Estudios lingüísticos cubanos sin torre de cristal

Por Tania Chappi | Bohemia

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Estudios lingüísticos cubanos sin torre de cristal

  •  Una labor beneficiosa para todos los cubanos, desde niños de primaria hasta doctos intelectuales, emprendió hace medio siglo el Instituto de Literatura y Lingüística José Antonio Portuondo Valdor

En la avenida de Carlos III, una de las más agradables calles habaneras, se encuentra enclavado el edificio. Recogimiento, silencio, hermoso patio interior, una biblioteca que entre sus fondos atesora incunables, manuscritos, revistas y periódicos incluso del siglo XIX, otorgan solidez a la imagen inicial.

Pero buena parte de lo que torna valiosa su existencia no se descubre a primera vista. Ocurre tras las puertas de sus departamentos: el de Literatura, el de Lingüística, y el de Información Científico Técnica y Bibliotecología. El primero ha confeccionado volúmenes como Perfil histórico de las letras cubanas y la Historia de la literatura cubana.

La tarea del segundo es igual de útil e implica a menudo prolongados trabajos de campo en comunidades urbanas y rurales. De acuerdo con un plegable promocional, “elaboran diccionarios de lengua, escolares y especializados, basados en estudios lexicográficos y terminológicos”. Entre los concluidos se encuentran: Diccionario del español de Cuba, realizado en colaboración con la Universidad de Augsburgo, Alemania; el Diccionario de términos ambientales; el Vocabulario de Jurismática; el Breve diccionario de la lengua española (Biblioteca Familiar).

Al frente de esos expertos se halla Elisa García González, quien refiere para los lectores de BOHEMIA: “Actualmente trabajamos en el Diccionario integral del español de Cuba, concebido para todo tipo de usuarios, incluidos los estudiantes de los diferentes niveles de enseñanza; reúne una gran base de datos y se nutre con lo que se publica en revistas, periódicos y medios audiovisuales. También estamos preparando otro, novedoso para nuestro país porque es digital y, además de su abundante información, permite gran dinamismo por parte del usuario a la hora de hacer las búsquedas”.

¿Por qué tanta insistencia en esa temática?, es la pregunta obligada.

“Sobre el español usado aquí existe solo un diccionario, editado en el año 2000, y casi nadie lo tiene. Es importante estudiar el habla cubana. Culminamos hace poco el Atlas Lingüístico de Cuba, un proyecto de décadas, enorme, que muestra en mapas cómo se expresan las personas en las diversas regiones. Contribuye a hacer estudios comparativos de nuestro idioma; y a que investigadores, escritores, periodistas, entre otros interesados, conozcan el significado de determinadas palabras y de cuál sitio provienen. Ya lo hemos insertado en bibliotecas”.

De sus proyectos en curso algunos fueron mostrados en la 9ª Conferencia Internacional Lingüística 2015, celebrada hace apenas dos meses y donde estuvieron representadas 30 naciones. Ello da fe del prestigio alcanzado por este encuentro bienal que organiza el Instituto y une en La Habana a expertos procedentes sobre todo del mundo hispánico. El pasado noviembre la temática principal fue la lengua de señas de Cuba, todavía necesitada de reconocimiento oficial, aunque cuenta con significativos avances.

Según expresa la entrevistada, el objetivo no es sólo exhibir hallazgos teóricos, sino ejemplos prácticos, concretos, de su uso en múltiples ámbitos: “la lexicografía (rama de la lingüística encargada de generar los diccionarios), el análisis del discurso político y en los medios de comunicación (modalidad que tiene bastante auge en estos momentos), la traducción, la enseñanza”. Como resultado a menudo se toman acuerdos de colaboración entre universidades y otras entidades, tanto nacionales como foráneas.

Buenas noticias

La lengua representa la base de la cultura. Resulta obvio que sin ella no puede haber literatura u otras manifestaciones artísticas cuya base es la palabra, y se dificultaría la comunicación entre los seres humanos. Emplearla bien permite expresarnos con belleza, hacernos entender y entre todos comprendernos mejor. Para poder utilizarla así –lamentablemente no ocurre siempre- debemos conocer y aplicar sus normas, por ello son tan importantes las investigaciones sobre el español de Cuba y la divulgación de sus resultados, nos recuerda Elisa García.

Y añade: “Como parte de las celebraciones por su aniversario 50, el Instituto prepara una compilación de las principales obras realizadas por sus especialistas durante estos años y que todavía no se han podido publicar en soporte impreso. Es el caso del Diccionario ejemplificado del español de Cuba, compuesto por cubanismos, con ejemplos en cada una de las definiciones”.

Entretanto –y seguirá después de que el compendio salga a la luz –el Departamento mantiene activa la sección Dudas del idioma español, ya habitual cada martes en el periódico Juventud Rebelde. “A partir de un correo anclado en ese diario los interesados nos escriben diariamente para preguntar sobre diversas dudas y nosotros en no más de 72 horas les damos respuesta. Nuestro propósito es en el futuro próximo crear un boletín que recoja los aspectos más consultados”.

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