La crisis del capitalismo y el Coronavirus

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Caída de las bolsas en tiempos del Coronavirus genera alarma en los mercados financieros.

Por Marco A. Gandásegui, hijo
Profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA

Las bolsas de valores del mundo han colapsado y se encuentran en la peor crisis desde la “gran recesión” de 2007-2008. El mundo financiero estaba anunciando desde hace un par de años su fragilidad y probable caída. Quienes asocian los problemas de las bolsas con la epidemia del Coronavirus están confundiendo dos fenómenos distintos. Para colmo, se produjo también la debacle del mercado mundial del petróleo como consecuencia de conflictos entre Arabia Saudita y Rusia.

El colapso de las bolsas, el Coronavirus y el conflicto petrolero se dan todos en medio de una campaña política en EEUU que determinará a fines de año quien será el próximo ocupante de la Casa Blanca. La salud de las bolsas de valores depende de la confianza que tengan en ellas los inversionistas. A pesar de que son millones de inversionistas, sólo son una docena –más o menos– que mueven los millones de millones de dólares que se juegan en las bolsas todos los días.

Los analistas describen como se desplomaron las acciones de las grandes empresas asociadas a las industrias bancarias, de seguros y de bienes raíces. Obviamente, esta situación no es culpa del corona-virus. Tanto en los centros financieros del capitalismo desarrollado, como en los foros sobre el cambio climático o en los espacios que generan las contradicciones por la defensa de posiciones geopolíticas, se producen debates que no conducen a soluciones para los problemas actuales. En el fondo, la discusión gira en torno a la crisis del sistema capitalista a escala mundial.

Hay quienes plantean que hay tres posiciones en el debate: El gran capital, las poderosas organizaciones no gubernamentales y las fuerzas populares. El gran capital plantea mejorar la administración del sistema (la globalización propuesta por el establishment) o regresar al pasado idílico (propuesta de Trump). Las ONG globales insisten en reducir la amenaza catastrófica que representa el calentamiento de la tierra. Las fuerzas populares se dividen entre quienes plantean transformar el sistema (socialismo u otra opción) y quienes sostienen que se puede reformar (capitalismo light).

El capital corporativo que domina todas las transacciones especulativas e inversiones productivas a escala mundial se asustó con la publicación en 2015 del libro de Tomás Picketty sobre El capital en el siglo XXI. La obra del francés señala –con datos empíricos– que la acumulación de capital tiene un límite y que el mismo se está acercando.

La epidemia del Coronavirus está golpeando fuerte. Hay 100.000 casos detectados y 3.000 muertes a escala mundial. Gran parte del daño se concentra en una provincia de China. Sin embargo, Pekín ya anunció que está disminuyendo el número de enfermos y se están cerrando los hospitales construidos para atender la emergencia. Es una buena noticia hasta cierto punto. Es de esperar que la tendencia de recuperación siga el mismo curso en el resto del mundo.

A pesar de ello, la crisis del capitalismo seguirá golpeando la economía global y a los países de la comunidad internacional. ¿Podrán recuperarse las bolsas de valores? ¿Podrán las economías “reales” seguir produciendo para un mercado quebrado? Todo indica que hay que prepararse para iniciar transformaciones radicales a escala mundial para sostener los niveles de producción y crear un nuevo sistema de distribución de las riquezas.

1 COMENTARIO

  1. Toda esta debacle trahera una nueva casta de trillonarios global. porque el sistema cambiante.esta creado para que estos pasos se den y halla una nueva transformación humana.

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