Por Luis Carlos Samudio G.
Abogado, docente y mediador
El papel protagónico de la ciudadanía y la creación de procesos comunicativos y comunitarios para fortalecer las instituciones y los ciudadanos son necesarios, debido a las transformaciones sociales del siglo XXI.t
Esos fenómenos son utilizados para exponer un conjunto de dinámicas que están relacionadas con la lógica de las comunidades, los procesos de integración social y el mundo globalizado.
Es importante resaltar las vivencias y habilidades de investigación obtenidas durante su trayectoria profesional. Cada vez son más relevantes en funciones operativas y administrativas, esenciales en la investigación para identificar adecuadamente los problemas y economizar tiempo de investigación. Además, ofrecemos soluciones eficaces y garantizamos que nuestro asesoramiento esté alineado con las directrices de su entidad.
La prevención es un concepto muy amplio. Básicamente, incluye todas las medidas tomadas o planificadas en las diferentes etapas del trabajo, con el objetivo de prevenir o reducir riesgos en el entorno laboral. Por lo tanto, consideramos que la prevención situacional en la ”seguridad pública orientada a problemas” es quizás una de las tendencias más importantes en la prevención del delito en la actualidad.
La prevención situacional se enfoca en un problema, lugar, persona o tiempo concreto, pero sus objetivos son muy similares a los de la prevención primaria (integración de objetivos, seguimiento, monitoreo, etc.). Ese enfoque implica que una detección más exacta del problema antes de implementar el plan producirá resultados más precisos y eficaces. Por lo tanto, se centra en localizar sitios, individuos y objetos que han sido victimizados o pueden serlo nuevamente.
En la década de 1970, Paul Clark desempeñó tareas de prevención situacional en el Ministerio del Interior, como parte de proyectos para reducir los factores específicos asociados con la delincuencia y los lugares y circunstancias en los que ocurre.
Clark afirmó que gran parte de esta labor se fundamenta en la idea de que el delito frecuentemente representa la amenaza existente y cuán arduo deben esforzarse los criminales para superarla y explotarla. En resumen, los criminales identifican qué oportunidades brindan mayores beneficios y cuáles representan un mayor peligro, y actúan de acuerdo a ello.
Resalto cómo Clarke definió la prevención situacional de la siguiente manera: “La prevención situacional se caracteriza por medidas que a) apuntan a formas muy específicas de delito, b) implican la gestión, planificación o manipulación del entorno inmediato de la forma más sistemática y permanente posible, y c) reducen la prevención situacional, oportunidades de aumentar los riesgos percibidos del delito y el perpetrador.
En este contexto, la prevención situacional se basa en tres pilares teóricos: la teoría de la elección racional, las actividades cotidianas y los patrones de delincuencia. Esas teorías examinan la manera en que los criminales reaccionan ante las posibilidades de cometer crímenes. En ese contexto, tanto el agresor como la víctima tienen mayor relevancia.
En la elección racional, las personas optan por cometer delitos en función de una serie de elementos que incluyen el esfuerzo, las posibles ventajas, el nivel de respaldo, los peligros, la detención y la sanción, y su propia culpabilidad. Optan por hacerlo o no, dependiendo de demandas de riesgo personal.
En el comportamiento rutinario, en sí mismo es un recurso de información que los delincuentes emplean para tomar determinaciones. De acuerdo con esa teoría, la probabilidad de un delito se origina al encontrarse un delincuente con una razón posterior y un objetivo apropiado en la falta de un ”elemento de defensa”. Por ejemplo, hurtos durante las temporadas calurosas o en viviendas de vacaciones en temporada invernal.
En los patrones delictivos, de manera similar, se reconoce que la conducta delictiva se basa en normas que pueden ser consideradas dependiendo del momento y lugar donde ocurre el delito. Por lo tanto, los criminales configuran su ambiente social y económico a partir de sus actividades diarias. El reconocimiento de posibles metas y riesgos se basa en las estrategias para prevenir situaciones, en tres aspectos fundamentales: aumento del esfuerzo, aumento del riesgo y disminución del beneficio.
Desde mi perspectiva, la prevención situacional del delito se fundamenta más en el control informal que en el control formal, como estrategia para prevenir el delito.
Según Garrido, Stangrande y Redondo, ”los controles informales son más proactivos y eficaces para luchar contra el delito que los controles formales”, sosteniendo finalmente que, como método para prevenir el delito, se puede iniciar con técnicas ”simples” para erradicar determinados objetivos delictivos sencillos ”y programas de prevención grandes y ambiciosos”.
Culmino señalando que en el propósito de esa figura, la teoría del control desempeña un papel importante en la prevención situacional del delito. La idea es que, el control informal de vecinos, familiares, trabajadores, modos de vida, viviendas y estructuras comunitarias obstaculicen la actividad delictiva. Es imprescindible eludir los tres elementos fundamentales para prevenir que el crimen ocurra simultáneamente: criminales motivados, el objeto de atracción y, finalmente, la falta de control.
¡Juntos trabajemos a favor de la paz y la convivencia pacifica!