Por Alberto Velásquez
Periodista y relacionista púbico
En la lista de los ex mandatarios latinoamericanos que fue enumerada en nuestra entrega anterior, bajo ese mismo título, hay que incorporar los nombres de tres ex presidentes mexicanos mencionados en actos de corrupción. Ellos son Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Se nos había escapado en la memoria el ex presidente dominicano Dr. Jorge Blanco, quien fue sometido a la Justicia y condenado a 20 años de trabajo público.
En el caso de los ex presidentes mexicanos, aparece, como denominador común, la sombra corrupta de la constructora brasileña Odebrecht, y otras más.
Como se ha señalado insistentemente, los casos de corrupción, en los cuales aparecen nominados ex presidentes, ministros y sus más cercanos colaboradores, constituyen una ofensa a la moral y ka ética. Como consecuencia de los comportamientos ilícitos, cientos de millones de dólares de sus atracos al Estado, se necesitan ahora para solucionar problemas de agua potable, luz, educación y salud de la población.
En México y Panamá, los ex presidentes llamados por las autoridades para rendir cuentas al terminar sus respectivos períodos, se pasean campantes, insultando con su actitud y comportamiento a los desposeídos y víctimas de los desafueros.
En Panamá, se ha registrado el caso inédito en el que dos ex presidentes de la república han tenido que concurrir frente a los fiscales el mismo día, prácticamente a la misma hora. En México, son tres los implicados al mismo tiempo.
En un video de cuatro minutos, que acompaña la confesión de un testaferro mexicano, se ve a los colaboradores de poderosos políticos, metiendo decenas de fajos de billetes en maletas, o los pagos entregados por Odebrecht, en un aparcamiento del Senado.
En ese caso, se retrata el burdo manejo de una red que ha puesto en entredicho a ex presidentes, ministros y diputados. El incidente ha sacudido la vida política de México, que sitúa en las encuestas a la corrupción como su principal cáncer, pero que pocas veces tiene pruebas tan nítidas de sus manejos.
El video recuerda la escena de un testaferro nacional, cuando confesó que le llevaba a su jefe, un ex presidente panameño, bultos de dinero detrás de sus oficinas en medio de la noche. En esos acontecimientos, vergonzosos, por decir lo menos, el manejo de la Justicia ha sido cuestionado no sólo por la demora y desidia en investigar, sino porque al final del túnel no se emiten sentencias claras y transparentes.
En México, en medio de la pandemia, están sumando al patíbulo a los últimos tres ex presidentes. En Panamá, no queremos empatar esa cifra. Por ahora, hay dos en el patíbulo. Por esas consideraciones, se reitera al presidente Laurentino Cortizo la necesidad de que aleje de su gobierno a personajes que se pronostican como posibles convictos que transmiten los efectos de ventiladores a precios exorbitantes y a hospitales modulares con sobreprecios, y quizás otros casos más.
Lamentablemente, en Latinoamérica la corrupción se ha convertido en un sistema inoculado en el ADN de los políticos.
