Por Luis Carlos Samudio G.
Abogado, docente y mediador
El país se aboca a un diálogo convocado por el gobierno, con el propósito de discutir y encontrar fórmulas de soluciones al problema medular de Panamá. De no recurrir al alto sentido de responsabilidad, se puede transformar o derivar en un conflicto del sistema de seguridad social, que se encuentra en una fase crítica, debido a diversas circunstancias y hechos notorios.
En ese contexto, los diversos actores sociales y económicos han manifestado sus posiciones y directrices, desde su propia perspectiva y realidad específica, y no están dispuestos a renunciar a sus sacrificios, cuando ello es esencial para lograr un ambiente de paz, tranquilidad y hegemonía nacional.
En otro orden de ideas, se ha evidenciado un incumplimiento por parte de los empleadores, el Estado y otros contribuyentes, como las instituciones de gobiernos locales, respecto al pago de las contribuciones obrero-patronales a la Caja de Seguro Social (CSS), acumulando una morosidad que ascienden a miles de millones de dólares.
Esa circunstancia ha provocado que los pacientes de la CSS se hallen en una condición crítica, como lo evidencian los análisis clínicos, a causa de esa realidad compleja y desafiante. Por consiguiente, es esencial considerar la paz como un proceso que debe ser edificado de manera activa, dejando atrás la identificación con la pasividad, es decir, la simple ausencia de violencia, lo que representa una manera más justa de enfrentar los conflictos sociales, a beneficio de las políticas sociales públicas.
Han sido examinadas, escuchado y evaluadas las ideas que circulan en las redes sociales, por parte de los actores sociales, quienes manifiestan un tono de cohesión en sus estrategias, con el objetivo de captar un mayor número de usuarios para el sistema de seguridad social panameño.
Existe la certeza de que los organizadores de este evento cuentan con la capacidad y el juicio adecuados para que las propuestas y los intereses sean entendidos de manera clara, con el propósito de alcanzar objetivos específicos que favorezcan a todas las partes implicadas.
El objetivo del Órgano Ejecutivo, al realizar ese diálogo, es lograr, en los años venideros, soluciones específicas basadas en las propuestas de diferentes actores sociales que promuevan una paz social para los sectores más vulnerables.
Asimismo, se anticipa que aquellos que tienen compromisos de pago de cuotas obrero-patronales cumplan sus obligaciones, y que se divulgue públicamente la identidad de los deudores.
Es importante reconocer que Panamá ha enfrentado retos considerables, ha sufrido y, pese a las adversidades, ha continuado adelante, contribuyendo a su propia recuperación económica. No se debe exigir más sacrificios a la clase trabajadora; en cambio, es fundamental promover la equidad.
Es esencial que el Ejecutivo reconozca y entienda que ambas partes son representantes de la nación. No obstante, cada uno debe exhibir la madurez requerida para garantizar un futuro en el que, tanto nosotros, como las generaciones futuras, no tengamos que inquietarnos por las prácticas de corrupción que sitúan a este país en listas grises internacionales.
En este sentido, considero que lo expresado por el presidente de la República, respecto a las acciones recíprocas que deben ser implementadas con aquellos que nos mencionan en las listas discriminatorias, debe ser igualmente aplicado en el ámbito interno, con el objetivo de purificar la conciencia nacional de manera clara y transparente.
¡Juntos trabajemos a favor de la paz y la convivencia pacifica!