Por Jorge I. González
Abogado
La cuestión nacional, social, sigue. Una mirada distinta de la coyuntura fundamentada en el materialismo histórico permite un análisis integral, dialéctico e, incluso, ver lo que otros no aprecian debido a la contaminación de sesgos tradicionales basados en el ego burgués, en opresores y por reflejo condicionado del sistema, en los propios oprimidos.
Los apologetas de la dictadura cívico militar de José Mulino tratan de vender una supuesta gran victoria. Hablamos de ese mismo presidente con el más bajo nivel de popularidad en la historia, con menos de un año de gobierno, que tiene a la economía estancada, con altos niveles de desempleo y pobreza. Pero, se equivocan los propagandistas de la tiranía.
Los educadores han conseguido éxitos parciales que vamos a aclarar, especialmente, en cuanto al respeto al derecho a huelga de los trabajadores o funcionarios del Estado.
Primeramente, es importante aclarar que hay una táctica sucia de propaganda de los apólogos y adláteres del gobierno tirano. Es decir, se debe señalar que los educadores regresan de la huelga sin recibir pago de salarios, como si ello fuese una exigencia docente. Táctica de propaganda.
En este punto, es importante destacar que nunca los educadores han solicitado ni recibido salario por días no trabajados en el marco de una huelga.
Los llamados finiquitos han tenido por objetivo compensar los días no laborados debido a la huelga, con cambios o ajustes posteriores en el calendario del año escolar, lo cual, a su vez, justifica el pago de esos días de reemplazo, convirtiéndose en días trabajados. Son también los llamados acuerdos de huelga, que no son nuevos como tal y han sido practicados no solamente en el sector docente en el pasado, sino en otras áreas del sector público, como la Caja de Seguro Social (CSS), en huelgas anteriores de sus funcionarios.
La negociación del finiquito queda como agenda pendiente del movimiento de los educadores con el Ministerio o, en todo caso, si sigue la tozudez, como parte de una lucha sobre el Órgano Judicial, ganable,. Sin embargo, los educadores jamás han solicitado pago por días no laborados. ¡Qué quede claro!
Lo defensores de la dictadura, a propósito del regreso a clases y el desarrollo de la coyuntura global, dibujan como un éxito desde su concepción del ego burgués, carente de una mirada sociológica. En realidad, no es otra cosa que crímenes contra la Constitución y la ley penal panameña. La firma del memorándum vendepatria, pasando por encima del artículo 325 de la Constitución Política y los crímenes de lesa humanidad cometidos de manera sistemática durante 20 días y noches contra Bocas del Toro y el pueblo Ngäbe Buglé, no serán pasados por alto.
El dictador y sus seguidores responsables de la represión criminal, tendrán que pagar judicialmente esas acciones, incluido un juicio en la Asamblea Nacional de Diputados por traición a la patria. Lo pagarán después ante la justicia ordinaria y los procesos frente e los organismos jurídicos internacionales, del sistema interamericano de justicia y hasta el Tribunal Penal Internacional, en La Haya. Los perseguidores de hoy serán los perseguidos de mañana.
Pese a todas las circunstancias derivadas de enfrentar a una dictadura sangrienta, desde el materialismo científico como método de análisis, nos atrevemos a declarar que los educadores han conseguido hechos importantes e, incluso, victorias parciales. Ello se confirma a través de un balance de fuerzas entre un pueblo desarmado atacado a mansalva por los militares, por un lado, y del lado opuesto, un gobierno de carácter tiránico, que cuenta hasta ahora con el apoyo de grandes capitalistas y bufetes en la tarea de matar y perseguir, pisoteando a la Constitución y el Derecho Internacional. El gobierno ha sido armado hasta los dientes por Donald Trump, al que sirve de manera rastrera, como queda en evidencia a través del memorándum antipatria.
En ese balance de fuerzas, el Órgano Ejecutivo es el Goliat y el pueblo sin armas es David. Es importante señalar las fortalezas que tiene el movimiento de los educadores, tomando en cuenta la cantidad de días de huelga, más de 80, y de cómo sobrevivieron casi intactos, si tomamos en cuenta el alto nivel de persecución de la dictadura, reflejado en el ataque militar indiscriminado a fuerzas sociales denla coyuntura, por parte de la dictadura cívico militar mulinista. Hablamos de la dura represión física y judicial contra los obreros los estudiantes universitarios y los pueblos originarios.
Después de 80 días de huelga, la más larga del magisterio desde 1979, cuando fueron 90 días, los educadores lograron sentar al Ministerio de Educación y arrancarle el compromiso de que no serán perseguidos. Es decir, que no serán procesados ni despedidos más de 16.000 educadores en huelga, lo cual representa un importante espaldarazo al derecho de huelga del sector público, desde el punto de vista de la tradición de los acuerdos de huelga como fuente de derecho, con miras a la futura aprobación de una legislación que regule ese derecho previsto en la Constitución Política. Ese principio está recogido en el artículo 69, reconocido como derecho de los trabajadores por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de la que Panamá forma parte.
En ese sentido, la lucha de los docentes en el 2025 fortalecerá la línea de precedentes para el pleno reconocimiento constitucional y legal del derecho a huelga dentro del sector de trabajadores del Estado. De ello no habrá duda.
Los doctores Rolando Murgas Torraza y Carlos Bichet, especialistas en derecho laboral y derecho internacional, respectivamente, señalaron ilustrativamente en los medios de comunicación y redes sociales, que de acuerdo al artículo 17 de la Carta Magna, los derechos incorporados en ella no pueden reconocerse sino como mínimos, frente al desarrollo de los Derechos Humanos a nivel internacional, toda vez que el derecho no es congelado, sino que está en constante cambio. El artículo 4 de la Constitución establece que el estado panameño acata las normas de derecho internacional.
Hubo una importante victoria de los educadores que, en mi opinión, es de carácter moral y, en consecuencia, potencialmente política. Durante tres meses, los educadores han logrado mantener un pie de fuerza y de movilización en aras de un interés colectivo, en el marco de una sociedad caracterizada por la ideología de consumo y bajo la fuerte represión de un gobierno dictatorial en función del cual los grandes capitalistas y bufetes, han cerrado filas para otorgarle licencia activa para matar, torturar y perseguir, buscando que no se repita lo sucedido en 2023.
Han demostrado los educadores que en el pueblo no todos aceptan de manera mansa la imposición de una ley que afecta de manera sustancial su calidad de vida, además de lo cual el movimiento de docentes ha sido una fuerza protagonista en la defensa de la soberanía y de la independencia nacional, levantando como consigna en las calles el rechazo al memorándum vendepatria suscrito con Estados Unidos. Todas ellas son victorias morales.
La formación que están recibiendo los jóvenes de secundaria, al observar la lucha de sus maestros y profesores, así como su nivel de activación en la coyuntura, constituyen una victoria política ideológica y moral histórica de los educadores. Ellos lograron despertar nuevamente la llama de la rebelión patriótica y social en la juventud de secundaria. Eso es reivindicable. Como hemos señalado en ocasiones anteriores, ello tendrá un papel decisivo en los acontecimientos históricos en el futuro
Con su lucha prolongada, los educadores han conseguido poner a Panamá en el mapa geopolítico de la actualidad mundial y han permitido constatar que este no es un pueblo genuflexo, sino que lucha por su independencia y por la defensa de sus derechos económicos y sociales, logrando quebrar por completo el falso paradigma de un país cipayo, que querían proyectar como el supuesto Dubái de las Américas. Todo eso ha quedado reventado, producto de la movilización popular.
Queda en evidencia que en este país de profundas desigualdades de clase se amerita una honda reestructuración o revolución del Estado y de la sociedad, de tal manera que el desarrollo nacional permita la reproducción de una mejor calidad de vida del pueblo con equidad, justicia social, sostenibilidad ambiental, inclusión y soberanía. Esta última es indispensable para el uso de los recursos de la nación, según los intereses del pueblo, y no de potencias o corporaciones multimillonarias extranjeras.
La lucha contra la Ley 462 se mantiene de cara a su derogatoria o modificación sustancial, así como también se abre el frente de los Derechos Humanos, debido a los crímenes en Bocas del Toro, sin olvidar que hay varias querellas criminales contra el presidente de la República, el nuevo dictador, por el incumplimiento del artículo 325 de la Constitución, que obliga a que todo acuerdo, convenio o entendimiento, en relación al Canal y su protección, tiene que ser llevado a referéndum nacional y ratificado por la Asamblea Nacional. Los educadores y el resto del pueblo organizado no olvida que en la Asamblea Nacional radican querellas criminales contra el presidente de la República y que el conocimiento de tales denuncias es competencia de esa Asamblea en función al artículo 160 de la Constitución, sobre sus funciones judiciales especiales.
En Bocas del Toro, los colegios se mantienen cerrados por decisión de la comunidad y varios bastiones indígenas se mantienen en estado de movilización y de alerta. Los educadores defenderán a cada uno de sus colegas en los colegios y exigirán la negociación de un finiquito completo de huelga, así como el cese de toda forma de represión. Igualmente, los líderes magisteriales han declarado que en un horario que no afecte el desarrollo de las clases, seguirán con las convocatorias a la movilización contra la Ley 462, el memorándum vendepatria y el interés del gobierno en inundar el río Indio y reabrir la mina a cielo abierto en Donoso Esos planes han sido concebidos sin el concepto de la Asamblea Nacional y contrario a la opinión de las mayorías y de la propia Corte Suprema de Justicia en reiterados fallos, todo lo cual presagia nubarrones. La lucha sigue y los temas están en pleno desarrollo.