Economía mundial al borde del coma, pero no volvamos a la normalidad

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Gente recibiendo ayudas alimenticias en Estados Unidos. (Foto: REUTERS/Brian Snyder).

Por Franklin Ledezma Candanedo
Periodista y escritor

En la segunda entrega periodística de esta serie de igual nombre, nos preguntamos:

¿Se desea realmente volver a esa deprimente normalidad que había cuando la Amazonia estaba en llamas, lo que, efectivamente, afectó al clima mundial, como consecuencia de los procesos de apertura del bosque, para nuevas colonizaciones de los empresarios, que presionan para ocuparlo, y las áreas de sabana para la producción de ganado y proyectos mercantiles onerosos en territorios de hermanos originarios, entre otros, hidroeléctricas y minas a cielo abierto probadamente contaminantes?

“¿A qué normalidad se quiere retornar después de que pase la pandemia del Covid-19?”

Por Gerardo Ferro
Escritor nacido en Colombia y residente en Montreal

“¿La de un mundo que ha normalizado la falta de empatía y solidaridad hacia los otros, un mundo donde es normal que se le entregue la salud a los negocios privados, un mundo ansioso por el consumo desmedido, un mundo que sigue siendo cruel con los animales y que ha destruido la naturaleza y el medio ambiente, un mundo que prefiere gastar en la guerra y no en el cuidado de los otros, un mundo, en definitiva, donde se ha normalizado la relación mercantil entre los hombres y el ambiente por encima de la relación humana?”

En la primera parte de esta serie señalamos que algunos analistas comparan la crítica situación mundial post Covid-19, con la que enfrentó la humanidad al final de la II Guerra Mundial y, otros más, recuerdan la de 1929.

La actual pandemia también fue comparada con la peste negra o peste bubónica, una enfermedad que entre 1340 y 1355 se expandió desde Asia hasta Europa matando a unos 25 millones de personas, una tercera parte de los habitantes de ese continente. Aquella peste, causada por la bacteria Yersinia, causó a su paso revueltas, debilitó profundamente al propio sistema feudal y forzó la reconfiguración del sistema económico imperante.

En el ámbito económico, no conocemos con exactitud el impacto que dejará la pandemia. Algo similar pasa y pasará con los análisis que se hagan en el ámbito geopolítico y sociológico. Lo importante, para los fines de muestro aporte periodístico, es preguntarse: ¿Es real el deseo colectivo de volver a la normalidad, vigente hoy en la que prevalecen criminales maquinaciones de los agentes económicos (capitalismo salvaje), para reducir costos y riesgos, con el fin de maximizar su utilidad-beneficios?

Aseguramos que la verdadera crisis se manifiesta en el colapso de una estructura de poder piramidal, sobre la base insostenible de una economía que tiene como centro al capital y no al desarrollo humano, estructura que cuenta con personajes neo fascistas como Trump, Bolsonaro, Piñera, Moreno y Duque, entre otros, quienes la usan como instrumento para fortalecer el canibalismo económico-financiero.

Cabe preguntarle ¿a quienes desean volver a la normalidad de hoy plagada de vicios e injusticias, si son conscientes que desarrollan el papel de tontos útiles, que le hacen el juego sucio a sus verdugos?

En artículo titulado “La era de la imprecisión y la incertidumbre”, escrito por Alfredo Serrano, indica que germinan infinitas dudas e incertidumbres acerca de la evolución de nuestra valoraciones y sentidos comunes resultantes en torno a XV temas puntuales, entre otros: el rol del Estado, lo público y lo colectivo frente a lo privado y lo individual, el autoritarismo presidencialista, la globalización resultante, y la libertad como derecho ante la necesidad de ser controlados para aminorar los efectos de la pandemia. Estamos seguros que ese control, para que los amos del mundo logren sus objetivos, será permanente y rigurosamente observado.

Serrano, en su bien elaborado documento, asegura que “estamos en plena época de incertidumbre, en la que forzar a ser hiperpreciso nos llevaría a un camino contraproducente”.

Por otra parte, a pesar y por encima de los que desean volver, después de vencer a la pandemia, a la anacrónica e injusta normalidad vigente, es preciso tener claro que la cuarentena decretada no es una interrupción temporal sino el comienzo de una forma de vida completamente diferente.

La sociedad tendrá que adaptarse a una nueva forma de vivir, con menos libertad individual, con el sacrificio y pérdida de los que siempre han perdido y sacrificado, que son la inmensa mayoría. Además, en esa vuelta a la “normalidad”, los de siempre tendrán –tendremos- iguales o mayores carencias y permanente vigilancia, a través de sofisticados métodos tecnológicos.

En la segunda parte de nuestro artículo titulado Biopolítica Digital-Distopía, incorporamos las siguientes ideas de Andrew Puddephatt:

“…pocas organizaciones (y, sobre todo, las personas comunes, agregamos), se han puesto a pensar en las masivas consecuencias que tendrán las tecnologías del futuro que ya se están investigando y desarrollando…”).

Es una realidad incuestionable, que los peligros más graves a los que nos enfrentamos son el resultado del progreso científico, algunos de los cuales ya son realidad concreta (inteligencia artificial y realidad mixta,), mientras que la computación cuántica, llevará más tiempo concretarse. Y para desgracia de la humanidad, de la casa común, del ambiente y de todas las especies, esas tecnologías están en manos de los amos del mundo, de sus cabezas visibles: el imperio genocida, las insaciables corporaciones mercantiles y gobernantes neo fascistas, entre otros, Trump, Bolsonaro, Piñera y Duque.

Por todo lo expuesto, aunque la economía mundial está al borde del coma ¡No volvamos a la normalidad!

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