Las virtudes del cinismo

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La manipulación informativa va en aumento mientras en el mundo los pobres mueren de hambre.

Por Jairo H. Pertuz
Periodista

La desvergüenza ya no sólo es un hábito. Hoy es una virtud de ciertos grupos de la sociedad y de países dueños de la verdad que les conviene, cuando no, de políticos y políticas corruptas.

Quienes nos ocupamos de escrutar la verdad, somos discriminados, perseguidos y hasta asesinados impunemente. Sólo a algunos que no vendemos nuestra pluma, se nos conceden algunos espacios en una prensa o TV, cada vez más en pocas manos.

Muchos recurren a las redes de comunicación también penetradas por embaucadores y piratas. Tratando de enfocar la gravedad de los hechos actuales, vemos como se tergiversan sus causas reales, manipulando la información, los hechos y la historia.

Así vemos como se trata de parcializar a la opinión pública, ocultando algunos hechos de invasiones, guerras y sanciones unilaterales que, en años recientes vienen causando millones de muertos inocentes e inválidos, además de la destrucción de países y pueblos validados por la historia de la humanidad que viven hoy peor que antes de haber sido invadidos o, sancionados.

La mayoría de la humanidad es convocada de piedra para que, en su esclavitud colonial y con sus precariedades, contribuya al enriquecimiento y al poderío militar de unos pocos. Quienes abogan hoy por un mundo unipolar, vienen imponiendo antiguas pero permanentes reglas de juego para que prevalezcan las élites del mundo “moderno”.

Es necesario razonar y analizar, cómo, en escasos días, la solidaridad con millones en ayuda militar, se vienen dando con armas de guerra. Si, con esa premura y alta cuantía, esos mismos países occidentales atendieran las elementales precariedades que vienen sufriendo países africanos y latinoamericanos violentados, colonizados y saqueados, sería plausible, justo y honroso, pero eso no se da. Las “ayudas” para esos países son condicionadas a través de préstamos que los someten más a través de la banca internacional, lo que, a la vez, permite manipulaciones y, dependencia.

La historia, que no miente, nos muestra, como las invasiones hasta con mentiras, que se dan alrededor del mundo unilateralmente, no son repudiadas, como tampoco lo son las apropiaciones, irregularidades, destrucción y muerte de millones de seres humanos. Son hechos, no especulaciones, que deben remover conciencias y actitudes porque muestran y demuestran las virtudes del cinismo.

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