Con la consigna ”en nombre de Dios, ¡cese la represión!”, lanzada por San Oscar Romero, la Confederación Panameña de Religiosos exigió al gobierno del presidente José Raúl Mulino el cese inmediato de la represión contra manifestantes, especialmente de los pueblos originarios.
En un comunicado difundido en toda la República por activistas religiosos, se señala que ”en los últimos días hemos sido testigos, a través de diversos medios, de la represión indiscriminada y brutal que han ejercido las fuerzas armadas (¿ejército ilegal?) de Panamá sobre la población”.
El documento rapela al respeto de los derechos humanos y eseña que ”lo que más nos ha llamado la atención ha sido la saña y brutalidad con que han ejercido esta represión sobre los pueblos indígenas en Chiriquí, Veraguas, Panamá Este y Darién”.
”Mujeres encadenadas y humilladas, mujeres desnudadas y tratadas con desprecio, gente herida gravemente con perdigones “especiales”, dinerales desperdiciados en bombas lacrimógenas, bombas en las casas contra niños y adultos mayores. ¿Qué les pasa? Los entrenaron en la nefasta Escuela de las Américas?”, pregunta organización religiosa
El cuestionamiento exige respuestas claras a la Fuerza Pública para saber de dónde sale la rabia y ese enojo ciego (saña) con que tratan a la gente. En adición, se pregunta quién los guía, quién los envía, quién les ordena eso en una institución cuyo lema oficial es ”Dios y Patria”.
En ese sentido, se recuerda a los uniformados que no hay que usar el nombre de Dios en vano, como lo es el intento oficial de tratar de justificar la represión contra el pueblo panameño.
