9 de enero de 1964: ¿sacrificio para qué?

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Ascanio Arosemena, primer mártir de la gesta del 9 de enero de 1964, socorre a su amigo Ricardo Hurtado, herido por una munición explosiva.

Por Antonio Saldaña
Abogado y analista político

Cuando ocurrieron los hechos del 9 de enero de 1964, yo acaba de terminar el primer año de Secundaria (Premedia) en el Instituto Fermín Naudeau. Mi madre —mamá Chon—, a quien amaba y respetaba devotamente, me convenció para que yo no acudiese desde mi humilde hogar en Puente del Rey (Panamá Viejo) a participar con el pueblo panameño en el patriótico y desigual enfrentamiento en contra de los “zonians” (estudiantes y adultos civiles), la policía zoneíta y el ejército norteamericano acantonado entonces en 12 bases en las riberas del Canal de Panamá.

Sin embargo, no ha transcurrido un día, una semana, un mes y un año después de estos aciagos acontecimientos luctuosos en que no haya estado en una trinchera de combate, como activista estudiantil, dirigente comunitario y político en contra de la presencia —primero colonial y, luego, pos invasión, neocolonial— de las agencias estadounidenses (Ejército, CIA, DEA, Departamento del Tesoro), y de su embajada, inmiscuidas en los asuntos internos de nuestra patria.

Hoy en mis postreros días, he dedicado esfuerzo intelectual y político, por un lado, a denunciar el cohecho y la opacidad de los gobiernos posteriores a la invasión del 20 de diciembre de 1989 y, por el otro, a rechazar el rumbo neoliberal y el clientelismo político de la República secuestrada por gobiernos y entelequias de la “clase política” de la plutocracia.

Es lamentable que a 58 años de la gesta patriótica del 9 de enero, que sentó la base generacional de la liberación nacional, de la recuperación del Canal y la antigua “Zona del Canal”, los héroes aún tengan que andar mendigando derechos adquiridos con su propio valor y dignidad personal.

También es sumamente doloroso que una acción heroica y patriótica de todo un pueblo se haya convertido en beneficio casi exclusivo de la “clase burocrática”. Por ejemplo, el “amo chocolate” percibe un salario mensual en la “otra República” (ACP), 52 veces más que el salario mínimo en Panamá; dos mil millones de balboas (en el 2021), de los excedentes del Canal, fueron a parar al “charco sin fondo” del gobierno clientelar; y empresas multinacionales portuarias a las que —una de estas últimas— se renovó un dadivoso contrato para que áreas concedidas con fines de desarrollo portuario las “alquile” y, con ello, pague la anualidad al Estado panameño.

De manera que en este nuevo aniversario de la fecha patriótica de los héroes y mártires del 9, 10, 11 y 12 de enero de 1964, el mejor homenaje a los próceres populares es darle continuidad a su lucha, que se traduce en combatir el vasallaje de los gobiernos de la plutocracia en la nueva agenda estadounidense de capitalismo salvaje “Made in USA”, y del ‘consenso de Washington’; sobre la remilitarización del territorio istmeño y de las agencias policiales nacionales (PN, SENAN, SENAFRONT y SPI), y de la injerencia del “Norte revuelto y brutal” en los asuntos internos de la República de Panamá.

Hoy, más que nunca, alcanza resonancia nacional la frase de Omar: “en esta lucha nos encontrarán de pie o muertos, nunca de rodillas”.

¡Así de sencilla es la cosa!

1 COMENTARIO

  1. La lucha continua compañero Saldaña. A igual que tu seré la piedraeen el zapato de la oligarquía y un luchador social desde mí cátedra universitaria desde la cuál palpó con angustia la apatía de algunos jóvenesl

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