El tren chiricano: ¿humo o realidad?

1
298
El expreso Oriente inspira el proyecto de ferrocarril en Panamá

Por Alberto Velásquez
Periodista y relacionista público

Durante la campaña política, cuando la mayoría de los candidatos a la Presidencia de la República presentaban sus proyectos, algunos fueron denominados “proyectos humos”, es decir, eran puros sueños mágicos, hipotéticos y elucubraciones políticas irrealizables, pretensiones, demagogia, fantasías y humo.

Ahora, a pocos días de tomar posesión el presidente electo, quien nunca se presentó a los debates políticos, intenta vender un proyecto esperanzador, pero lleno de interrogantes que expertos y no expertos en asuntos ferroviarios se han atrevido a plantear. Esas dudas y preguntas pesan más que una locomotora.

Es muy conmovedora la historia del ferrocarril de David a Puerto Armuelles. El tiempo lo carcomió y las carreteras lo suplieron. El tren de Panamá a Colón es exageradamente caro. No todos pueden abordarlo.

El tren David-Panamá, así denominado para carcomer el cerebro a los chiricanos, cuando debiera llamarse Panamá-David, sin eufemismos, plantea la necesidad de calcular cuántos pasajeros viajarían diariamente en sus vagones, pagando 50 balboas o más, sin perjudicar a los conductores y empresarios de los excelentes y cómodos autobuses de esa ruta y otras en servicio. Adicionalmente, cuánta carga pudiera transportar el tren sin afectar a camioneros que abastecen a diversos mercados del país.

En materia de transporte de pasajeros, la población de Panamá todavía no ha llegado a los ocho millones de habitantes, lo que pudiese justificar una movilidad suficiente para amortizar el costo beneficio que esa mega obra demanda.

En alusión al traslado de mercancía, es necesario verificar si el gobierno entrante, con expertos en importación de productos agropecuarios, al frente del MIDA y otras agencias de gobierno similares, actuará con responsabilidad. Persiste la duda de que los funcionarios escogidos apunten al desarrollo de una industria agropecuaria que justifique un transporte vía férrea, para ayudar a amortizar el costo multimillonario que demandará esa obra. Durante el período presidencial del padrino del presidente electo, el sector agropecuario se fue a pique.

Señores y señoras: el publicitado proyecto de tren podría quedar reducido a una quimera. Si se realizan los estudios necesarios, a fondo, con toda la transparencia que se requiere, habrá que examinar si tiene suficiente viabilidad.

Los pésimos ejemplos dirigidos a mejorar el transporte permiten recordar la aventura de la compra de los autobuses españoles “Pegasus”, y posterior sustitución de los denominados “diablos rojos”. Los panameños de a pie deben visualizar con cautela esos proyectos, porque ellos son los principales afectados. Los otros perjudicados son quienes no utilizan ni las líneas del metro ni la flota de buses destartalados en manos de empresas que reciben subsidios sin el debido control oficial.

La designación de profesionales no idóneos al frente del proyecto del tren, crea dudas. Habrá que esperar el momento de tomar la decisión final, la de hipotecar aún más a los nietos y biznietos con deudas multimillonarias. El país entero debe conocer no sólo los dibujitos de la ruta, sino el verdadero valor del proyecto, su capacidad de retorno y la honestidad de quienes dirijan su construcción.

1 COMENTARIO

  1. El único tren que veo en el horizonte, es el tren de la alegría de cuanto político sinvergüenza y corrupto se monte en la quimera que se vende a un pueblo ignorante y atolondrado, apenas para engordar sus abultados vientres y cuentas y seguir viviendo la vana ilusión de riqueza en un mar de pobreza…

Dejar una respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí