Por Leonora Chapman | amlat@rcinet.ca
Los vikingos se han tallado un lugar privilegiado en la historia europea. Eran navegantes expertos ‒utilizando el sol, las estrellas, las montañas e incluso las ballenas migratorias para ayudarlos a cruzar el mar‒, pero algunos se han preguntado sobre su ingenio para viajar por las largas extensiones de aguas abiertas entre Groenlandia, Islandia y Terranova, Canadá.
Del 700 hasta el 1200, estos pueblos escandinavos fueron los reyes indiscutibles de los mares en Europa. Organizaron redadas en toda la costa continental y algunas veces bajaron hasta España para saquear.
Y llegaron a Terranova, Canadá.
“Si existe algo así como una piedra solar que pudiera haber ayudado en esta navegación, me parece plausible que la hayan usado”.
-Peter Pope, arqueólogo en la Memorial University, Terranova
Esta piedra solar es considerada mítica. Muy pocas referencias existen, con la excepción de una leyenda islandesa: la saga de San Olaf.
Aun así, ella podría explicar cómo los vikingos pudieron viajar regularmente entre Europa, Islandia, Groenlandia y Terranova, antes del desarrollo de instrumentos de navegación más modernos.
“Este período, el período de los vikingos, es anterior a la introducción de las brújulas entre los europeos”, dice Peter Pope.
La piedra solar se encontró en 2002 en un naufragio ubicado entre Francia e Inglaterra.
En un documento publicado ese año, un grupo franco-británico argumentó que el Alderney Crystal, un trozo de calcita islandesa hallado en medio de un naufragio del siglo XVI en el fondo del Canal de la Mancha, funcionaba como una especie de brújula solar que permitía a los navegantes determinar la posición del sol.
Es posible que los vikingos no hayan captado la física detrás del fenómeno, pero eso no representaría un problema.
“No tienes que entender cómo funciona”, dijo Albert Le Floch, de la Universidad de Rennes en el oeste de Francia. “Usarlo es básicamente fácil”.
El talento de los Vikingos sigue siendo un misterio
Sin embargo, a pesar de estos múltiples desplazamientos, el origen de los talentos de navegación de los vikingos siempre ha sido misterioso. En aquel entonces se aventuraban en el mar sin una brújula o una herramienta de navegación precisa.
Aunque a menudo navegaban por las costas, tuvieron que aventurarse varias veces en alta mar sin señales visuales. Si bien sus barcos eran muy eficaces para la época, si se perdían en un día nublado o en la niebla, era muerte segura.
Las únicas pistas sobre su experiencia se encuentran en las leyendas populares. Entre otras cosas, hablan de una herramienta llamada “Pierre de Soleil”, que les permitió detectar la estrella del día entre el amanecer y el atardecer.
Le Floch notó que una leyenda islandesa, la Saga de San Olaf, parece referirse a tal cristal cuando dice que Olaf usó una “piedra solar” para verificar la posición del sol en un día nevado.
Pero eso es todo. Se han encontrado pocas referencias medievales a las piedras solares, y nunca se han recuperado cristales de las tumbas o barcos vikingos. Hasta que se recuperó el cristal de Alderney en 2002, había poca o ninguna evidencia sólida para respaldar la teoría.
Hacer que el sol brille a través de las nubes
La mejor indicación de lo que es una piedra solar proviene de un descubrimiento realizado en un naufragio británico del siglo XVI, donde se encontró un cristal de calcita entre las herramientas de navegación a bordo.
Este mineral transparente es bastante común, pero también tiene una propiedad óptica especial llamada birrefringencia. Toda la luz que pasa se divide en dos, un poco como los prismas que descomponen el color.
Entre los dos rayos, uno es más débil y el otro es más fuerte. Sin embargo, cuando el observador alinea el cristal directamente con la fuente de luz, los dos rayos tienen exactamente la misma fuerza. Esta propiedad se basa en la polarización de la luz, un principio muy útil en óptica y fotografía.
Con un poco de práctica, es posible saber dónde está el sol en algunos grados, incluso en tiempos nublados.
La investigación: navegar por un mundo virtual
Bien que las propiedades ópticas de esta piedra sean interesantes, es difícil verificar en persona su utilidad en el campo de la navegación. Usar el cristal durante un viaje en el mar no tendría valor estadístico. Harían falta cientos de pruebas para sacar conclusiones importantes.
Entonces los investigadores probaron la efectividad del mineral mediante simulación por computadora, donde los algoritmos matemáticos desempeñaron el papel de las naves vikingas. Los hicieron navegar miles de veces entre Noruega y Groenlandia. Los resultados de su trabajo han sido publicados en la revista Royal Society.
Las simulaciones realizadas tenían tres variables principales: la capa de nubes, el tipo de mineral utilizado como piedra solar y el número de veces por día que el navegador virtual podía controlar su trayectoria con ella.
Los investigadores encontraron que al usar la piedra solar cada tres horas, la tripulación llegó a tierra entre el 92 y el 100 por ciento del tiempo. Limitar el uso de piedra solar a una vez cada cuatro horas reduciría la tasa de éxito de las expediciones a entre 32 y 59 por ciento. Debajo de esto, la tripulación se perdía en el mar durante las simulaciones.
Aunque este trabajo no pueda confirmar que los vikingos realmente usaron estas piedras, sí demuestran que tal método habría sido posible y útil.
A la espera de encontrar un verdadero depósito de estos artefactos durante las excavaciones arqueológicas en un antiguo campamento vikingo, el estudio permite, al menos, seguir imaginando su legendario coraje e ingenio.