Por David Carrasco
El pueblo Naso Tjërdi de Panamá mantendrá su exigencia a favor del reconocimiento oficial de la comarca que ocupan en su territorio ancestral, confirmó el rey Reynaldo Santana en alusión a una larga demanda dirigida a las autoridades nacionales para alcanzar ese objetivo.
“La causa por nuestra comarca ha trascendido fronteras y nos complace mucho saber que a nivel institucional y en nuestro país contamos con el apoyo a favor de nuestro sueño y anhelo, que por más de 50 años ha llevado esta lucha que es tener nuestro hogar”, puntualizó en tono enérgico el monarca Naso Tjëërdi..
Santana formuló sus declaraciones luego de la entrega al defensor del Pueblo de un documento con más 25.000 firmas de respaldo a la reclamación territorial, con el objetivo de contribuir a la formalización de la comarca indígena.
El espacio territorial descrito en la propuesto estaría segregado del distrito de Changuinola, en la provincia de Bocas del Toro, y sería operada bajo la figura jurídica de propiedad colectiva, según los líderes y voceros de la iniciativa.
Sin embargo, el proyecto comarcal enfrenta críticas de diversos detractores, así como el veto del Órgano Ejecutivo. Ello ha generado un intenso debate sobre las comarcas, las reservas y las áreas de explotación mineral y forestal.
El ex presidente Juan Carlos Varela interpuso en la Corte Suprema de Justicia un recurso de objeción que considera al proyecto “inconveniente e inexequible”, debido a que incluiría unas 160.616 hectáreas del Parque Nacional La Amistad y 21.172 hectáreas del Bosque Protector Palo Seco, bajo protección oficial vigente..
Los Naso o Tjer-di son un grupo indígena localizado en tierras al noroeste de Panamá, específicamente al oeste de la provincia de Bocas del Toro, Están distribuidos en un área de 1.300 kilómetros cuadrados. Ese territorio abarca gran parte de la cuenca del río Teribe y del río San San, donde habitan unas 3.500 personas.
Desde 1973, el pueblo Naso Tjërdi exige al Estado la demarcación de su territorio, sino que proveería a estas áreas protegidas de un doble blindaje a través de la reserva natural transfronteriza y de una zona comarcal establecida por ley.
Al respecto, la dirigente indígena Lupita Vargas, de 77 años de edad, manifestó que durante décadas los Nasos han resistido los intentos de desalojo de empresas ganaderas que contaminan y destruyen el medio natural.
Vargas adujo que el presidente Laurentino Cortizo llegó a la Presidencia de la República debido al apoyo indígena y ahora debe honrar el compromiso de reconocer el derecho a la tierra de los pueblos originarios en Bocas del Toro.
Las demandas de los Naso Tjërdi ha recibido el respaldo de la Coordinadora Nacional de los Pueblos Indígenas de Panamá, movimientos sociales y grupos ambientalistas, pero deben pasar por el tamiz de la administración del gobierno entrante.