Los desertores del ejército venezolano tienen una nueva “chamba”. Además de lustrar las botas de los paramilitares colombianos, pueden rebuscarse limpiando letrinas. El trabajo honrado no deshonra. ¡Adelante, chamos!
Cada vez que Donad Trump, el pilluelo del copete dorado, observa a un chino en la sopa, toma el celular y marca un número y luego dice: ¡White dog: come here! ¿A quién se referirá el perseguidor de las conejitas de Play boy?
Juan Carlos Varela dijo que lo están “chantajeando”. Ojalá tenga el valor de decir que entre los involucrados están Mike Pence, Mike Pompeo, Jhon Bolton y el man del copete al que Melania le retira la mano debajo de las sábanas.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, le mandó un gancho al hígado a Felipe VI, al solicitarle que reconozca los atropellos a los pueblos indígenas de América durante la conquista. AMLO es de los “meros, meros”.
Mientras en América Latina se debaten temas como paz, democracia y autodeterminación, en Panamá han entregado la provincia de Darién a los gringos. Lo mismo hicieron los conquistadores españoles con espejitos y arcabuces.
Definitivamente, los panameños viven en Congolandia. Han pasado años y todavía el Estado no da una respuesta seria a los envenenados con dietilenglicol. Esperan que las víctimas se arrastren hasta el Palacio de las Garzas, y pidan.
¿Será verdad que devotos del oficialismo se están peleando el agua bendita que dejó el Papa Francisco en Panamá, para untársela y evitar que los persiga la justicia del nuevo gobierno que surgirá el 5 de mayo? Ello es increíble.
Al presidente electo le tocará seguir el programa “Cero Letrinas” que no terminó Juan Carlos Varela. Juanca podría refugiarse en la grata población de Pesé, para escribir las memorias y contar su linda amistad con Martinelli.
¿Dejará el Tribunal Electoral que le metan la yuca a los panameños desde la Embajada de un país extranjero? Debería pronunciarse en 2019, para que jamás se repita la intromisión externa en asuntos político-electorales.
Los panameños que piden la intervención de Estados Unidos contra Venezuela no se dan cuenta que perderán con el aumento del precio de la gasolina. Otros perderían sus trabajos y cuidado que hasta la vida. ¡Mucho Ojo!
Hace buen rato que ningún corrupto va a la cárcel. ¿Será que en la Procuraduría están descansando? La población espera que el contralor Federico Humbert haga bien su trabajo y deje de estar cargando cajas viejas de un lado a otro.
Una pregunta inevitable para los integrantes del gobierno que disfrutan los últimos días de Pompeya: ¿Cuántos serán investigados en 2019 por los casos Blue Apple, Panama Papers, Pan, Financial Pacific y jugosos contratos?
En el Ministerio de Salud están preocupados por el consumo de rapé en ceremonias de chamanes y adivinos. ¡Carajo, preocúpense por el sobrecosto de las medicinas y detengan ya a los canallas que trafican con la vida humana!