El FIA rindió homenaje a Chavela Vargas, cantante costarricense ya fallecida que vivió en México, y que se proyectó internacionalmente por su potente interpretación.
Por Ana Beatriz Fernández González
Semanario Universidad (Costa Rica)
En el auditorio del Museo del Jade, el recuerdo de Chavela Vargas convocó a grandes de la canción latinoamericana para homenajear a la artista nacida en nuestro país, pero radicada desde su adolescencia en México. De ese país que la celebró, abrazó y vio morir a sus 93 años de edad, ella asumió la ciudadanía.
Hasta el final de sus días –murió el viernes 3 de agosto del 2012 en Cuernavaca–, la intérprete de música popular, conocida como “la Chamana”, renegó con furia y luego con indiferencia de la Costa Rica puritana de finales de los años treinta, una sociedad que la “expulsó” sin miramientos por su orientación sexual.
No hay sobre el escenario un holograma de la cantante, pero es como si lo hubiera, pues bastan los recuerdos y anécdotas de los tertulianos presentes para dibujarla con claridad, a través de una profunda admiración, agradecimiento y ante todo cariño hacia ella.
Los afamados artistas Tania Libertad (Perú-México), Andrea Echeverri (Colombia), el dúo Los Macorinos (México-Argentina), Gabriela Moreno (Guatemala), Debi Nova (Costa Rica), Marisoul (Estados Unidos) y Marisol Gasé (México) se juntaron la tarde del martes 10 de abril, para ofrecer el conversatorio “Recordando a Chavela…”. Dicho evento se realizó en el del triple homenaje rendido a la artista en el marco del Festival Internacional de las Artes 2018 (FIA 2018).
La tertulia se sumó a otras dos actividades dedicadas a la potente Chavela: la exposición “El canto del alma”, que se realizó en el Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural, y el concierto “Volver, volver… ecos de Chavela Vargas”, llevado a cabo en la Plaza Máximo Fernández en San Pedro de Montes de Oca, el miércoles 11 de abril a las 6 p.m.
Ante las preguntas de la moderadora Lorna Chacón, periodista y directora de la Escuela de Ciencias Comunicación Colectiva de la Universidad de Costa Rica (UCR), los artistas repasaron su relación con Chavela y compartieron historias vividas junto a la cantante, así como la influencia que tuvo en sus vidas y carreras.
Aunque las artistas Andrea Echeverri, Debi Nova, Gaby Moreno, Marisoul y Marisol Gasé no tuvieron la oportunidad de conocerla personalmente, todas coincidieron en que Chavela les suscita continuar el canto con un influjo arraigado a la interpretación y no en la perfección vocal.
Por su parte, Tania Libertad y Los Macorinos mantuvieron una relación muy cercana con la artista. El dúo de guitarristas, conformado por Miguel Peña y Juan Carlos Allende, acompañó en conciertos a Chavela a lo largo de sus últimos diez años de vida y la cantante peruana la conoció recién llegada a México en los años ochenta, momento a partir del cual entablaron una fuerte amistad.
Chavela tuvo serios problemas de alcoholismo que superó cuando ya era una mujer madura. “Yo no soy bohemia, yo nací bohemia”, afirmaba María Isabel Vargas Lizano. Ese era el nombre de pila de la artista, nacida el 17 de abril del 1919 en San Joaquín de Flores, y quien decía que su Chavela se escribía con v de varón, según recordó Tania Libertad.
A continuación, UNIVERSIDAD ofrece un extracto de la conversación en honor a Chavela, gracias a la cual los invitados hicieron un recorrido vivencial y distendido, cargado de humor y afecto por su legado, libertad, canto y fuerza interpretativa.
Invocando a Chavela
Miguel Peña: Tuvimos el privilegio y oportunidad de acompañar a Chavela durante los diez últimos años, hasta que falleció. Nunca le fallamos en ningún concierto y siempre nos trató muy bien; la conocimos cuando ya estaba muy tranquilita. Siempre tuvimos ese respeto hacia su vida privada y nunca nos atrevimos a preguntarle nada, y lo que sabíamos de sus anécdotas era cuando sus amigos estaban ahí, Pedro Almodóvar, entre ellos, y otros importantes dentro de la literatura y pintura. (En ese momento) era una mujer muy prudente, ya no bebía. La acompañamos varias veces en España en sus giras y para nosotros fue una gran sorpresa cuando tocamos con ella la primera vez en el Teatro Isaac Albéniz, en Madrid. Nunca habíamos tocado con ella y nunca ensayamos con ella; dirán: “pero, ¿cómo?” Ella decía: “a ver, voy empezar una canción: Amanecer otra vez entre tus brazos…y ya, hasta ahí; después me siguen porque yo nunca canto nada igual”. Lo que teníamos era la tonalidad, su altura, su nivel de bajos y de agudos; y entre Juan Carlos y yo siempre tuvimos la suerte de que nunca nos llamó la atención, siempre fue satisfactorio el resultado.
Juan Carlos Allende: Chavela, además de su generosidad para con nosotros, era una mujer muy fuerte, temperamental, y, como se dice en el núcleo popular, de pocas pulgas; pero nos trató estupendamente, yo no sé si fue un acto piadoso de ella. Chavela para nosotros ha sido un ángel, no hemos tenido ni media palabra de controversia.
Tania Libertad: Nací en el Perú, pero me fui a vivir en los ochenta a México y el nombre de Chavela era una leyenda porque estaba retirada, porque nadie sabía dónde estaba. Llegamos a un café concert que se llama El hábito, que ahora es El vicio, donde se juntaban cantantes marginales. Ahí, dos grandes actrices, Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe, deciden rescatar a Chavela de donde se había ido a refugiar y la convencen para que cante dos días. Vi el regreso de Chavela en los noventa; iba a cada concierto, me conmovía hasta las lágrimas, ni hablábamos, venía y me abrazaba y yo la abrazaba, y yo seguía llorando. Es una mujer que, cada vez que vi, me provocaba el llanto, y tengo que decir que yo no soy llorona, soy una mujer que me he hecho más o menos fuerte. Ella me logró conmover siempre. Después la llevaron a España y empezó su gran renacimiento como intérprete a los 70 años, que es extraordinario. Cada vez que venía a cantar a México, la iba a ver a Bellas Artes, y la recuerdo durante la presentación de la película Frida. Después de eso, cantamos en su funeral. La relación con ella parte de una gran admiración: yo era fan de Chavela, más que amiga era su fan; era una gran admiradora de una mujer defensora primero de sus derechos y luego de los derechos de los demás. Una mujer que luchó por todas las libertades que nos corresponden no solo a las mujeres, sino a todos, en unas épocas muy difíciles.
Andrea Echeverri: Yo no la pude conocer, pero me tocó esa transmisión de parte de mi mamá. Colombia estuvo alimentada por música mexicana y argentina por mucho tiempo. Yo de hecho no conozco mucho la interpretación de Chavela, sino todas las canciones que mi mamá cantaba de ella, como “Ojalá que te vaya bonito” y “Un mundo raro”, que son para mí súper cotidianas. Luego, una vez la pude ver en vivo en Bogotá. Yo creo que para cualquier cantante oírla era muy impresionante. Las cantantes somos un poco neuróticas y locas, y a veces nos vamos con lo de la voz, y sufrimos, nos enfermamos y estamos pendientes de la perfección, de estar afinadas, una cosa horrible de manejar en la vida. Y de pronto una ve este personaje que le importaba un carajo que estuviera cantando mal, ella seguía relajada y comunicando. Yo soy intérprete también, porque cuando su merced puede pasar por encima de eso y es capaz de hacer sentir cosas a la gente, ahí es que logra algo. Ella era muy regia y se le quebraba la voz, y ella seguía: así es que yo canto. Una vez escuché que le preguntaron que si tomaba clases de canto y ella más o menos se murió de la risa. Yo oigo esas cantantes de ahora, que cantan impresionante, pero todas cantan muy parecido, porque a todas, para encontrar el lugar de la resonancia, que no se lastimen, se les olvida que lo único que tiene que resonar es el espíritu de cada persona, y esta cosa de comunicar, yo creo que ella es reina en eso. En esta tandita que yo me vi unos youtubes de ella cantando, es impresionante, hace lo que le da la gana, es inspirador, liberador ante todo. Casi canto con ella, íbamos a hacer “Ojalá que te vaya bonito” y alcancé a hablar dos veces con ella, lamentablemente no cuajó la vaina. Espero que su espíritu nos ilumine a todas las cantantes para que olvidemos tanta neura y comuniquemos.
Debi Nova: Hacemos un tributo a esta mujer costarricense que alzó vuelo, que fue alrededor del mundo a repartir emoción por los escenarios, Para mí como cantante fue una gran escuela. Yo, creciendo en Costa Rica, no sabía quién era Chavela Vargas, es un dato que me parece muy curioso, y me parece maravilloso que estemos haciendo esto hoy porque también traemos a las generaciones jóvenes para que sepan que Chavela Vargas es una cantante que nació en Costa Rica. Es una figura que creo que todavía se está descubriendo en este país, y me parece muy simbólico que este homenaje suceda después de todo lo que hemos pasado en Costa Rica, por lo que ella representa, porque es una mujer que representa libertad. Creo que es tardío y que debió pasar hace muchos años, pero lo estamos haciendo con mujeres maravillosas de toda Latinoamérica. Mi relación con Chavela es ejemplo, es escuela; saber que se puede salir de este país, se pueden extender las alas, se puede soñar en grande, hasta con setenta u ochenta años, no hay edad para lo que hacemos nosotras. Decir “ya estoy muy vieja, ya no voy a cantar nada, nadie me va a querer contratar”, y Chavela es un ejemplo de que tampoco eso importa, que no hay edad para comunicar una emoción.
Marisoul de Los Ángeles: A Chavela Vargas yo la escuché quizá por mi mamá, por mi abuelo. La primera vez que la descubrí fue con la canción (canta) “Ponme la mano aquí Macorina, ponme la mano aquí”; yo era una adolescente experimentando y me atrajo mucho esa canción. Me impresionó mucho cuando la vi por primera vez, cuando conocí la imagen de Chavela en la película Frida. Me emocionó muchísimo ver esta imagen de esta mujer hombre que me hacía sentir, que transmitía con su voz, con su manera de cantar. Para mí, que ando por los caminos cantando, para mí ella es una escuela de lo que se debe hacer como cantante, que es transmitir, emocionar, hacer llorar, provocar a la gente.
Gaby Moreno: Yo en Guatemala no escuché a Chavela; fue hasta que llegué a Los Ángeles que empecé a descubrir más esa música del folclor latinoamericano. Pero fue cuando vi la película Frida, y me dije: ¿qué es esto, hombre mujer?, me cautivó muchísimo. Y desde ese momento fui a comprar discos y a escuchar su música. Lo que me encanta de ella es lo radical que es, me parece que tiene una deslumbrante singularidad, me encantó que siempre estuvo a contracorriente, rompiendo esquemas, marginal, visceral; todo eso me influenció en la manera en que yo componía y cantaba. Cuando escuché “La llorona”, fue cuando me inspiró a componer un tema sobre una leyenda guatemalteca que se llama “El sombrerón”, y así fui descubriendo poco a poco videos, con la tristeza de que nunca la pude conocer, nunca pude verla en concierto.
Marisol Gasé: A mí me toca hacer la parte actoral, (en el concierto en homenaje a Chavela), estructurar una historia con un par de personajes: una mesera/mesero que sueña que va a llevarle una cena a Chavela Vargas como le gustaba, y dentro del sueño están las cinco cantantes (se refiere a las cantantes presentes en el homenaje) más fantásticas del planeta. Ella estuvo escondida 20 años y luego tuvo un regreso con una fuerza bestial. En el bar El vicio, Chavela abrió esa puerta para expresarse y gritar a los cuatro vientos, y qué mejor momento (de hacer el concierto) en Costa Rica, que después de haber pasado unas elecciones dignas y honestas; ojalá que en México nos pase lo mismo este año. Quiero felicitarlos por su democracia.