Redacción de Bayano digital
Al igual que en los primeros años del siglo XX, Panamá vuelve a estar en una encrucijada para definir el destino soberano sobre su territorio, concretar la descolonización en forma progresiva y el retiro de enclaves extranjeros.
Los Tratados del Canal interoceánico, de 1977, permitieron a este país avanzar un peldaño en la dirección correcta, pero hoy surgen obstáculos geopolíticos que complican el cumplimiento de esos objetivos en el ámbito jurisdiccional.
Entre esos problemas, figura la firma de un acuerdo para la creación de un Centro Regional de Operaciones Aeronavales, conocido como CROAN, propuesto como instrumento de lucha contra el narcotráfico, desde Panamá.
Los argumentos a favor y en contra del CROAN sugieren que se trata de un mecanismo controversial, que podría arrastrar a este país al centro de la disputa de poderes hegemónicos y despersonalizar los objetivos soberanos y la construcción de una doctrina de seguridad nacional.
Panamá no debería depender de mandatos externos en el diseño de sus políticas públicas y menos ceder a terceros la protección de sus costas, fronteras y espacio aéreo. En cambio, está obligada a proteger el principio de neutralidad permanente de la vía interoceánica y desarrollar una política exterior respetuosa de la soberanía y del Derecho Internacional.
En ese sentido, Café Bayano privilegia el debate sobre los aspectos políticos, jurídicos y los acuerdos contractuales que potencialmente pudiesen poner en riesgo el mandato de los mártires de la gesta patriótica de enero de 1964 y causar un trauma de efecto prolongado a la población panameña.
