El débil sistema judicial panameño vuelve a recibir la presión del poderoso negocio minero multinacional para torcer el camino soberano del pueblo de Panamá y reactivar el perverso expolio de la minería a cielo abierto.
Por un lado, persisten las temerarias demandas judiciales contra adversarios del leonino contrato entre el gobierno y la empresa Minera Panamá, S.A., subsidiaria de First Quantum Minerals.
Por otra parte, surge la amenaza de un arbitraje internacional en una corte judicial en Miami, cuyo propósito es poner de rodillas al Estado panameño por un presunto incumplimiento contractual.
La minería intensiva tiene un efecto perverso en un país con una geografía frágil y estrecha, en la que fueron comprometidas las fuentes hídricas y dañados importantes tramos del Corredor Biológico Mesoamericano.
Es hora de exigir el rechazo a la injusticia ambiental y la derrota de los intentos de convertir a este país en una cloaca inmunda o un infame enclave minero.