Panamá en el ojo de la tormenta
El estallido de un escándalo global, que alcanza a 128 políticos y figuras notables alrededor del mundo, revela que Panamá sigue en el ojo de la tormenta, y que el escrutinio de los países industrializados sobre el sistema financiero, bancario y el registro de sociedades anónimas será intensificados en los próximos años, en perjuicio de un modelo de servicios en Latinoamérica y el Caribe.
Un informe filtrado en Alemania, a través del diario alemán Süddeutsche Zeitung y compartido con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), ha proyectado sobre Panamá una sombra oscura, que amenaza con acarrear nuevos controles a sus pilares económicos, en medio de actos de competencia y exigencia de detractores externos.
Previamente, la directora general de Asuntos Jurídicos y Tratados del Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá, Farah Diva Urrutia, había cuestionado en una reunión especial del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), las prácticas discriminatorias en el sector bancario y financiero, y defendió la soberanía de este país en el ámbito económico, ante nueva exigencias impositivas sobre el sistema.
La funcionaria se refirió a los efectos adversos de acatar medidas discriminatorias externas, que ejercen presión con el objetivo de que sean adoptados estándares de manera uniforme en realidades económicas equidistantes, que generan barreras lesivas al comercio. Asimismo, rechazó en el ámbito fiscal, la categorización peyorativa de “paraísos fiscales” a aquellas jurisdicciones que han escogido tener un sistema de tributación de renta territorial.
Los escándalos en los que vuelve ser mencionada Panamá, ocurren luego de que este país salió de la lista gris del Grupo de Acción Financiera (GAFI), institución intergubernamental creada en 1989 por el G7 para promulgar un marco internacional de las normas de prevención del blanqueo de capitales. Ese hecho, no fue resultado de un acto de complacencia, sino del compromiso oficial adquirido a favor de la transparencia en los servicios legales y financieros.
El Centro Bancario Internacional (CBI), integrado por 90 entidades bancarias de diversas pares del mundo, es una de las principales fortalezas económicas de Panamá, Sus activos totales alcanzan los 118.477 millones de dólares y el uso del dólar como moneda de curso legal ha contribuido a las transacciones internacionales. Sin embargo, su desmoronamiento no sólo sería un duro golpe para este país, sino que beneficiaría a la banca estadounidense y suiza para el repunte de sus negocios bancarios en la región.
Panamá reafirmó la voluntad de ejercer mayor transparencia en materia fiscal y el intercambio automático de información, bajo principios de bilateralidad, reciprocidad, y sujeto a la existencia de salvaguardas que garanticen los derechos fundamentales de los propietarios de la información. De hecho, ha firmado 16 acuerdos de doble imposición tributaria y nueve de intercambio de información, lo que supera el nivel de los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
No obstante, este país sigue en el ojo de la tormenta, y es blanco de intereses globales que pretenden quebrantar su fortaleza para aplicarle una especie de dogal antinacional, que implica control, sometimiento e imposición de intereses foráneos, para satisfacer los intereses de las economías de los países industrializados. La corrupción no favorece a Panamá. Hay que tener en cuenta ese elemento en la valoración de los retos del Estado panameño en la disyuntiva de ejercer soberanía plena o subordinarse.
O sea, nosotros tenemos que salir a defender los intereses del centro bancario «panameño», a defender el modelo de desarrollo capitalista dependiente «panameño», a defender las clases dominantes «panameñas». !Ahora entiendo como interpretó, en su momento, la dirección de la Tendencia lo que es la lucha de liberación nacional!