El deporte y la costosa seguridad publica en Panamá

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Mundial del Barrio 2019.

Por Alberto Velásquez
Periodista

Hace pocos días, el Mundial del Barrio (fútbol) y el Torneo de Baloncesto Infantil de Villa Soberanía finalizaron sus actividades, después de entretener y desarrollar las destrezas de cientos de niños en ambas disciplinas deportivas.

Fueron acciones muy altruistas. Pletóricas de amistad y sacrificio. Considerando el deporte como un estilo de vida, el más atinado para lograr juventudes sanas, disciplinadas, respetuosas y productivas para el futuro de este país.

En el Mundial del Barrio y en los torneos de Villa Soberanía, sus dirigentes deportivos, divorciados de la incidencia gubernamental, hicieron todo lo posible para culminar con éxito sus esfuerzos de organización.

No obstante, pese a los aportes de muchos ciudadanos, el luto enturbió el Mundial del Barrio por falta de medidas de seguridad, en este caso, en la cancha del Instituto Nacional, que lamentablemente ha sido calificada como “zona roja”.

En ese escenario, no había un solo policía, como ocurre en numerosas ocasiones, para vigilar y proteger el evento deportivo.

La seguridad en Panamá pudiera catalogarse como la más costosa del continente americano. El cuerpo policial y otros estamentos de seguridad le cuestan al panameño cientos de millones de balboas al año. Y los casos policiales continúan creciendo en forma alarmante, según informes de moradores en los barrios.

Los costos son tan fastuosos que, precisamente, el presidente Varela todavía no revela con qué intenciones ascendió a 800 agentes de la seguridad nacional, elevando a más de dos millones de balboas mensuales el presupuesto de esa actividad. En el patio del Instituto Nacional no había ningún agente policial asignado antes de la tragedia que tiene en luto a toda la familia deportiva y a miles de ciudadanos preocupados por esos menesteres.

¿Que busca el presidente Varela aumentando anualmente el salario a los policías, si ellos no cumplen a cabalidad sus funciones? ¿Por qué son ellos. los privilegiados, por encima de médicos, enfermeras y otros profesionales con elevados sueldos y prerrogativas como los de retirarse con el último sueldo y la canonjía de que no le descuentan ciertos impuestos?

Recientemente, un policía que ocupaba un puesto gubernamental se retiró con más de 10.000 balboas mensuales, mientras que a los jubilados de a pie ni siquiera se les reciben sus demandas.

Estamos seguros de que los dirigentes deportivos continuarán con su apostolado, a pesar del poco o ningún apoyo oficial, puesto que los presupuestos gubernamentales solo sirven para ser pasto de la corrupción, en medio de una ineficaz seguridad, sumamente costosa para el bolsillo del pueblo panameño.

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