El Clásico del Palacio ”Justo Arosemena”

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El diputado Jorge Herrera, ganador del clásico parlamentario.

Por Luis Carlos Samudio G.
Abogado, docente y mediador

Como es habitual, el primero de julio de cada año es elegido el nuevo presidente de la Asamblea Nacional de Diputados. Este año, el comienzo de la elección estaba programado para las ocho de la mañana. No obstante, los jinetes políticos se desplazaban en la gatera parlamentaria en busca de la captación de seguidores a sus propuestas. Pronto, el intenso proselitismo se tradujo en un inconveniente: la postergación del inicio de la partida para conseguir la reñida Presidencia.

Tras largas horas de espera, en medio del matraqueo y del descontento de los asistentes, se produjo el retiro del recinto de los agotados diplomáticos y personalidades invitadas, debido al irrespeto del protocolo y de la programación establecida en la agenda previamente fijada para el evento.

Muchas personas optaron por abandonar la sede legislativa debido al insólito espectáculo ocasionado, en el que se percibía un ambiente de incertidumbre, agravado por las disputas internas entre figuras políticas, que no se ponían de acuerdo y carecían de consenso para elegir a la nueva Junta Directiva.

Una vez alcanzada la serenidad necesaria y con los jinetes en su gatera en el hemiciclo legislativo, se inició la votación como si estuvieran presenciando un clásico por la Presidencia de la Asamblea. En el grupo de oficialistas, sobresalían los diputados de Realizando Metas, PRD, Partido Alianza, Molinera y un sector de Cambio Democrático. El grupo de oponentes estaba compuestos por las facciones de Vamos, Partido Panameñista, Moca, Partido Popular, Cambio Democrático y un sector. El resultado de ese ejercicio fue una votación de 37 a 34, que favoreció a la nómina contraria al gobierno.

Los rostros y el lenguaje corporal de los integrantes ambos grupos de participantes resultaban preocupantes, aunque en la etapa inicial el oficialismo mantuvo el liderazgo, con ventajas limitadas. Sin embargo, al llegar a la recta final, los márgenes de las votaciones se fueron igualando y los jinetes comenzaron a incentivar con la huasca para concretar la victoria por tres cuerpos, lo que le permitiría ser acreedor a la Presidencia de la Asamblea Nacional durante ese período, desde julio de 2025 hasta julio de 2026.

Para los observadores perspicaces, hay una lectura clara: tras tanto esfuerzo de matraqueo, diálogos y retrasos para comenzar la votación en ese gran clásico legislativo por la presidencia, resultaba casi imposible prever el desenlace final. No obstante, la estrategia del trabajo estructural resultó estrecha e inquebrantable, debido a la cohesión y al contexto que se está experimentando en Panamá. Ello es el resultado de la Ley 462, el Memorando de Entendimiento suscrito con Estados Unidos y la reactivación de la minería, lo que mantiene la convulsión social en este país.

Al concluir ese clásico de la batalla por la Presidencia del Palacio Legislativo “Justo Arosemena”, los adversarios al oficialismo consiguieron cambiar la estructura política del parlamento. Ese fue el resultado de la estrategia aplicada por la juventud sobre la vejentud, cuyos verbos empleados fueron efectivos en las acciones de ambas partes.

Es importante resaltar la expectativa generada en este período legislativo de la Asamblea Nacional, en el que ambas partes elaborarán sus estrategias para alcanzar sus metas de integración y evitar que sea violada o infiltrada por otros entes estatales. En este período, la fiscalización y la responsabilidad serán predominantes, pero la formación de las juntas directivas de las comisiones será un elemento crucial para las futuras acciones.

Desde mi punto de vista, el mensaje del nuevo presidente electo fue colaborativo y no de confrontación, creando con ello un clima de comunicación y diálogo. Se espera que el Órgano Ejecutivo y el Órgano Legislativo tengan la capacidad de enfocarse en los intereses más favorables para la nación, y colaborar y apoyar a los sectores sociales que luchan por la dignidad nacional y aspiran a un país en paz, no a la confrontación entre hermanos.

¡Juntos trabajemos a favor de la paz y la convivencia pacífica!

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