El Putsch Trumpista al Congreso en Washington

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José de la Rosa Castillo

Por: José de la Rosa Castillo Mitre
Analista Internacional
Especial para Bayano digital

 La palabra Putsch en alemán es golpe. El 8 y 9 de noviembre de 1923 Adolfo Hitler en su carrera de ascenso al poder en Alemania, protagonizó un intento de golpe de Estado llevado a cabo por miembros del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán mejor conocido como el Partido Nazi, conocido como el Putsch de Múnich o Putsch de la Cervecería, por lo que fue procesado y condenado a prisión y liberado ocho meses después incrementando su apoyo popular mediante la exaltación del pangermanismo, el antisemitismo y el anticomunismo.

El 06 de enero de 2021, al compás de la canción ‘Macho Man’ del grupo ‘disco’ de los setenta ‘Village People’, Donald Trump llega a un mitin programado en el Mall, un parque que ocupa el centro de Washington. Allí, Trump vuelve a llamar a Joe Biden «presidente ilegítimo», y reitera que no acepta los resultados de los comicios. Los asistentes al mitin, enardecidos por las palabras del presidente, rompen la barrera de seguridad que rodeaban al Capitolio e irrumpen en él durante una sesión destinada a ratificar la victoria electoral de Joe Biden.

Políticos y parlamentarios de todo el mundo repudiaron la toma del Congreso de Estados Unidos por simpatizantes del presidente Donald Trump, calificando lo ocurrido como un grave ataque a la democracia y a la voluntad del pueblo estadounidense.

Otros más analíticos han señalado que esto revela lo que sucede cuando se intenta sustituir la política y el respeto al voto por la mentira y el odio. Expresidentes, legisladores y políticos estadounidenses rechazaron la violenta manifestación en el Capitolio de seguidores del mandatario Donald Trump, y algunos exigieron un juicio contra el gobernante.

La ONU, la OEA y hasta el gobierno de Panamá mostraron su preocupación y tristeza por los eventos en el Capitolio abrigando la esperanza “que los valores democráticos prevalezcan para el resguardo de la institucionalidad y el respeto del Estado de derecho” (Erika Mouynes, Ministra de R.E. en su cuenta de twitter enviada a las 9:20p.m. del mismo día, desde su IPhone).

Por ahí hay un dicho popular que dice que la fiebre no está en la sábana para significar   que de nada sirve tratar un problema de forma superficial, sino se trata su verdadera causa u origen. Lejos de la simple rivalidad entre un narcisista experto en el uso de la ‎televisión y un político senil, Estados Unidos enfrenta problema de ‎identidad cultural que siempre ha estado latente desde su surgimiento como país.

En el caso del Putsch de Munich, lo sustancial del fracasado golpe fue el cambio de estrategia que motivó de Hitler ante la imposibilidad de conquistar el poder por la vía insurreccional en aquel momento. A partir de ese instante, se centrará en crear un partido de masas para intentar hacerse con el control de Alemania de acuerdo a la constitución, pervirtiendo en cierta medida el carácter de “anti partido” y de reacción a la política liberal clásica que el movimiento nazi había tenido en su origen. Este pragmatismo es común a los movimientos fascistas triunfantes en el período de entreguerras, ya que Mussolini también reconvirtió los iniciales Fasci di Combattimento en el Partido Nacional Fascista en 1921, poco antes de acceder al poder en Italia con el beneplácito del monarca Víctor Manuel III.

En el caso del putsch de Trump, la trivialidad que le ha dado los poderes fácticos esconden una debilidad de fondo entre un stablishment que es más de lo mismo y fuerzas conservadoras emergentes que ven en Donald Trump a la persona que durante estos cuatro años elevó la autoestima de ese sector blanco medio que vio perder con la globalización su acceso a los empleos en el sector industrial conocido como el cinturón de hierro o el cinturón del acero.

El fenómeno inédito que se vivió el pasado miércoles 6 de enero en Estados Unidos cuando un grupo de seguidores del presidente Donald Trump irrumpió en el Capitolio y se enfrentó con la policía en el interior del emblemático edificio, que es sede del Poder Legislativo estadounidense, puso de nuevo en el mapa a los grupos de extrema derecha que además estuvieron en primera línea durante el asalto al Capitolio.

Entre los asaltantes había miembros de diferentes grupos y organizaciones asociados a la extrema derecha, teorías de la conspiración y movimientos nacionalistas. Entre ellos los llamados Proud Boys, el movimiento de conspiración QAnon, la red social favorita de los ultraconservadores, Parler, entre otros grupos e individuos que se hacen llamar “patriotas”.

Proud Boys fue fundado en 2016 por el activista de derecha canadiense-británico Gavin McInnes. Es un grupo de extrema derecha, antiinmigrante y solo de hombres con un historial de violencia callejera contra sus oponentes de izquierda. Los miembros a menudo visten camisetas negras y amarillas de Fred Perry (Tshirt de marca americana) junto con gorras rojas con la leyenda «Make America Great Again».

El movimiento de conspiración QAnon, ahora prohibido en las principales plataformas digitales, nació en 2017 en Estados Unidos entre los partidarios de Trump, que denuncian la existencia de una presunta «élite» compuesta por pedófilos adoradores de Satán. Algunos de sus seguidores estuvieron presentes en la invasión del Capitolio el 6 de enero.

Lleva el nombre de un misterioso funcionario que se hace llamar Q, que lucharía por derribar un «Estado profundo», una organización de altos funcionarios del gobierno involucrados en redes de pedófilos que buscan establecer un «nuevo orden mundial». Y sólo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sería capaz de frustrar este plan.

En las redes sociales, QAnon es una esponja para diseminar las teorías de conspiración. Todo es aceptable, desde las mitologías antisemitas, la 5G, las mascarillas, la ciencia ficción, y las diferentes teorías que se alimentan mutuamente. QAnon es considerado desde 2019 como una potencial amenaza terrorista en Estados Unidos.

Jake Angeli, el hombre conocido por usar cuernos de bisonte, de pecho desnudo y que atrajo a las cámaras y fotógrafos durante el asalto al Capitolio, se describe como «guerrero espiritual». Es originario de Arizona y fue visto numerosas veces en las protestas pro-Trump en Phoenix de los últimos meses, vistiendo siempre su famosa vestimenta. Se presenta como «un soldado digital de QAnon que ha hecho de Trump un héroe y que considera el asalto al capitolio, un triunfo.

«Somos patriotas, en el frente de Arizona, que queremos llevar nuestra energía positiva a (Washington)», escribió en un mensaje publicado en diciembre en la red social, Parler.

La foto del personaje con los pies sobre el escritorio de una congresista durante el asalto al capitolio es Richard Barnett. Es de Arkansas de 60 años de edad con un fuerte acento sureño irrumpió en la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. Es «mi oficina», dijo Barnett a un canal local de televisión. «Yo soy un contribuyente. Soy un patriota. No es su oficina. Se la hemos prestado».

Adam Johnson, por su parte, es conocido por haber sido fotografiado cuando se llevaba el podio de Pelosi. De 30 años, residente de Florida, llevaba una gorra de Trump al momento que sonreía al fotógrafo. Ashli Babbitt fue la mujer que falleció debido a la violencia en el Capitolio, mientras intentaba atravesar una ventana rota en un pasillo del Congreso. También de 30 años, californiana, del movimiento «libertario», según su cuenta en Twitter, creía que la marcha a favor de Trump en Washington sería como una «tormenta» que sacaría al país «de la oscuridad».

Aunque en el asalto al Capitolio hubo un cierto grado de espontaneidad, los sucesos de ese día no están desvinculados de los planes de Trump y de los grupos neo y ultra conservadores. Avisó durante bastante tiempo que el 6 de enero iba a ser un día salvaje cuando él realizara su mitin. Intentaba tener una muestra del apoyo con que cuenta, una suerte de levantamiento popular. Claramente esperaba que la certificación por parte del Congreso de la victoria de Biden se demorara.

Millones de personas creen que el asalto al Capitolio tenía alguna justificación. Desde ese suceso ha habido muchas encuestas que muestran que 19% o 20% de las personas lo creen. Muchas más piensan que las elecciones fueron robadas.  Entramos en ese territorio de una especie de guerra civil suave que podría endurecerse con el tiempo.

Con el asalto al capitolio Trump prueba una especie de “golpe en cámara lenta”. Lo que vimos es que el presidente durante su período, puso a prueba el “sistema democrático” para ver cómo podía salirse con la suya en términos de mantenerse en el poder.

Todo eso estaba englobado en una «gran mentira» que llevó a la fabricación de una crisis constitucional a través de los señalamientos que sostenía que las elecciones estaban manipuladas, que iban a ser robadas; y de la creación de un enemigo interno bajo el cual se incluye al Partido Demócrata, a los liberales, a movimientos como antifa o Black Lives Matter; al multimillonario George Soros y a los medios de comunicación.

Si se revisa bien, todos los elementos que se requieren para un golpe de Estado: militares, medios de comunicación, los tribunales, el poder judicial, las instituciones de gobierno, la legislatura, Congreso y Senado y luego las calles, teniendo un levantamiento popular de sus simpatizantes asistíamos al primer golpe de Estado en la llamada capital de la democracia mundial.

FUENTES CONSULTADAS

  1. Fire and Fury Inside de Trump White House, by Michael Wolff, Litle Brown, First published in the United States in 2018 by Henry Holt and Company First published in Great Britain in 2018 by Little, Brown.
  2. Geopolítica Imperial, Intervenciones estadounidense en Nuestra América en el Siglo XXI, Jairo Estrada Álvarez y Carolina Jiménez Martín, Coyunturas FLACSO, 2020.
  3. The Room Where it Happen, John Bolton, una memoria de la Casa Blanca, 2020.
  4. https://www.eltiempo.com/mundo/eeuu-y-canada/estos-son-los-grupos-de-extrema-derecha-que-asustan-a-estados-unidos-560307
  5. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-55694113

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