Brasil, ¿batalla final contra el zika?

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Mosquitos Aedes. (Foto: Reuters).

Brasil, ¿batalla final contra el zika?

La vacuna contra el virus del zika, que ya ha sido ensayada con éxito en animales, se encuentra en fase de prueba en humanos. Ahora se necesitan voluntarios. Los resultados se verán dentro de dos años.

Por Laís Modelli (rmr/jov)

Un grupo de investigadores internacionales está desarrollando una vacuna que puede ser usada contra el zika, virus que causó una epidemia en 2015 y fue declarado, por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como el causante de la emergencia sanitaria global en 2016. Las primeras pruebas comenzaron en enero en centros en Sao Paulo, además de Estados Unidos, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Perú y Puerto Rico. Dentro de dos años se sabrá si es realmente eficaz.

“Las pruebas se están realizando en esos países porque esperamos que, muy probablemente, otras epidemias del virus zika se propaguen en regiones más cálidas, especialmente en el continente americano, donde el virus está presente desde 2015”, explica el médico Esper Kallas, profesor de Facultad de Medicina de la USP (FMUSP) y coordinador de la producción de las vacunas en Sao Paulo.

La vacuna se encuentra ahora en fase de prueba en humanos y se necesitan voluntarios para que pueda seguir progresando la investigación. En el laboratorio de la FMUSP, en Sao Paulo, donde se realizan las pruebas brasileñas, se necesitan 220 voluntarios entre 15 y 35 años, sanos, hombres y mujeres. Se trata del sector de la población en la fase más

Fumigando en Managua, Nicaragua, para prevenir el dengue, chikungunya y el zika.

reproductiva.

Emergencia global

El primer caso de zika en América ocurrió en el nordeste de Brasil y fue registrado en mayo de 2015. En febrero de 2016, el virus ya había pasado a poblaciones de 28 países de América Latina y el Caribe. Inicialmente, los síntomas son leves, fiebre baja, conjuntivitis, salpullido y dolores en las articulaciones. En 2016, se relacionó el virus del zika con los casos de microcefalia en Brasil, una enfermedad que afecta al desarrollo y crecimiento del cerebro del niño, causando severas secuelas mentales y motrices para el resto de su vida. La microcefalia no tiene cura.

Las pruebas en humanos también muestran resultados alentadores. “Más de un centenar de personas ya ha recibido las dosis de la vacuna, y observamos que la producción de anticuerpos aumenta entre los vacunados”, dice Kallas. En todos los centros de investigación involucrados, se espera contar con 2.400 voluntarios para probar la vacuna. Estos pasarán por una serie de exámenes, comprobado el buen estado de salud, recibirán tres dosis de la vacuna y se hará un seguimiento de su reacción a la vacuna hasta 2019. “El estudio está previsto que dure dos años, pero esperamos que la respuesta sobre su eficacia, llegue antes”, afirma Kallas.

Fase de prueba sin mujeres embarazadas

El experto explica que, incluso en fase de prueba, la vacuna puede ser aplicada en casi todas las personas, pero por precaución, los investigadores no están vacunando a embarazadas, “aunque tengamos la intención de usar esta vacuna en mujeres embarazadas en el futuro”, dice.

Kallas asegura que no es posible infectarse con el virus del zika a través de la vacunación. “La vacuna no está hecha de virus vivos ni de virus neutralizados. Está hecha por un plásmido derivado de una bacteria que en el hombre está inerte. No hay virus en la vacuna”, argumenta Kallas.

Según el Índice de Infección por el mosquito Aedes aegypti, del Ministerio de Salud brasileño, publicado este junio, 1.153 municipios brasileños, cerca del 22% de todo el territorio, presentan un alto riesgo de brote de dengue, zika y chikungunya en 2018.

Jorge Kalil, profesor de medicina inmunológica y alergias en la Universidad de San Paulo (USP), explica que la situación ahora es muy diferente a la de 2015 y 2016 cuando hubo la epidemia de zika. “Si miramos el boletín epidemiológico del Ministerio de Salud, veremos que hubo una disminución drástica del número de casos de zika en Brasil desde 2016”, apunta el profesor de la USP.

“El motivo no se sabe con certeza: por el cambio climático o el cambio del ciclo de vida del mosquito. No sabemos todavía el por qué”, explica Kalil, advirtiendo que todavía hay muchas preguntas por responder. En todo caso, la OMS advierte que la microcefalia sigue siendo un riesgo.

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