Por: Ramiro Guerra Morales.
Abogado y analista político
Exclusivo para Bayano.
No se trata de la obra de Frank Fannon, médico siquiatra argelino, quien, en la década de los sesenta del siglo pasado, se adentró al estudio de los procesos de liberación de lo que fueron colonias de occidente. Fannon, fue categórico al afirmar que la liberación nacional, no necesariamente resuelve o elimina las estacas de esa ideología de la dependencia y subordinación, que quedan sembradas en el cerebro de los liberados.
¿Como resolver esta cuestión?
Acierta cuando remite tal paradoja a la educación y culturización de las masas. La educación tiene que ser liberadora, sino lo que fue un avance , la ruptura del dominio colonial, termina inconclusa.
En el caso de Panamá, la descolonización y la recuperación del canal (integración territorial), no ha producido ni ha llenado las expectativas que el pueblo cifró en tal trascedente paso liberador. Omar Torrijos. con ese fino olfato de otear el horizonte, su visión de actuar con luces largas, alertó en torno a lo que el Dr. Fannon vio y analizó como problema en la conciencia post liberación nacional.
Lo que pudo hacer la diferencia de calidad en el ethos social panameño, recibió el golpe de gracia, tras la invasión al país, al coronar el retorno de las élites del poder económico, enemigas naturales del proceso de liberación nacional. No por antojo, sus intentos de borrar su historia del pensum académico.
Seguimos en el círculo de lo que algunos teóricos de la década de los sesenta del siglo pasado, denominaban el desarrollo del subdesarrollo. Como hacer entender a los gobernantes, que seguir en la senda de las políticas neoliberales, es continuar reproduciendo la pobreza el drama de la pobreza y la inequidad. Condenar a los panameños a vivir en el círculo de la pobreza, en un país que exhibe la riqueza heredada de ese proceso de liberación nacional.