Levantarse para vencer es tarea de los pueblos. Editorial del 12 de marzo

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La población panameña enfrenta hoy una amenaza verdadera a causa de la pandemia desencadenada por la propagación del Coronavirus (COVID-19), que ha provocado muertes debido a complicaciones respiratorias en pacientes contagiados a través del contacto con personas enfermas. Ese desafío a la Salud presiona al máximo al sistema epidemiológico en varios países, entre ellos Panamá.

El manejo informativo deficiente y la desinformación atribuida a medios y redes sociales sin compromiso con el objetivo central de enfrentar la enfermedad, ha contribuido a la generación de miedo, consumo desenfrenado de productos de higiene, desabastecimiento, aumento de la demanda hospitalaria, el descenso en la movilidad urbana y la pérdida de dinamismo en el comercio y el turismo.

Pese al nivel de equipamiento en centros hospitalarios y la rápida respuesta de laboratorios en la identificación de los casos positivos por Coronavirus, Panamá se enfrenta a un bajo nivel de organización para la movilización de recursos humanos con capacidad de generar las ágiles respuestas solidarias que fueron concretadas en la década de 1970 por el gobierno del desaparecido general Omar Torrijos.

Una juventud desanimada, sin organización de bases, sin liderazgos propios y carente de perspectivas en las esferas de decisión política, difícilmente puede reaccionar ahora cuando se requieren servicios comunitarios efectivos que no pueden ser suplidos por el personal en las policlínicas, hospitales y centros de Salud, debido al estrés y la tensión laboral a causa de la emergencia decretada en este país.

En China, donde surgieron los primeros brotes de la enfermedad de origen viral, se ha conseguido una reducción de casos debido a que el Estado desarrolló una estrategia que abarcó el aislamiento de las zonas altamente contaminadas, la desinfección e higiene, el apoyo de equipos médicos entrenados, policías, jóvenes voluntarios y la instauración de terapias innovadoras para los contagiados.

En cambio, en Panamá, la falta de una visión nacional integradora indujo a empresarios sin escrúpulo a la especulación de precios en la venta de medicamentos e insumos médicos y, en algunos casos, generaron un desabastecimiento criminal atribuido a la demanda inusual en los mercados, mientras que el organismo rector de la libre competencia se cruzaba de brazos en forma vergonzosa y cómplice.

Previamente, Bayano digital había recomendado al gobierno la integración de un equipo apoyado por expertos en el manejo de pandemias en otras partes del mundo, con el objetivo de articular el mecanismo idóneo de prevención y respuesta rápida. Es lamentable que esta sugerencia formulada con antelación no hubiese sido escuchada. Ahora, habrá que encarar de otra forma el reto planteado.

El pueblo de Panamá tiene el deber de levantarse. A lo largo de la historia, demostró que lo hizo una y otra vez tras cada guerra. Esta vez, no será la excepción, pero se requiere convocar a las mentes brillantes que ayuden a reactivar la economía con equidad, mientras se entierra al modelo neoliberal deshumanizado que promovió la privatización de la Salud y fue incapaz de vencer a la pandemia.

2 COMENTARIOS

  1. Es un aspecto olvidado la necesaria transformación de la democracia, es la hora de imaginar una democracia desde América Latina y en nuestro caso desde Abya Yala, en donde los más pobres decidan libremente el destino del país.
    Los bri-bri, los afro descendientes y todos las etnias, mújeres y jóvenes son los noveles agentes que enriquecerán y harán solidaria y real la democracia por encima de las elites egoístas.

    • Hola Rafael:

      Muchas gracias por sus comentarios y su enfoque con la visión indígena. Su palabras nos animan a todos a perseverar en este esfuerzo informativo.

      Saludos cordiales,

      David Carrasco
      Director de Bayano digital

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