Por Rafael García Denvers
Coordinador de Vanguardia Torrijista (VT)
Cuando se habla de Seguridad Social, como en cualquier tema que debe ser atendido con seriedad, tenemos que partir por la definición de qué es la Seguridad Social y a quién le corresponde la responsabilidad de estructurar y garantizarla. Especialmente, hay que establecer que la Seguridad Social es un tema que se integra al concepto de Derechos Humanos.
La Seguridad Social es y ha sido una responsabilidad colectiva de la estructura organizacional humana. Si el grupo de humanos se ha planteado la continuidad en el tiempo, ha de determinar el trato y manejo del concepto vejez, independientemente de diferentes características orgánicas originales. Así, es posible hablar de la tribu, del feudo o de cualquier otra estructura social con característica organizacional e institucional renovable y sostenida que intente permanecer con miras hacia el futuro.
La única restricción a esa realidad fue, y en parte sigue siendo, la aplicación del tema de la clasificación de humanos entre amos y esclavos. Lógicamente, ello incluye, por lo tanto, la determinación de quienes se apropian de los beneficios institucionales. ¿Algún parecido con nuestra realidad?. ¿Será mera coincidencia?
En el modelo económico regente, surge un elemento de discordia. La Seguridad Social tiene un costo y necesariamente afecta al proceso de acumulación de riquezas y la máxima ganancia para el Capital que propugna el Libre Mercado. Esa realidad, a nivel mundial, con naciones regidas por Gobiernos Democráticos Burgueses (por sus contenidos y defensas del statu quo), con riquezas colectivas debidamente instrumentalizadas, administradas y en manos de los grupos elites de los capitales nacionales e internacionales, ven en la Seguridad Social un nuevo botín y no una responsabilidad con la población. Y he aquí que inicia una ardua labor para convertirla en un tema de quién paga por ella.
La Seguridad Social es una responsabilidad colectiva. El Colectivo Humano es un concepto abstracto, integrado al significado de Nación, donde la existencia del Estado se basa en las instituciones que le sirven y son administradas por los gobiernos de turno, pero con el criterio de pro empresa privada. Esos estados se tornan alérgicos cuando deben asumir su rol. Obligatorio es recordar al Gobierno, como administrador de bienes de la nación, su tarea de equilibrar y buscar puntos de beneficios colectivos y mayoritarios para la población sin olvidar las responsabilidades propias del mismo.
Toda la estructuración institucional llamada Estado se organiza (teóricamente) sobre la base del bienestar y protección de la población; el bienestar de una nación y el crecimiento, enriquecimiento y proyección de éste. En el horizonte del tiempo, debe ser puesto en manos de administradores del Estado, con la supervisión de la sociedad. Los administradores del Estado son los Gobiernos. Visto de esa forma, la Seguridad Social debe ser analizada desde su raíz como una responsabilidad del Estado. La Salud, el derecho al retiro laboral en condiciones de poder disfrutar dicho tiempo, con características adecuadas de educación y de convivencia, después de haber aportado al bienestar colectivo es, además de un derecho humano, una conquista social no discutible ni negociable.
Los fondos requeridos para esos fines PUEDEN ser obtenidos por diferentes vías, tanto de la patronal como del empleado, pero sin olvidar su carácter social de Derecho Obtenido y Obligación del Estado; beneficio para la empresa que puede renovar su personal en tiempo adecuado y Derecho Humano del empleado. Para ello es necesario encontrar el punto d equilibrio entre las partes.
Todo lo anterior es asumido ante la presencia de gobernantes con criterios de defensa colectiva de la población, con ese criterio en mente, ¿Qué se requiere para cubrir una población en el instante en que debe pasar a un retiro formal de sus condiciones productivas?, sea por una causa, o sea por otra.
El responsable primario de ver cómo se rescata el Seguro Social es la estructura del Estado, administrando la Caja de Seguro Social con eficiencia, sin corrupción y con la visual de estar prestando un servicio prepagado. En ningún caso, ni el empleador ni el trabajador son parte de la ineficiencia de la Caja de Seguro Social, no es el individuo que va en busca de atención médica el responsable del estado de las instalaciones del Seguro Social, especialmente si en los programas respectivos de la CSS correspondientes a dichas áreas no hay déficit, incluso
existen superávit, y por otro lado la constitución nacional establece que la Salud es responsabilidad del Estado como tal. Por otro lado, al hablar del Programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), la situación cambia porque en este caso estamos hablando del financiamiento, pero al igual que en el caso de la atención médica y hospitalaria, el beneficiario está aportando según sus posibilidades personales en forma directa y sin elementos de evasión o substracción, situación no necesariamente similar en los componentes Empresa y Estado, situación característica de una sociedad en la que la corrupción es institucional e impune.
Ese financiamiento debe estar ligado a la participación en el beneficio de la riqueza producida y a la responsabilidad colectiva en torno a la Seguridad Social, es por tanto un territorio donde debe regir la solidaridad.
No puede ser que permitamos decisiones oficiales erróneas, en la distribución de los bienes y riquezas, que fabrique, alimente y proceda a garantizar la existencia de indigentes y abandonados sociales luego de superar su vida productiva. Ese escenario no está permitido. La condición financiera del IVM) tiene solución, sin afectar las paramétricas del empleado, dentro de las características del Estado panameño.
Esa es una de las cosas que el Gobierno está olvidando, igual que los empresarios. Sin duda, es muy interesante olvidar la responsabilidad solidaria y quién es responsable de la Seguridad Social. Los juegos del olvido son adecuados a los intereses de echarle la culpa a otro y seguir enriqueciéndose sobre las bases del axioma de máximas ganancias con el menor costo posible, bajo la premisa de garantizar a la empresa privada un mercado sin restricciones y sin obligaciones solidarias con la sociedad. Esa no puede ser la estructura moderna de un Estado Democrático Equilibrado. Eso sólo se cumple si el Estado acepta su responsabilidad de administrador e inicia su rol de planificador responsable.
Veamos quién es responsable del muerto (del problema) y quién se está llevando lo que socialmente se produce como beneficios emanados de la posición geográfica, riquezas naturales, recursos hídricos y recurso humano. Sólo como listado suelto: puertos, fibra óptica, recursos hídricos, recursos eólicos, áreas revertidas e infraestructura comunicacional y logística.
En el presente modelo económico, la peor parte la lleva el empleado, ya que el empleador constantemente aumenta su participación en los beneficios y riquezas generados y el Estado percibe el efecto colectivo del crecimiento económico que viene a alimentar los altos niveles de corrupción en vez de hacer la labor de distribuir con criterio de equilibrio las riquezas socialmente generadas.
Para ello, debería ser balanza en el cobro de impuestos y regular en forma participativa la actividad del mercado. Concepto contrario al modelo neoliberal que rige y controla la existencia de leyes y medios de la vida empresarial. Por lo tanto, la Seguridad Social ha de ser una conquista social de los trabajadores.
Alto a los engaños y manipulaciones de un gobierno surgido y amparado por una sociedad de elites y ausente del concepto de Solidaridad Humana. La CSS. requiere una reestructuración administrativa y un enfoque a favor de la Salud Preventiva sin permiso para lucrar y enriquecerse con sus fondos, mientras que se garantizan las finanzas del IVM. Para ello, no es necesario castigar al cotizante. Es obligatoria la honestidad y eficiencia en la administración de la institución.
Panameño: ¡Ponte duro, en defensa de la CSS!