Soberanía Nacional”.

Artículo 2. Vótase la suma de tres mil balboas (B/3.000) los que serán incluidos en el Presupuesto de la actual vigencia económica, para dar cumplimiento a la presente Ley que comenzará a regir desde su sanción

Dada en la ciudad de Panamá, a los veintisiete días del mes de octubre de mil novecientos cincuenta y cinco.

El presidente
Temístocles Díaz

El secretario general
G. Sierra Gutiérrez

República de Panamá, Órgano Nacional, Presidencia, Panamá, 31 de octubre de 1955.

Ejecútese y Publíquese

Ricardo M. Arias. E.

El Ministerio de Gobierno y Justicia

Alejandro Remón C.

Bibliografía

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Calzadillas G. Carlos (2003) “Historia sincera de la República, siglo XX”, EUPAN, Panamá.

Castillero, Pimentel (1980) “Panamá 1903. 1950”. Panamá.

Chong, Moisés (1968) “Historia de Panamá”.

De la Rosa, Diógenes (1958) “Tamiz del 3 de noviembre”, Ediciones del Municipio de Panamá.

Flores Cedeño, Jaime (2017) “Justo Arosemena, Padre de la Nacionalidad panameña”, Panamá.

Gasteazoro, Carlos Manuel, Araúz, Celestino, Muñoz, Pinzón (1999) “La Historia de Panamá en sus Textos”, Editorial Universitaria, Tomo II.

Navarro Figueroa, Alfredo (1982) “Dominio y Sociedad en el Panamá Colombiano”, Editorial Universitaria, Panamá.

Porras, Conte (1986) “Antología de la Guerra de los Mil Días”, Biblioteca José Domingo Espinar, Tomo 1 y 2 Panamá.

Ricord, Humberto (2003) “Vida pasión y asesinato de Victoriano Lorenzo”, Edición Conmemorativa del Centenario, Panama.

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