Por Vielka González de Collins (C-3)
Tierra que gimes y te retuerces, queriéndote zafar de viles hombres que dicen amarte, por una parte….pero, por otro lado, sus actos los desmienten.
Cada cinco años reparten espejitos…
cada cinco años nos mienten.
Y tú, Patria mía, con Síndrome de Estocolmo, parece que olvidas el dolor y la vergüenza que esto te causa.
Tienes que levantar la moral que parece anestesiada, levanta el orgullo, sin altivez ni arrogancia,
demostrando al mundo que se puede combatir, desde adentro, toda esa porquería que nos consume y desde lo más oscuro y profundo…sanear y brillar al alba.
Panamá: Dios te hizo grande de alma, en tu posición envidiable. Mantén tu porte y tu verde selva, que tus cordilleras nadie quiera cambiar por valles secos, ni lagunas podridas donde ni la sanguijuela se atrevería a habitar.
¡Que tus hijos, descendientes de Quibián, Bayano y Urracá, sepan defenderte, sin importar el precio a pagar!
Es la forma en que las futuras generaciones nos van a respetar, recordar y venerar o, en el peor de los escenarios, si nos dejamos embaucar… ¡nos maldecirán!.
¡Qué en el nombre del Salvador del mundo, Jesús, esto jamás ocurra y que tú mi Patria, tierra prospera y bella, todos tus hijos con su vida te defiendan!
Tu hija que te ama con toda su alma.