Ex canciller de Guatemala, en entrevista a Bayano digital, analiza la situación del país Centroamericano

Guatemala está ante el riesgo de convertirse en una anomalía democrática más en el hemisferio.

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Por Cecilio Simon
Redacción de Bayano digital

Edgard Gutierrez, ex canciller de Guatemala, ex Secretario de Análisis Estratégico de la presidencia y ex coordinador de la Comisión de la Verdad de la iglesia Católica referente a los crímenes de guerra cometidos durante 36 años de conflicto armado interno, concedió una entrevista a Café Bayano. En esta edición compartimos el texto completo del análisis del ex canciller Gutiérrez.

La crisis principal del país es la construcción del Estado de derecho

Guatemala ofrece uno de los cuadros más dramáticos del mundo de violencia sistemática. Me parece que ni siquiera Pol Poot o las peores dictaduras en el mundo durante el siglo 20 acabaron con tres generaciones consecutivas de intelectuales, políticos, sindicalistas, dirigentes sociales como ocurrió acá.

Ya no se mata, ya no se exilia a las personas por su pensamiento político. Ahora, en los últimos años, se han exiliado, los que han tenido que huir del país son jueces, fiscales, magistrados y los que procurarán el estado de derecho. Esto quiere decir que la crisis principal del país es la construcción del estado de derecho.

Alejandro Giammatei fue electo con una baja proporción de los votos totales. Él apenas alcanzó, en la segunda vuelta, la mitad de la votación de su competidora Sandra Torres. La aprobación del presidente no empezó tan alta como en otros países; si uno toma como punto de partida enero de 2020 a noviembre de 2020 observa una caída  en picada de 55 puntos.

Esto obedece a dos razones: la primera es una pésima gestión de la crisis, derivada de la pandemia de coronavirus. Hay muchas denuncias y escándalos de corrupción. Segundo, en el trabajo de asistencia, con las últimas tormentas tropicales que azotaron el Istmo centroamericano, su gobierno se mostró totalmente ineficiente.

A esto se agregó que el congreso aprobó, la semana pasada, un presupuesto millonario sin ningún control, disminuyendo partidas presupuestas áreas sensibles como son los dirigidos a los programas de combate la desnutrición infantil y programas que van dirigidos a proteger a las mujeres que están bajo asedio y violencia intrafamiliar. Este tercer evento, el del presupuesto, desbordó la ira popular.

Agotamiento del sistema democrático y ascenso de la criminalidad organizada

Estamos asistiendo a un período inédito de agotamiento del sistema democrático, tal como lo reconstruimos o se reconstruyó tras la segunda guerra mundial y después de la guerra fría. Es un agotamiento de ese modelo de mercado, que no puede encontrar o conciliar sus contradicciones entre mayor crecimiento, mayor integración mundial y mayor desigualdad.

Pero por otro lado también los sistemas democráticos comenzaron a alejarse de las necesidades, de los clamores, de las aspiraciones de sus poblaciones. Esto se combina con un factor poco analizado en la gobernabilidad y es el ascenso de la criminalidad organizada. Guatemala y Centroamérica están en la geopolítica del crimen organizado. Está geopolítica impactó la economía, infiltró los poderes democrático.

La situación de Guatemala la debemos analizar de esa perspectiva, de penetración del crimen organizado. Es una perspectiva estructural que combina factores de poder tradicional enraizados, profundamente conservadores y oligárquicos que vienen desde la época de la colonia,  que rehúsa cualquier tipo de cambio o de reformas económicas y, que son capaces de tolerar alianzas tácticas con el crimen, con tal de no perder sus privilegios en la política. Está capturada por el crimen organizado.

Los principales financistas de las campañas electorales de los últimos dos o tres gobiernos electos democráticamente no son ni el Estado, ni los grupos tradicionales de poder económico sino directamente el crimen organizado.

Ruptura del pacto electoral

El presidente (Giammatei) viene de familias de abolengo, pero con un manejo muy independiente de su parte y, ha hecho muchas alianzas insospechadas para nosotros los sus ciudadanos.

El vicepresidente (Guillermo Castillo) viene de sectores medios. Hijo de un maestro de educación de zonas rurales, que ascendió profesionalmente como un Magistrado de Cortes, funcionario de gobierno y, cuyo último desempeño fue en la Cámara de Comercio.

Resulta que el pacto que ellos  habían hecho (el presidente y vicepresidente) de un tipo de gobierno no resultó como habían previsto y entonces el vicepresidente, al verse marginado en la aplicación de las políticas, en la integración del equipo de gobierno, en la toma de decisiones en general y al ver cerrar las puertas del diálogo para poder discutir sus diferencias, comenzó a hablar públicamente para deslindarse, para decir yo no soy parte de estas decisiones. Esta brecha se amplió hasta el punto que el viernes pasado (20 de agosto) el vicepresidente sugirió el presidente que renunciaran juntos.

Renace el movimiento pro justicia

En Guatemala, en los últimos, cinco años después de que una Comisión Internacional Contra la Impunidad – CICIG- llevará a los tribunales a una enorme cantidad de personas incluyendo a tres ex presidentes, diputados, ex presidente del congreso y altísimos representantes del sector privado.

Este movimiento pro justicia, que provocó inicialmente el entusiasmo de la población hasta llevar a la renuncia de un presidente y de todo su gabinete, al final resultó en una polarización que dividió a la sociedad, cuando el sector privado comenzó a ser señalado en persona. La acusaron de que era una justicia politizada, que se pretendía destruir la empresa privada y que era el socialismo solapado.

Esto desmovilizó a la sociedad y no fue hasta ahora que la sociedad se reanimó y hubo un amplio consenso que concluyó en las plazas de barrios de varias regiones del país en Guatemala.

Todavía tenemos una ambigüedad de las fuerzas empresariales y los agentes económicos. No sabemos cómo van a reaccionar después de lo ocurrido.

Por lo pronto está claro que las fuerzas de seguridad abusaron de su capacidad de fuego. Que atacaron a miles de manifestantes pacíficos y hay mucha duda sobre el origen de los actos violentos que ocurrieron en el Palacio Legislativo.

Frente a los hechos no tenemos todavía una reacción (de Washington). Supe que se reunió el grupo de países cooperantes con Guatemala, el grupo de 13, donde participa el gobierno de EEUU.  En medio de su complicada transición (EEUU) se ha venido manifestando reiteradamente en favor del estado del derecho, de la independencia de los jueces, de la obediencia de las órdenes de la Corte Máxima. Hay una preocupación manifiesta sobre el debilitamiento del estado de derecho.

El diálogo nacional para encontrar la salida

Guatemala está ante el riesgo de convertirse en una anomalía democrática más en el hemisferio. EL presidente está ante un dilema; permanecer rehén de sus financistas, cuyos orígenes desconocemos o como decían en las transiciones democráticas y en las construcciones de los Estados de derecho, voy a hacer elogio de la ficción.

Si el presidente Giammatei no da una primera señal destituyendo a su ministro de gobernación, que es el responsable de todos los abusos cometidos ayer, si el no da esa señal, definitivamente nos vamos a encaminar hacia el túnel, hacia este descenso al caos.

Si él (Gimamatei) da la señal, creo que la sociedad puede reaccionar. Está todavía en el punto de retorno, puede reaccionar proponiendo un diálogo nacional, para encontrar una salida como tal.

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