La mediación escolar ayuda a moldear a la nación
El tema de la mediación escolar cobra especial relevancia en este mundo globalizado y tecnológico. Es una alternativa válida para la transformación de los conflictos, porque a través de la adquisición de nuevos conocimientos se logra capacidad constructiva para hacer la diferencia, se ejerce la participación creativa, la noción de justicia como valor en cada persona, la posibilidad de ser mejores seres humanos, y el sueño colectivo de contar con una cultura pacífica, tolerante y respetuosa, edificada por y para todos, en la que debemos estar involucrados los profesores, el personal administrativo, los directores, los estudiantes, maestros y los padres de la familia.
En el año 2004, los medios informativos del país se ocuparon de cubrir múltiples conflictos y actos de violencia escolar, que inclusive derivaron en actos callejeros, duramente cuestionados porque los estudiantes se enfrentaron con algunos sectores de la comunidad, en perjuicio de terceros.
Estos conflictos fueron motivo de mucha preocupación y reflexión para un grupo de profesionales de la mediación. Por eso, formamos un equipo cuyo propósito primordial fue participar en las jornadas de capacitación y formación dirigidas a los profesores y a los alumnos, para asistirlos en la búsqueda de alternativas y encaminarlos para que asumieran y resolvieran los conflictos mediante las nuevas herramientas disponibles.
Los seminarios de mediación y negociación se dictaron, entre los años 2004 y 2007, en diversas instituciones educativas de la provincia de Panamá (Colegio de Artes y Oficios Melchor Lasso de la Vega, escuelas Ricardo Miro y Francisco Beckman); en Panamá Oeste (Primer Ciclo Balboa de El Coco de La Chorrera; en Veraguas (Instituto Urracá), y en Chiriquí (Instituto David). Generalmente, se impartieron en dos fases, con facilitadores de los programas educativos de Fubicupa y del ISSE. Cabe destacar el patrocinio del Ministerio de Educación y de la Unesco, que apoyó nuestra gestión para que se crearan los centros de mediación en esos colegios.
Con esta figura conciliadora hemos querido abrir el camino para la reflexión, en torno a los diversos conflictos y las formas que tenemos para abordarlos. Esto constituye el primer acercamiento a una de las alternativas que consideramos válidas en la resolución pacífica de los problemas interpersonales, y cuenta con algunas técnicas que pueden resultar útiles para lograr este propósito. Es bueno hacer un alto y reflexionar sobre qué hacemos nosotros, los padres de familia, por el colegio o la escuela de nuestros hijos, que forma parte de esa comunidad.
Conscientes de que la educación en Panamá es una tarea de todos, hagamos una reflexión sobre la forma como convivimos, los conflictos que nos aquejan, y busquemos opciones para resolverlos. La mediación escolar, que se propone en este artículo, es una opción viable a ese fin, pues implica nuestra transformación por medio de las relaciones con los otros y, en particular, de aquellas atravesadas por los conflictos y las diferencias.
En cualquier caso, los educadores son cada vez más conscientes de la envergadura del tema, y sabemos que, para comenzar, debemos plantearlo en positivo. Es decir, no se trata tanto de qué hacemos para enfrentar los casos de violencia, sino cómo hacemos para convertir los centros educativos en espacios adecuados para el aprendizaje y la convivencia, en el marco de una cultura de paz.
Para finalizar, resaltamos que la mediación debe tener una incidencia real en la convivencia a lo interno de las instituciones. Para ello, además de la buena voluntad individual, se necesita un compromiso estructural que permita su desarrollo institucional y autónomo. Por ello, es importante que este programa sea asumido con propiedad y de manera flexible, que permita su enriquecimiento, mediante la experiencia que aporten los miembros de la comunidad educativa. Porque como dijo Nelson Mandela: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.