El estadounidense Paul Alexander, que contrajo la poliomielitis hace casi 70 años, ha vivido todo ese tiempo postrado, sin apenas moverse y conectado a un pulmón de acero, convirtiéndose en una de las últimas personas del mundo en usar este tipo de máquina para respirar.
El hombre, nacido en Texas, fue víctima de la grave enfermedad cuando tenía apenas seis años en 1952 y en cuestión de días quedó paralizado del cuello para abajo. Debido a que no podía moverse ni respirar, fue llevado de urgencia al hospital, donde en un inicio lo declararon muerto.
Entonces, un médico le realizó rápidamente una traqueotomía y pudo salvarlo, pero fue necesario colocarlo en un pulmón de acero, una máquina metálica de forma cilíndrica usada para proveer respiración mecánica a los pacientes que han perdido el control de sus músculos.
En un corto documental realizado por Mitch Summers, Paul contó que a la gente de ese entonces «no le agradaba mucho» su aspecto. «Sentía que se mostraban incómodos a mi alrededor», recuerda. De joven, incluso tuvo problemas para ingresar a la universidad porque le decían que estaba «demasiado lisiado«.
Luego de dos años de insistir, finalmente pudo ser aceptado en la universidad con algunas condiciones, y gracias a su perseverancia logró convertirse en abogado. Además de cumplir su sueño profesional, afirma que disfruta de la lectura, de pintar cuadros con la boca y de estudiar, pero odia ver simplemente la televisión.
Al ser preguntado sobre qué hace por las mañanas, Paul respondió que «lo mismo que hace todo el mundo», solo que con «un poco de ayuda». «Me despierto, me lavo los dientes, me lavo la cara, me afeito y desayuno», contó.
Paul espera que su experiencia de vida sirva de ejemplo de perseverancia para otras personas. «No importa de dónde vengas o cuál sea tu pasado, o los retos a los que te puedas enfrentar, realmente puedes hacer cualquier cosa. Solo tienes que proponértelo y trabajar duro. Mi historia es un ejemplo de por qué tu pasado o incluso tu discapacidad no tienen por qué definir tu futuro», reflexionó.
Aunque con el avance de la medicina y de la tecnología se han inventado ventiladores más modernos, Paul ha decidido seguir viviendo con su viejo pulmón de acero, recoge el portal Ary News.