¡OJO QUE EL IMPERIALISMO ES TRAMPOSO!

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Movilización del 7 de septiembre de 1997 (Foto ACP)

LOS TRATADOS TORRIJOS – CARTER

Por José de la Rosa Castillo
Profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales
Redacción de Bayano digital

«El vacío político que va a dejar nuestra victoria sobre la zona del canal de Panamá, debe ser llenado con una campaña de lucha en el frente económico interno que nos dé la victoria del desarrollo.» Omar Torrijos Herrera

El 7 de septiembre de 1977, hace 40 años, en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington D.C., el Jefe de Estados de Panamá Omar Torrijos Herrera y el Presidente Jimmy Carter, firman los Tratados del Canal de Panamá. El acuerdo establecía el traspaso de bienes del Canal y del territorio de la Zona a Panamá, en un plazo que vencía el 31 de diciembre de 1999. Para esa fecha el Canal quedaba plenamente en manos panameñas. Un segundo Tratado concerniente a la Neutralidad Permanente del Canal de Panamá no tenía fecha de finalización y aún continúa vigente.
Esta firma representaba el fin de una larga, compleja y no menos tensas negociaciones entre la potencia más grande del mundo, que no solo había construido dicha obra a inicios del siglo XX, sino que lo hacía suyo, bajo su control y actuaban allí como si fueran soberanos. Por el otro, un país que había encarnado un liderazgo y unidad nacional en la figura Omar Torrijos Herrera, quien recogió la lucha nacional que otros habían iniciado, desde la década del 50 y que había costado represión, carcelazos muertos y heridos en enfrentamiento entre nuestros dos países.

Este traspaso gradual de bienes del Canal, la propia vía acuática y lo que constituía la Zona del Canal con sus bases militares y otras obras de infraestructura, en su momento parecías un sueño. La firma que se estampaba y su ratificación, nos dejaba a 23 años del cumplimiento del objetivo y meta planteada que era la soberanía sobre ese territorio. Había quienes apostaban que ese momento no iba a llegar. Lo fundamentaban en las condiciones geopolíticamente cambiantes y la “poca capacidad” de los panameños para el manejo y administración del Canal.

Otros apostaron por un traspaso vigilante, cuidando esas conquistas, cerrando el paso a los enemigos internos y externos que añoraban que todo saliera mal para que los gringos se mantuvieran en el Canal y seguir viviendo de las migajas que representaba para Panamá el negocio canalero. Las organizaciones populares y especialmente la Federación de Estudiantes de Panamá advertían:

OMAR ¡OJO QUE EL IMPERIALISMO ES TRAMPOSO!

Otros usaban las frases que a la sazón acuñaba Torrijos, que el Tratado nos mantenía bajo el paraguas del pentágono para advertirnos que los Tratados no eran una pieza perfecta, por lo que había que manejarlo y administrarlo con responsabilidad; también decía que nos dejaba a 23 kilómetro del objetivo (refiriéndose al Tratado del Canal) para advertirnos que el camino no sería rectilíneo en el cumplimiento de lo pactado; y que no era el tratado que le hubiera gustado firmar, pero que fue el que se logró, para advertirnos que en el camino de la negociación se tuvo que ceder (el Tratado de Neutralidad).

En un discurso en el acto de ratificación de los TTC, Gimnasio Nuevo Panamá, 16 de junio de 1978 OTH nos decía:“No soy el protagonista de este acto histórico, sino solamente su vocero. El verdadero protagonista es el pueblo de Panamá; fue él quien con su trabajo, hizo posible la construcción del canal; es él quien ha realizado todo clase de sacrificios en defensa de su soberanía; es él quien recuerda con devoción y orgullo a sus mártires de Enero de 1964; es él quien ha hecho posible que hoy se celebre el acto de ratificación. Por consiguiente, esta victoria pertenece al Pueblo de Panamá, y para él debe ser la recompensa y el reconocimiento” (Discurso)

Los tratados comprometieron a ambos países acordar en forma amistosa y cooperativa el proveer de una buena administración, operación y mantenimiento adecuado del Canal de Panamá. Dichos tratados constan de un preámbulo, 14 artículos, un anexo y un acta; y el Tratado Concerniente a la Neutralidad Permanente y Funcionamiento del Canal de Panamá que garantiza el libre tránsito y la neutralidad permanente de este.

El general Torrijos fue un fervoroso creyente de la efectividad del diálogo que propicio exhaustivamente en la búsqueda de una solución concreta al problema canalero. Si bien los tratados que firmo el 7 de septiembre de 1977 en la sede de la OEA en Washington, ante los líderes y estadistas más representativos del hemisferio, cumplía con una meta inmediata, nadie más que el propio Torrijos sabía que los nuevos pactos no contaba con un total consenso. Cabe citar una parte del discurso que pronunció en aquella ocasión para corroborar lo dicho anteriormente: “sin embargo, los pactado es producto del entendimiento entre dos dirigentes que creen en la pacífica convivencia de sus pueblos y que reclama el valor y liderazgo de enfrentarse a sus pueblos sin más armas que la verdad y su profunda convicción de lo justo”.

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