Un Canal neutral contribuye a la paz

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Vía acuática en manos panameñas.

Por Efraín Reyes Medina
Director vitalicio de Bayano

Los científicos han estimado que hace unos tres millones de años, la madre naturaleza parió al istmo de Panamá, para unir a dos masas continentales. Así, la madre naturaleza fue sellando el destino del mundo.

Las consecuencias de la formación del territorio panameño fueron traumáticas. Ello provocó lo conoce como el “Gran Intercambio Americano” de especies, mientras que en el mar hubo el “Gran Cisma Americano” y un evento biológico impresionante.

El fenómeno del “Cisma Americano” desembocó en el cambio climático, la separación de los océanos, la creación de la corriente del Golfo de México. Esos fenómenos permitieron el surgimiento de nueva fauna y flora. De hecho, los científicos reconocen que esos dramáticos cambios crearon las condiciones para que surgiera la vida humana. Y así fue como ocurrió todo.

Una historia de contactos

Una vez terminado el Canal de Suez, en Egipto, los franceses escogieron la ruta de Panamá para abrir el Canal Interoceánico. Respaldados por el éxito obtenido por Ferdinand de Lesseps, en Suez, los franceses intentaron abrir la zanja interoceánica. Es de todos conocido el estrepitoso fracaso del proyecto canalero promovido por Francia, debido a la corrupción instaurada y a la propagación de una epidemia de fiebre amarilla.

El descubrimiento de las minas de oro en California y el aumento de los intereses expansionistas de Estados Unidos, impulsaron a los estadounidenses a adquirir los derechos para la construcción de la vía acuática. Los estadounidenses necesitaban que la flota del Atlántico pasase rápidamente al Pacífico y viceversa. Por ese motivo, crearon un Canal para la guerra y el trasiego de mercancía de la costa Este a la costa Oeste. A través del Tratado “Herrán-Hay” dejan claro sus verdaderos intereses expansionistas en Panamá.

Deseosos de afincare en forma definitiva en el istmo, los estadounidenses se entiende con un sagaz e inescrupuloso empresario francés, Philippe Bunau Varilla, quien convence al gobierno de Panamá para ser designado negociador del Tratado “Hay-Bunau Varilla”, que lleva su nombre y del inescrupuloso secretario de Estado de Estados Unidos, John Hay, para el control del Canal y segregar el territorio canalero.

De ese modo, Estados Unidos competa la colonización de lo que posteriormente se conocería como la Zona del Canal de Panamá, a la que llegaron en forma mayoritaria esclavistas del Sur de Estados Unidos. Esa pare de la historia permite recordar un modelo de segregación o apartheid, en el que fue creada una nómina de plata o “Silver Roll” para negros, y una nómina de oro “o Gold Roll” para blancos durante la construcción de las esclusas de la vía acuática que empezó a operar en 1914.

Resistencia anticolonialista

El pueblo panameño repudió el Tratado “Hay-Bunau Varilla” desde su firma en 1903. Generaciones tras generaciones pelearon para que cesara la colonia extranjera en suelo panameño, hasta que apareció un insigne patriota llamado Omar Torrijos Herrera, quien abrazó las banderas de tres generaciones. Torrijos consiguió borrar la denominada “quinta frontera” en la Zona del Canal de Panamá, a través de la salida de bases estadounidense y la transferencia progresiva de tierras y aguas a la jurisdicción de este país.

El mundo está en deuda con Panamá, ya que los panameños convirtieron un Canal para la guerra en un Canal neutral por el que transitan buques de todas las banderas del mundo. Habría que reconocer el sacrificio de los mártires de la lucha por la soberanía, el heroísmo de la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP) y el papel de figuras como Aquilino Boyd, Rómulo Escobar Bethancourt, Aristides Royo y Jorge Ritter, entre otros, por sus esfuerzos a favor de los Tratados “Torrijos-Carter”, que fueron suscritos en Washington el 7 de septiembre de 1977.

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