Engaño grande

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Maestros del engaño busca desviar la atención sobre la CSS.

Por Leopoldo Santamaría

Si algo hacen bien los gobiernos subordinados al capital financiero internacional, es cumplir sus instrucciones y la obediencia total. Prueba irrefutable de ello, es la confesión pública: “Lo que está en juego, es la seguridad del sistema financiero” en Panamá.

El plan para usurpar las reservas financieras de la Caja de Seguro Social (CSS), para provecho de las administradoras de fondos de pensiones, provocó el rechazo generalizado y protestas. Muchos creen que el Canal de Panamá es la empresa más grande del país, pero no es así. La CSS maneja mayores recursos y su impacto social es infinitamente superior, mientras que el Canal, secuestrado mediante ley especial, sólo beneficia a una minoría de privilegiados, que no acude a policlínicas locales ni necesita percibir una pensión para sobrevivir.

El arte de la guerra se basa en el engaño, sobre todo en la forma más común, que son las operaciones psicológicas. Las declaraciones del presidente electo de Estados Un nidos, Donald Trump, no son casuales, ya que representan la doctrina del despojo sustentada en la fuerza o doctrina del gran garrote, compartida por la oligarquía criolla.

La respuesta local a esas provocaciones la complementa. Por ese motivo, grupos oficialistas aseguraron que las declaraciones de Trump constituían una amenaza flagrante a la soberanía y una afrenta a la memoria de los mártires, que ofrendaron su vida para recuperar el Canal. Por ello, exaltaron el nacionalismo y hasta anunciaron una marcha de desagravio, para el próximo aniversario de la gesta heroica del 9 de enero, que reforzaría el engaño aplicado en este país

Mientras, los viejos instrumentos se reunían en el palacio de las farsas, con el actual mandatario. De esa manera, las protestas contra el nefasto proyecto de reformas a la CSS se diluyeron y los oficiosos siervos de la máxima Notaría, adelantaron gestiones políticas a su favor.

Cuando la Educación era prioridad de Estado, los profesores forjadores de conciencia y los estudiantes disponíamos de organizaciones, en las que eran confrontadas las ideas, la filosofía y la lógica permitían elevar el debate. Lo que contaba en esos debates era la consistencia de los argumentos y la capacidad de persuasión.

Obviamente, la realidad nacional era tema de atención. El Dr. Miguel Mejía Dutari dijo: “la juventud no necesita frenos, sino estímulos”. Hoy día, los estímulos provienen de los peores ejemplos de corrupción, servilismo y maleficencia, mientras los factores reales de poder se proponen criminalizar las protestas e incrementar la censura y la represión.

Los medios de manipulación social, junto al abandono de la Educación, se encargan del resto. Predomina la mediocridad y los intereses de clase. La magnitud, profundidad y extensión de la crisis, que impacta, con más rigor a las mayorías, exige reflexión, porque las fuerzas que sojuzgan a los pueblos trabajan coordinadamente, aplicando principios de El Arte de la Guerra, de Sun Tzu. “Confundid al pueblo y os aseguro que su destino estará en vuestras manos”, indicaba el estratega.

Así logran que los pueblos abandonen sus valores fundamentales, como la verdad, la historia y la dignidad. Por racionalidad y pertinencia, urge reflexionar o nos mantendrán en la pendiente de las operaciones psicológicas, hasta imponer el vasallaje. Es absurdo e inexcusable aplazar el acceso a la vía de solución…. ¡Basta de engaños y daños…!

¡Constituyente ya!

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