El bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba, es el mayor anacronismo de la historia y un inhumano y fracasado instrumento de dominación aplicado sobre América Latina y el Caribe.
El bloqueo surgió como un intrincado entramado jurídico estadounidense, que incluye leyes y prohibiciones de aislamiento impuestas tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959.
Más de 30 veces, la Asamblea General de Naciones Unidas ha rechazado el bloqueo contra Cuba, porque viola el derecho internacional y atenta contra la vida humana. Sin embargo, en vez de acatar el llamado de la comunidad de naciones, Estados Unidos radicalizó el embargo, bajo el argumento falaz de que Cuba es un Estado terrorista.
El daño causado por la política exterior hostil de Washington a la economía cubana supera los 122.000 millones de dólares, sin incluir la migración de familias a causa de la brutal asfixia económica ejercida para doblegarla a la isla por la fuerza.
En ese sentido, es justo recordar al general Omar Torrijos cuando afirmó, en alusión al pueblo cubano que resiste heroicamente: «Cada minuto de bloqueo a Cuba, son 60 segundos de vergüenza latinoamericana».
