El Dedo
Por Niko Jones
- Un informe oficial dejó pasmada a la opinión pública: “el 75 por ciento de las construcciones en la Ciudad de Panamá son ilegales, porque carecen de permisos”. ¿Algún parecido entre la Torre de Babel y el muro caído en Costa del Este?
- Si lo anterior parece poco, los inspectores municipales tienen que ir acompañados de policías a las construcciones ilegales, porque les tiran piedras. Cada loro en su estaca, sería lo mejor. Así lo recomendó Ripley cuando conoció a este país.
- Se aproxima la hora de los mameyes en el PRD. Activistas sostienen que hubo de todo, previo a las elecciones del directorio del CEN, y obligaron a un líder de los productores a ponerse las cutarras de combate que usan en Tonosí.
- Hubo televidentes que dieron OK a la entrevista de Varela en la Deutsche Welle, porque no negó a su amigo Fonseca Mora. Lo que faltó fue la melodía “Friends Forever”, interpretada por los cantantes Vicente Carreras y Sarah Brightman.
- En la parroquia del Perpetuo Socorro, una devota preguntó: ¿por qué la gente del MOP desaparece de las calles cuando cae la tarde? Un hombre lleno de esperanzas que pedía milagros respondió: ¡porque las tortugas no andan de noche!
- Es hora de que alguien le diga a los agricultores que con la madera de los árboles de derriban en los bosques de galería elaboren sus propios remos. Sin árboles y raíces que retengan la tierra, lo que viene en el futuro es más inundación.
- Panamá se enfrenta a la inequidad salarial entre profesionales, y es deber del Estado ordenar al sector público para que haya justicia en materia de sueldos, si es que importa la paz social. A los “ñatos” ya no les alcanza para comprar un mafá.
- Federico Humbert, el contralor general, sigue sin responder los reclamos de Bayano, para que revele dónde está el botín que los engendros sustrajeron del Estado. Al final, culparán a Toby y la pequeña Lulú, por el arca perdida. ¡Qué horror!
- Analistas estiman que la lesión patrimonial hay que examinarla a la luz de los 4.000 millones de rúcanos contratados en el “gobierno de los locos”. El riesgo de revisar tantas facturas, es calcar o copiar el método martinellista y reproducirlo.
- En Estados Unidos, los payasos tienen aterrorizada a la gente, pero en Panamá el tema no da ni frío, ni calor. La razón es sencilla: este es el gran circo, donde los payasos abundan y, a veces, enanos y trapecistas se roban la plata de la taquilla.
- Hay que anotar que en ese circo, hay escapistas. Por alguna razón desconocida, esos maestros del suspenso, magia e ilusionismo se refugian en Miami, y terminan gritando a los cuatro vientos: ¡Cosa más grande en la vida, chico!
- Y si van a ver el último show, no olviden que después de que caiga el telón, también hay un gran espectáculo de corrupción, que todos deben mantener vigilado. Podría haber sorpresas.