El Estado cuartelario y punto

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El modelo represivo ha sido instaurado en Panamá.

Por Virgilio Cerrud A.
Sociólogo, docente universitario y miembro del Colectivo Bayano

La aprobación en tercer debate de las reformas a la Caja de Seguro Social (CSS), a través del proyecto de Ley 163, demuestra el desprecio de quienes detentan el poder desde el “ilegal” gobierno, apoyados por sus amos chocolates (burguesía financiera) y tutelados por sus amos blancos (Imperio decadente EEUU).

Se “especula” que los 42 votos obtenidos para la aprobación de la nefasta ley guardan relación con “las presiones, las dádivas, la compra de votos, la conducta del ”juega vivo” y el ”qué hay pa’ mí”. Esos mecanismos fueron aplicados en asambleas anteriores y son de vieja data en el ámbito parlamentario.

Por otro lado, los intereses del poder fáctico y de la embajada de EEUU movieron sus “marionetas” representadas en la Asamblea Nacional de Diputados para garantizar los votos necesarios.

Las cuentas individuales y la entrega de las reservas de la CSS que ascienden a más de 10.000 millones de dólares a los bancos, financieras y administradoras de fondos no son otra cosa que la soñada PRIVATIZACIÓN.

Ese aspecto fue planteado desde 1990 en la carta de intención que firmó Guillermo Ford Boyd, en nombre del primer gobierno post invasión, de clara alineación norteamericana y empresarial.

Consolidación del Estado carcelario

Por otro lado, en ese orden de ideas, ha sido consolidando el Estado carcelario impuesto desde el poder. Sus últimas acciones abarcan la compra de cuatro aviones cazas de combate A29 Super tucano y dos aereocazas C95, por casi 200 millones de dólares. Para un país que no tiene ejército, cómo se entiende esa costosa adquisición de uso militar.

Se “rumorea” que se está negociando con los gringos de espaldas o a escondidas del pueblo panameño. Lo más delicado es que se pone en riesgo los sagrados intereses de la patria.

Ese hecho no debe causar extrañeza si se reconoce que el presidente le debe la Presidencia de la República a los gringos. Se especula, con justa razón, sobre la firma de acuerdos bilaterales para garantizar la permanencia militar norteamericana en territorio panameño, como la entregada en Metetí, Darién, para las operaciones aéreas.

¿Defenderán el Canal de Panamá desde Metetí o como hacen en Siria, al robarse el petróleo, o crearán una ”cabeza de playa” para atacar a los pueblos del sur global que no comparten su política hegemónica y defienden los recursos hídricos y minerales?

El delincuente del imperio decadente declaró —palabras más palabras menos—, que se asociará más estrechamente con el “ejército” de Panamá. ¿De qué fuerza armada se esta hablado? ¿Se refieren a la fuerza panameña o a la de Alicia en el país de las maravillas?

Definitivamente, han sido fortalecidos los componentes de la seguridad de Panamá para garantizar un órgano represivo que contenga el descontento que a través de los años se viene acumulando como resultado de la instalación de regímenes títeres post invasión.

Es evidente la sumisión a los dictámenes del imperialismo y a las medidas neoliberales de saqueo de las riquezas, recursos y reservas, lo que propicia la corrupción, la entrega de la soberanía y la presencia de militares extranjeros en perjuicio del Tratado de Neutralidad y a favor del Estado carcelario en Panamá.

Ahora se entiende la bravuconería del mandatario panameño al declarar que autorizo la salida del cobre y otros minerales de la mina en el distrito de Donoso. De igual manera, autorizó la entrada del contaminante carbón colombiano para poner en marcha la planta generadora de energía eléctrica ubicada en la mina. Con la subordinación al amo blanco, esa bravuconería se la guarda, como decía mi abuela, ”donde no le da el sol”

En jornadas unitarias, el movimiento social panameño representado en las centrales obreras, los sindicatos independientes, los gremios docentes, los médicos, las enfermeras, los profesionales y las organizaciones campesinas, indígenas y comunales, han dado pasos importantes en la dirección correcta.

Hay que destacar la participación de las asociaciones estudiantiles, de juventudes, de jubilados y pensionados, de grupos de desempleados, de pescadores, de mujeres, de los ambientalistas y del pueblo. Sobre la base de una agenda común, es necesario enfrentar la nefasta reforma a la CSS, la ilegal apertura de la mina, el pretendido embalse del río Indio, el galopante costo de la vida, el Estado carcelario, la alta traición a la patria y la descarada intromisión del inquilino de la Casa Blanca en los asuntos internos de Panamá y el ejercicio de la soberanía.

Urge la organización, la agitación y la movilización permanente bajo una agenda unitaria para enfrentar sl gobierno pro empresarial y a la burguesía financiera parasitaria.

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