Por David Carrasco
Director de Bayano digital / Enviado especial a Caracas
Más de 1.200 delegados de 95 países participaron hoy en Caracas en el Congreso Mundial contra el Fascismo y respaldaron, en medio de una ovación, la iniciativa de Venezuela para la creación urgente de una Internacional contra el Fascismo.
La propuesta, realizada por el ministro del Poder popular, el capitán Diosdado Cabello, fue acogida por los participantes, reunidos en el centro de convenciones La Carlota, en la periferia de Caracas, un lugar repleto de historias nacionalistas.
Cabello presentó un revelador video sobre la conjura fascista y formuló un llamado a las fuerzas progresistas y de izquierda para que depongan sus diferencias e identifique el grave peligro que representa el avance del fascismo y la ultraderecha en el orbe. ”Hagamos el esfuerzo de quitarnos la ropa (el resquemor mutuo) de lo personal”, recalcó el dirigente del chavismo.
Precisó que Venezuela podrá ser invadida por los poderes imperialistas que la acosan, pero jamás será vencida ni arrodillada. Añadió que este país sudamericano será mil veces más duro y difícil que Vietnam, para quienes intenten dominar por la fuerza la patria del Libertador Simón Bolívar.
Cabello advirtió que no pasarán airosos sobre la Venezuela revolucionaria aquellos grupos oligárquicos y sediciosos que intentaron burlar la voluntad democrática a través de millonarias campañas mediáticas y ataques de piratería electrónica para engendrar caos y violencia criminal.

El Congreso fue inaugurado por la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, quien reafirmó la voluntad democrática de los pueblos para derrotar al ”cártel del fascismo”, convertido en la mayor amenaza inmediata a la paz y a la existencia humana en el ámbito planetario.
Rodríguez sostuvo que Venezuela se preparó en todos los escenarios posibles para enfrentar un el entorno hostil del neoliberalismo, incluidos los planes de golpes de Estado, los intentos de magnicidio, los bloqueos económicos y los actos planificados para tratar de alterar los resultados de los comicios generales del 28 de julio de 2024.
La líder gubernamental acusó a la derecha de Estados Unidos y al poder de los algoritmos, de invertir más de 1.000 millones de dólares para sabotear el proceso electoral venezolano. Sin embargo, reveló que los masificados mensajes de odio y violencia difundidos a través de las redes sociales no pudieron vencer la rica acumulación histórica y transformadora del chavismo.
Reseñó que más de 30 millones de ataques cibernéticos por minuto fueron insuficientes para derrotar la capacidad, la inteligencia y la vocación de paz de los venezolanos para poder encarar con herramientas propias la ”guerra cognitiva”.

Durante el Congreso Mundial contra el Fascismo, la catedrática estadounidense Judi Dean sostuvo que el ”tecnofascismo” ha sido puesto en marcha para robar la identidad de los ciudadanos y desarrollar arbitrarios mecanismos de dominación, control y subordinación a los poderes hegemónicos.
Un planteamiento similar fue realizado por el ex eurodiputado Manuel Pineda, un ferviente convencido de que ”si no acabamos con el fascismo, no vamos a poder responder a la emergencia climática” provocada por el depredador modelo neoliberal que abrió las puertas al fascismo y al neocolonialismo.
A su vez, el veterano dirigente político argentino Marcelo Koenig recordó el fuerte encono del fascismo en contra de la clase trabajadora, cuyos derechos son pisoteados en Argentina por el gobierno de Javier Milei, simpatizante de esa corriente retrógrada y perversa.
El canciller venezolano, Iván Gil Pinto, instó a los delegados a apoyar la causa de los derechos humanos y encarar toda forma de fascismo, como un paso necesario a favor de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos que enfrentan el genocidio, la agresión y el bloqueo ignominioso. Luego, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez Gómez, aseveró que el fascismo no es más que la expresión de una crisis del capitalismo.
Las ponencias presentadas en el Congreso Mundial contra el Fascismo incluyeron el apoyo político y humanitario al pueblo palestino, así como una enérgica condena a los incesantes bombardeos israelíes sobre la franja de Gaza, donde millares de seres humanos son masacrados, martirizados y torturados por las racistas tropas de ocupación.
