Jorge Stanley Icaza (Mani)
(Artículo publicado el 7 de enero de 2009)
Historiadores, poetas, comunicadores cuentan sobre los sucesos del 9 de Enero de 1964 y la violenta manera en que el ejército norteamericano arremetió contra estudiantes adolescentes, ocasionando 21 muertos, conocidos como los mártires del 9 de Enero. Pero nada cuentan los libros de historia sobre los héroes Kunas, la revolución Kuna de 1925 y, en este caso, sobre nuestra mártir Kuna del 9 de Enero de 1964, Maritza Alabarca Ávila.
Maritza nació un 22 de junio de 1963. En 2017, Hubiera tenido 53 años de edad. Ella era hija de Gregoria María Ávila, de piel oscura, ojos y cabellos negros, cuando la llevaron al Hospital Amador Guerrero de Colón, llevaba una camisita con adornos rosados, un pañal blanco con adornos verdes y chocolates, dos cintitas rojas que hacían de aretes. Sólo tenía seis meses de edad cuando falleció, producto de los gases lacrimógenos arrojados por las tropas del ejército norteamericano. Fue sepultada en el cementerio de Puerto Pilón, en Colón, el 15 de enero de 1964.
Helicópteros, balas, bayonetas, perdigones, culatazos por rifles, gases lacrimógenos. La muerte recibe las entrañas de la Ciudad de Panamá y en Colón, debido a la prepotencia estadounidense. Unas 10 mujeres Kunas fueron afectadas por los gases. En el Hospital Amador Guerrero se registran 28 personas. La mayor población afectada es de niños y mujeres Kunas: Alicia Beatriz Ávila, herida de bala en la pierna, Luis Enrique Ávila, Petra Ayarza, Jorge Back, Rosa Isabel Castro, Lisa María Hurtado y Roberto Macintosh, todos ellos afectados por gases lacrimógenos. En Ciudad de Panamá, conocemos a los herido, Leonardo Muñoz (Kuna), y al indígena Nicanor Montezuma.
Ese fatal 9 de Enero, tropas armadas norteamericanas y con arreos de combate entran a la Ciudad de Colón, ocupando la acera de la avenida Bolívar y calle 11. Las tropas cierran el corredor a la altura del muelle de Folks River, sitiando la ciudad de Colón, tras los heroicos enfrentamientos encabezados por los estudiantes del Nido de Águilas y el pueblo panameño en la Ciudad de Panamá, por simplemente hacer cumplir la Ley, la cual señalaba que la bandera panameña fuera izada en la Zona del Canal.
Nuestra hermanita Dule, Maritza, muere intoxicada. Fue desmembrada en sus órganos para la respectiva autopsia, luego de varios días de intenso bombardeo de balas y gases lanzados por el ejército norteamericano. Igualmente, muere Carlos Renato Lara de 18 años, por bala y perdigones, Celestino Villarreta Ruíz, Guardia Nacional, de un balazo en el corazón.
En total, en los sucesos del 9 de Enero se registra en el Seguro Social 334 atenciones médicas, 277 en el Hospital Santo Tomás y 37 en el Hospital Amador Guerrero, los saldos: 324 heridos, 85 heridos de bala, 45 de perdigones, 37 afectados por gases lacrimógenos, 11 personas heridas por bayonetas y culatazos y 21 muertos.
Es importante conocer que el pueblo Kuna ha ofrecido su cuota de sacrifico y sangre, a lo largo de 500 años, no sólo con los hechos de la revolución de 1925 ó del 9 de Enero de 1964, y los enfrentamientos violentos por la tierra o los asesinatos de los dirigentes Kunas de Paya y Pucuró, en 2003, en la frontera con Colombia, sino también, en las manitos de Maritza Alabarca Ávila. Desde entonces, ella forma parte de los 21 mártires del 9 de Enero de 1964 y nos recuerda cada mañana la necesidad de no permitir que ningún ejército invasor viole nuestra soberanía y dignidad panameña.
Mártires del 9 de Enero de 1964
Maritza Alabarca Ávila, 6 meses.
Víctor M. Iglesias, 26 años.
Rosa Elena Landecho, 13 años.
Ezequiel González Meneses, 28 años.
Gonzalo Grace, 14 años.
Víctor M. Garibaldo, 29 años.
Vicente Bonilla, 15 años.
Rodolfo Benítez Sánchez, 33 años.
José del Cid, Jr., 16 años.
Alberto Nicolás Constante, 35 años.
Jorge Enrique Gill, 17 años.
Alberto Oriol Jr. 36 años.
Etanislao Orobio, 18 años.
Teófilo Belisario de la Torre, 38 años.
Carlos Renato Lara, 18 años.
Ricardo Murgas V., 40 años.
Ascanio Arosemena, 20 años.
Celestino Villarreta Ruíz, 43 años.
Jacinto Palacios Cobos, 23 años.
Rogelio Lara, 70 años.
Ovidio Lizardo Saldaña, 25 años.