Por Jairo Henri Pertuz Suarez
Periodista
«El nombramiento de personas NO idóneas en cargos públicos, da como resultado actuaciones contradictorias y sospechosas», ”Barbaridad, desalojo del campus de la Universidad de Panamá”. «¿Qué hay pa’ mi?» ...
Esta vez no escribo específicamente sobre análisis internacional, sino sobre un tema profundamente humano que vi en un video que conmovió las fibras más sensibles de mi ser. Pará muchos y muchas, hoy, no se concede en los medios de comunicación el privilegio a los temas que afectan a la mayor parte de la población mundial.
Esos hechos no son nuevos, pero con los adelantos tecnológicos resulta avergonzante y doloroso que algunos temas de índole social, económica y política se oculten, tergiversen o ignoren con perversidad extrema y que, como tal, causen daños a la mayoría de la población del globo terráqueo, es decir, los pobres, sin importar su edad ni sexo, aunque si privilegia a sectores sociales, económicos y políticos.
Una total bazofia del comportamiento humano inexcusable que se manifiesta contra las clases sociales de un mundo cada vez más corrupto, descarado y discriminador, con actores que se reservan derechos arbitrarios, ilegales y criminales . En ese escalofriante escenario, tiene que sobrevivir la mayoría de la población mundial.
El Dios del Universo, al cual se le arrodillan hipócritamente muchos de los infractores de sus leyes, viene enviando mensajes, que son ignorados pese a los millones de seres humanos sacrificados por esa inconsciencia, hasta planificada, por unas esferas socio políticas que cada día incorporan más peones ávidos de dinero y prebendas. Pero, ese Dios que nadie engaña está presente y tiene sus faros de luz en diferentes disciplinas que, aunque los repriman y les quiten la vida, protestan contra las injusticias.
Otros, a través del arte y otras disciplinas, muestran el camino correcto, como Gabriel, el niño negro hijo de las calles donde vive, que a sus 12 años de edad acaba de ser descubierto por su voz y sus versos musicales con los que arranca lágrimas por sus mensajes y despierta conciencias de las almas nobles fortaleciendo su fe. El ejército de Dios protesta y los represores con la fuerza de las armas y efímeras acciones los embisten como bestias endemoniadas.
Muchos seguirán muriendo o quedando ciegos o lisiados, pero la justicia de ese único Dios, rey de reyes qué cada diciembre los cristianos católicos le festejamos su nacimiento, nos demuestra que está aquí y en todo lugar, y que su justicia prevalecerá.
