Hablemos de agroturismo

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Fincas agroturismo en Panamá (Foto Sugey Sánchez • 19 Sep 2015)

Julián Chang Jordán
Consultor de Turismo Sostenible
Especial para Bayano digital

Ante el escenario global, marcado por el impacto de la pandemia del coronavirus, se esperan repercusiones inéditas para unos y lógicas para otros, ya que la humanidad se ha levantad de diversas catástrofes a lo largo de su historia y en cada etapa subsiguiente, mantuvo su desarrollo y esta también se va a superar.

En este intermedio que prepara al mundo, frente a nuevas realidades y al país para el seguimiento de la política gubernamental que acertadamente determino dos reactivadores económicos claves para el desarrollo humano sostenible del país, el turismo y el sector agropecuario, con diferentes efectos de la pandemia y ambos con diferentes retos previos al COVID-19, por la crisis que enfrentaban sus sectores.

En turismo, la pandemia agudizo la crisis, pero en el sector agropecuario abrió oportunidades, resultando este último fortalecido. En sus visiones estratégicas, la ATP apuesta en su plan maestro al turismo sostenible y MIDA por la agroindustria y el agroturismo entre otras opciones. El panorama para ambas instituciones difiera de manera sustancial en turismo el sector se descapitalizo y en agropecuaria ha acumulado importantes excedentes.

Desde hace más de dos décadas el MIDA ha venido apoyando su sector con el agroturismo, para crearle valores agregados a la actividad y en la actualidad, luego de acumular experiencias propone una ley que normalice el agroturismo, cumpliendo así a cabalidad la política nacional como eje transversal de la economía, con una gran diferencia frente a la actividad turística pura: Valora el quehacer rural, ayuda a conservar el patrimonio natural y cultural, abre oportunidades de participación a los pueblos y cómo aspecto fundamental fortalece y diversifica las empresas y emprendimientos de estos inversionistas que en más del 90% son panameños.

Así cómo el MIDA se ha preparado en dos décadas anteriores al agroturismo (ya que incluso del BDA ya cuenta con  departamento de Agroturismo), en el entorno de los productores se ha mejorado la infraestructura de acceso, la disponibilidad de capital humano (egresados de nivel técnico en turismo), hay organizaciones de base comunitaria y ha crecido la cultura turística.

En este sentido, si ya se han creado los mecanismos institucionales de apoyo, el productor desea agregar valores y el entorno es positivo, solo falta crear el mecanismo de orientación para que al agroturismo se sume con prioridad a la oferta turística nacional, agregándole competitividad, diversificación e identidad, para ayudar a cristalizar los objetivos nacionales de turismo y del desarrollo humano sostenible; sin embargo, hay voces que aconsejan que esta actividad debe incorporarse al campo de acción de la autoridad rectora del turismo, pero este actor que ha participado desde el origen mismo del agroturismo discrepa de esa posición por un simple motivo, el sector turismo debe apoyar el rescate de miles de millones invertidos en turismo, garantizar los miles de empleos que produce y adicionalmente y adicionalmente desarrollar el plan maestro con sus cinco productos con escaso o nulo relacionamiento, por lo que la actividad no sería una prioridad para la ATP.

Todo indica en cambio que la capacidad, el interés, la instrumentación y el desarrollo del agroturismo debe mantenerse como iniciativa y responsabilidad del MIDA con los productores del sector; miles de personas de regiones apartadas ahora excluidas del desarrollo miran con esperanza este proyecto de ley de agroturismo para que su patrimonio y capacidades se puedan transformar en fuentes de riqueza para ellos, allá tierra adentro donde no se conoce a la ATP, sino al MIDA, institución que se mueve impulsando el desarrollo humano hasta en lo más recóndito del país.

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